¿Emisión cero? El gobierno recibió más de $ 11 billones del Banco Central para pagar deudas
Economía dice que el giro de utilidades, contemplado en la carta orgánica de la entidad, quedará en reserva. Para algunos economistas, es un aumento de la base monetaria.
El giro de utilidades del Banco Central al Tesoro puso en primer plano una zona gris en la política monetaria del gobierno. Los $ 11,7 billones quedarán guardados en una cuenta especial, por lo que no incrementarán la oferta de dinero, pero podrían ser utilizados si en las próximas licitaciones de deuda de la Secretaría de Finanzas no se renuevan todos los vencimientos.
La remesa fue puesta a disposición del gobierno en cumplimiento del artículo 38 de la carta orgánica del BCRA, que establece que las utilidades no capitalizadas o aplicadas en los fondos de reserva “deberán ser transferidas libremente a la cuenta del Gobierno nacional”. La entidad, favorecida por el traspaso de su deuda con bancos al Tesoro y la revalorización de sus bonos en cartera, destinó $ 7,7 billones a compensar las pérdidas sufridas en 2023 y transfirió el resto.
«Nosotros no vamos a usar esa plata para financiar gasto. La vamos a usar para tenerla como reserva para poder cancelar deuda en el caso de que los bancos no hagan 100 % de refinanciamiento de los vencimientos en pesos porque están más inclinados a prestarle al sector privado”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, ante financistas y hombres de negocios en la convención Expo EFI, realizada esta semana.
Aun así, el aprovechamiento de esos recursos generó cruces entre economistas. Los matices apuntados son muchos. Uno apunta al origen genuino de esas reservas (muy cuestionado cuando el kirchnerismo realizaba esa maniobra para cubrir el déficit fiscal).
«Esas ganancias son ficticias y deben ser capitalizadas. Es estándar en contabilidad nacional. Es como si hay inflación de 40% anual y la suba en el valor nominal de mi casa la considero ingreso y me la gasto… Es de almacenero, que sabe muy bien que el aumento inflacionario de sus inventarios no es ingreso genuino», apuntó Carlos Rodríguez, ex viceministro de Economía y muy crítico de la gestión técnica del gobierno de Javier Milei.
Otro matiz hace referencia a la delgada línea que separa el mantenimiento de esos fondos “en la cuenta del Tesoro en el BCRA, con efecto monetario neutro”, según puntualizó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, de ponerlos a disposición de los acreedores en el caso de que el grado de refinanciamiento no alcance a cubrir los vencimientos programados.
Preguntas
En ese último caso, ¿la puesta en circulación de las utilidades del Banco Central sería emisión monetaria? ¿Podría conspirar contra la estabilidad de precios que busca el gobierno, habida cuenta de que “la inflación es siempre y en todo momento un fenómeno monetario”, como pregona el presidente Javier Milei? ¿Acaso vulneraría el compromiso de que el BCRA no financiará al Tesoro, asumido en el programa de facilidades extendidas suscripto con el Fondo Monetario Internacional?
La decisión también parece contraponerse al objetivo declarado de la solicitud de asistencia al FMI, que era recapitalizar el Banco Central. En teoría, los fondos aportados por el organismo multilateral iban a ser para recomprar letras intransferibles del Tesoro que el Banco había sido obligado a aceptar. Las ganancias giradas al gobierno representan la mitad de los U$S 20.000 millones del préstamo, monto que podría haberse evitado de agregar a la deuda pública.
“El giro de utilidades del BCRA al Tesoro termina con la estabilidad en la base monetaria amplia, una de las tres anclas del programa que se sostenía desde hace casi un año. El 25 de abril (fecha de la operación) la base monetaria amplia creció un 26 %”, observó en sus redes sociales el analista Christian Buteler.
Para otros liberales acérrimos, como el economista Roberto Cachanosky, se trata de una emisión lisa y llana de dinero. “Las utilidades no se emiten, se realizan. Si el BCRA obtuvo utilidades por mayor valor de sus activos, (tiene que) vender en el mercado parte de esos activos por el equivalente a las utilidades que quiere transferirle al Tesoro. En otras palabras, volvió a emitir moneda”, opinó.
No tan abstracto
La discusión sería bastante abstracta si esa masa de dinero quedara en reserva, como dijo Caputo. Pero las chances de que deban ser utilizadas son bastante altas, a juzgar por lo sucedido en la última licitación de títulos. Fue el 24 de abril, cuando la Secretaría de Finanzas recaudó apenas el 70 % de los casi $ 7,5 billones de deuda que afrontó esa semana. Según un informe de la sociedad de inversiones financieras GMA Capital, los vencimientos en pesos de mayo y junio totalizan $ 29,8 billones, un desafío todavía mayor.
En el Palacio de Hacienda confían en que el rendimiento del carry trade (la ganancia que se obtiene con la diferencia entre las tasas de interés y un dólar relativamente estable) atraiga a los inversores y permita refinanciar ese muro de vencimientos de corto plazo. Pero para eso será necesario calibrar bien la oferta de títulos. La banca de inversión JP Morgan recomendó a sus clientes invertir en pesos sólo hasta agosto, descontando que las tensiones preelectorales pueden provocar turbulencias en la cotización del dólar. Si Finanzas ofrece letras a plazos más largos y sin una tasa atractiva, posiblemente haya que recurrir a esa reserva generada por las utilidades del Banco Central.
Por: Marcelo Di Bari