Tras el salto y la desaceleración, la inflación seguirá en baja sólo si logran sostener el tipo de cambio
Después del pico de aumentos posterior a la devaluación de diciembre de 2023, sobrevino el enfriamiento de la economía y la caída paulatina de los precios. ¿Qué va a pasar en 2025?
El problema de la inflación fue una de las cargas que tuvo que arrastrar el gobierno del Frente de Todos y uno de los trampolines de los que se sirvió La Libertad Avanza para llegar al poder en diciembre de 2023.
Shock inicial
Pese a las críticas de Milei y compañía a la suba constante de los precios minoristas en el año de las elecciones, lo primero que hizo la nueva administración fue avanzar con una mega devaluación de la moneda que encareció el dólar un 118% y que tuvo un impacto inmediato en los precios mayoristas y en los que se pagan en las cajas y mostradores de los comercios. Todo en el marco de un paquetazo que incluyó el fin de la obra pública y aumentos de tarifas y servicios.
La inflación, que en noviembre había promediado un 12,8%, en el último mes del año cerró a 25,5% (211,4% anual) y dio paso al debate sobre el alcance de la escalada, en un contexto de asfixia por la estabilidad de los salarios, el único precio de la economía que no evolucionó en forma pareja con los aumentos generales.
En el duelo de opiniones, un sector de los analistas proyectó en ese momento que el nivel de diciembre se podía mantener hasta el inicio del segundo trimestre del año, pero ya en enero el IPC bajó a 20,6% y en los meses posteriores la desaceleración continuó con promedios del 13,2% en febrero y del 11% en marzo.
La propaganda oficial defendió el salto provocado en las primeras horas del gobierno libertario como un paso necesario para evitar una presunta hiperinflación. El propio presidente, Javier Milei, repitió en las entrevistas que con la mega devaluación se evitó una escalada del 15.000% que ni el mandatario ni otro funcionario ni ningún analista pudieron explicar a lo largo del año.
El Estado avivando el fuego
En los primeros meses del gobierno de Milei los precios que más aumentaron fueron los regulados, tarifas de servicios públicos, transporte y de la medicina prepaga.
En febrero se empezaron a notar las actualizaciones de los precios de telefonía e Internet, un sector que, gracias al DNU 70/23, acababa de liberarse del control del Enacom. Y en marzo resaltó el ajuste de los precios del rubro Educación.
Tendencia firme
La tendencia a la desaceleración continuó en el segundo trimestre del año. En abril el IPC del Indec fue del 8,8%, nuevamente con los servicios públicos (35,6%) y las comunicaciones (14,2%) como los rubros más alcistas. Los precios de telefonía e Internet siguieron con fuertes aumentos en mayo, cuando el indicador general cayó a 4,2%. En junio la tendencia se cortó tras cinco meses y se produjo un rebote que llevó el promedio de aumentos al 4,6%, otra vez con los precios de los servicios públicos como los más altos del mes (14,3%).
En el tercer trimestre del año el indicador se movió con irregularidad pero mayormente a la baja. En julio el IPC volvió a caer a 4% tras el rebote del mes anterior; en agosto, volvió a subir levemente al 4,2%; y en septiembre, se registró una caída fuerte al 3,5 por ciento.
La desaceleración del noveno mes continuó en octubre (2,7%) y noviembre (2,4%) y por la estacionalidad de las fiestas de fin de año se espera un nuevo rebote que llevaría el indicador cerca del 3%, un nivel de bajo impacto para las expectativas de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.
Lo que vendrá
El cálculo del IPC fue objeto de controversia durante el año por la incidencia que tuvieron en la elaboración del informe oficial de rubros que tendieron a la desaceleración, como el de los alimentos, y la baja relevancia de otros rubros que fueron fuertemente alcistas, como los servicios públicos (ver recuadro).
Al margen de esa discusión y de las posibilidades concretas de que se actualice la medición de los precios minoristas, la opinión de analistas y empresarios es que en 2025 la inflación continuará con la tendencia de este año. Consultoras como EcoGo prevén que la variación interanual podría ser del 54% en marzo y del 37% para junio del año que empieza.
“La relativa estabilidad económica y el control del tipo de cambio son, sin dudas, promotores de expectativas positivas», señala Marina Acosta, directora de Comunicación de Analogías condicionando esas expectativas a la capacidad del gobierno por sostener efectivamente el tipo de cambio alto.
Por otra parte, los que contestaron a la encuesta de Expectativas de Inflación que realiza el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), proyectaron en noviembre que el aumento de precios de los siguientes 12 meses será del 45%.
Algo similar se desprende del informe Evaluación del Gobierno Nacional y Expectativas Económicas de la consultora Analogías, que entre otros resultados arrojó una mejora de la imagen de Milei en el marco de una polarización todavía muy importante.
A un año de la asunción de los libertarios, el 53,8% de los consultados evaluó al desempleo como un problema más grave que la inflación, que fue la respuesta que dio el 35,2% de los encuestados.
En la diferencia según género, el 54,4% de los hombres dijo que el desempleo es el problema más importante, contra el 36,2% que señaló a los aumentos de los precios minoristas. Entre las mujeres, el 34,2% de las mujeres dijo que el problema más grave es la inflación contra el 53,2% que respondió desempleo. «
¿Baja o no baja? El diferendo por la ponderación
Los que prevén que la inflación continuará a la baja en 2025 confrontan con lo que ponen la lupa sobre la forma en la que el Indec elabora el Índice de Precios al Consumidor (IPC), uno de los indicadores más importantes para medir la capacidad adquisitiva de los ingresos de la gente pero también para tomar decisiones políticas.
Este año la metodología que utiliza el ente estadístico nacional estuvo en el centro de la polémica porque a la par de los números que indicaban una desaceleración de los precios minoristas, en los comercios y en los bolsillos era muy clara la percepción de que el salario era insuficiente para adquirir los productos de la canasta básica.
En la polémica se distinguió que para la elaboración del IPC hay rubros que tienen más incidencia que otros, y que en la metodología vigente tienen más importancia los precios de los alimentos.
El problema es que el programa económico del gobierno de Javier Milei se distinguió por el fuerte ajuste de las tarifas de servicios públicos y por la liberación de los servicios de salud, como los de las empresas de medicina prepaga, y de los de las comunicaciones, que las empresas de telefonía e internet aprovecharon para recuperar rentabilidad.