La reforma del secundario en Provincia de Buenos Aires, bajo la mirada de la comunidad educativa

Docentes, estudiantes, expertos y autoridades hablan sobre el nuevo modelo de la educación media que comenzará en 2025 sobre territorio bonaerense. De las nuevas pautas de calificación al fin de la repitencia, las críticas y apoyos al sistema en medio de la crisis social, con chicos que trabajan, familias fragmentadas y la violencia que se hace presente.

A partir de marzo de 2025, la provincia de Buenos Aires tendrá un nuevo régimen académico en el nivel medio que tiene entre sus puntos más destacados la eliminación de la repitencia. Como siempre que suelen anunciarse cambios en educación, queda la incógnita en el aire: ¿qué piensa la propia comunidad educativa?

“Hay un consenso generalizado de que es necesario transformar la escuela secundaria porque no da respuestas a las necesidades de los estudiantes. Está probado que la repitencia no mejora los aprendizajes”, afirma Gustavo Galli, director provincial de Educación Secundaria.

Foto: Tèlam

“Esto pasa hace rato, casi nadie repite”, comentó en clase un estudiante de una escuela pública de Lomas del Mirador, La Matanza, al día siguiente del anuncio. Victoria Eger, docente de Comunicación en ese partido, confirma que la medida oficializa experiencias que ya existen en las instituciones de gestión estatal de la provincia: “Desde la pandemia se trabaja en dar más oportunidades para promocionar. Muchas dificultades que surgen en el aula no son por motivos pedagógicos, sino por historias familiares o dificultades económicas. El 80% de mis alumnos trabaja. Lo más importante es que los pibes y las pibas no dejen de venir a la escuela”.

Galli refiere a una realidad similar: “El director de una escuela de un barrio popular me dijo que sus alumnos tienen que cortar a las 11:30 para trabajar como repartidores. No podemos desconocer esas situaciones, entre tantas otras. Como las mujeres que tienen que mudarse de barrio por violencia de género. Ahora habrá justificación de la inasistencia por ese motivo y por paternidad”.

La reforma del secundario bajo la lupa

Hasta la sanción de la Ley de Educación Nacional en 2006, la repitencia escolar no era un gran problema en las familias, porque la educación secundaria no era obligatoria. Así lo explica Ariel Zysman, coordinador del Área Interdisciplinaria de Formación Docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El investigador defiende la eliminación de la repitencia y argumenta que debe ser una medida entre tantas que apunten a repensar el modelo organizacional de la escuela secundaria: si a un joven “le da lo mismo aprobar habiendo o no participado de las clases, hay algo de la enseñanza que no tuvo sentido y que hay que repensar”.

De la generación que ingresó a primaria en 2011 en la provincia, un 65% terminó el secundario en los plazos esperados, según el Observatorio Argentinos por la Educación: 4 puntos por arriba del promedio nacional. Pero si se analiza cuántos finalizaron en tiempo y forma con los conocimientos necesarios en Lengua y Matemática, la cifra desciende al 14 por ciento, muy similar a la media en el resto del país.

Maximiliano De Tommaso, profesor de Historia de escuelas privadas de San Fernando y formador de docentes, comparte que la repitencia no mejora la calidad educativa y que en ciertos estratos socioeconómicos se vuelve un factor de exclusión: “Es más productivo que un chico intensifique los contenidos que no ha podido lograr antes que repetir, pero es importante que el docente tenga herramientas que hoy en día no están, porque la intensificación se hace en el mismo momento en que hay otro estudiante que tiene aprobada la materia. Eso nos exige una multiplicación de tareas”.

Eger coincide con esa mirada: “Es muy interesante pensar en una educación más focalizada, pero con 40 pibes en un aula no se puede; hay que ampliar los equipos de trabajo. Cada vez se nos exige más por menos”. Para ambos docentes, se trata de una buena decisión en términos pedagógicos, siempre y cuando se acompañe de una mayor inversión en recursos. Si bien Galli aseguró a este medio que proyectan crear 35 nuevas escuelas secundarias y 35 mil módulos (cargos docentes), el contexto marca una perspectiva de menos ingresos para la Provincia: el gobierno nacional se propuso desfinanciarla, y a su vez quitó el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID).

María Rial, directora de una privada de Olivos, sostiene que la implementación del nuevo régimen “no parece viable con el formato actual, con la capacidad de los edificios, con la distribución horaria de materias y docentes, y con la movilidad de estudiantes dentro de la misma jurisdicción o entre jurisdicciones”. Y enfatiza que la crisis de enseñanza y aprendizaje no se resuelve solo con cambios en el sistema de calificación y acreditación de saberes: “Las reformas son aparentemente de forma para que los índices ilustren la situación de modo favorable”.

¿Y qué opinan las y los estudiantes?

Las opiniones de estudiantes varían. En una escuela privada de Ramos Mejía, una estudiante con excelentes notas lo piensa como una “falta de reconocimiento al esfuerzo”. Otra compañera habla de una “sobrecarga para el alumno”. Una tercera le plantea al grupo una pregunta que también se hicieron otros jóvenes de menos recursos, a 30 cuadras, en una escuela pública: “Si hay que cursar y rendir cada materia hasta aprobarla, ¿qué problema hay?”.

En Gregorio de Laferrere, otra localidad de La Matanza, la directora de una escuela explicó que la repitencia genera además problemas de sobre edad: adolescentes de 14 años conviven con otros de 17 en el mismo aula, motivo por el cual irrumpen constantemente conflictos.

Victoria Eger también puso el foco en la convivencia escolar, aspecto que el gobierno bonaerense busca fortalecer con más jornadas y acuerdos institucionales: “Es el principal problema que tenemos; los lazos sociales están rotos. Hay mucha violencia en las escuelas. Necesitamos volver a las bases, trabajar la solidaridad, el compañerismo y la empatía”.

Foto: @BAeducacion
Las claves del nuevo modelo

-Tendrá dos cuatrimestres y cada uno se aprobará con mínimo 7.
-Plantea la repitencia del año como una excepción: las materias pendientes de aprobación se van a intensificar o recursar.
-Contará con más docentes en la escuela para profundizar la enseñanza.
-Prevé la conformación de un Equipo de Definición de las Trayectorias Educativas.
-Propone una nueva Libreta Digital de Estudiante.
-Acompaña el inicio de primer año en la construcción del oficio de estudiante.
-Generará propuestas formativas destinadas a estudiantes de sexto año para la articulación con el nivel superior, organizaciones de la sociedad civil y la construcción de vocaciones.
-Prevé la realización de Jornadas Escolares y Acuerdos Institucionales de Convivencia.
Incorpora nuevos motivos de inasistencia: por violencia de género y por paternidad.

Por: Solana Camaño

Fuente
Tiempo Argentino

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *