Bahía Blanca: «Ya pasó la emergencia y ahora queda la crisis»

Distintos testimonios describen el temporal como un evento traumático. El rol del Estado en sus tres niveles y la solidaridad de la sociedad civil.

“Nunca tuve tanto miedo”, “era una película de ciencia ficción”, “una escena apocalíptica”, “lloré por mi ciudad”. Los testimonios bahienses tienen en común el tono traumático. Lo que ocurrió no fue un temporal más, sino el más grave en la historia de la ciudad. Pasada la emergencia, queda la crisis: cómo es la respuesta estatal, en los tres niveles, cómo reacciona la sociedad civil y cómo continúan las tareas.

El dato oficial indica que cayeron seis mil árboles, algunos quebrados y otros arrancados de raíz, que al ser levantados rompieron también las baldosas de la vereda. A la vez, hay una cantidad aún no precisada que quedó en situación inestable y peligrosa, que deberá ser talada o podada. Para facilitar estas tareas, el lunes hubo asueto administrativo, no hubo servicio de transporte público ni de recolección de basura.

Los que caminaron y recorrieron un poco describen un panorama desolador: cables en el piso, carteles publicitarios metálicos deformados, tirados contra techos y paredes de casas, autos cruzados en la vía pública, amontonados unos contra otros, vidrieras de comercios estalladas por las ráfagas de hasta 150 kilómetros por hora y fragmentos de vidrios por todas partes.

La cantidad de habitantes que permanecen sin luz cambia a cada momento, porque la municipalidad y la empresa de distribución eléctrica trabajan conjuntamente en el restablecimiento del servicio. La prioridad es restablecer el servicio en el centro, donde la provisión de agua depende de la luz. Una vez resuelto eso, se encarará la misma tarea en los barrios.

La primera consecuencia que resaltan los bahienses, la que consideran más dramática, es la incomunicación, la imposibilidad de saber si sus seres queridos están bien. Sin electricidad no hay cómo cargar los teléfonos móviles, en una época en la que las líneas fijas son casi un curiosidad antropológica. De hecho, la imposibilidad de conectarse de muchos bahienses fue una de las dificultades a sortear para realizar esta nota.

Testimonios

“Vivo en un piso once, acá arriba se sienten todas las tormentas”, cuenta Juan Guarino, periodista de Radio Nacional Bahía. “Apenas comenzó, bajé la persiana como hago siempre para evitar que estalle el vidrio, y por eso no vi más para afuera. Al rato quedé incomunicado. Primero, no entraban ni salían mensajes de Whatsapp, al rato tampoco se podía hablar por teléfono. En Bahía es habitual que en verano haya varios días seguidos de mucho calor y después una tormenta fuerte, pero nunca como ésta”.

A pesar de la falta de electricidad y de señal de internet por las antenas caídas, Guarino rescata la política de comunicación del municipio, con partes sucesivos con textos informativos breves, claros y concisos, para evitar una ola de pánico. “Hace unos cuatro años hubo una explosión en el polo petroquímico, que se escuchó hasta el centro”, compara. “La información oficial llegó más de 24 horas más tarde. Para ese entonces, ya habían corrido todo tipo de rumores y se habían instalado distintas versiones.”

Guarino cuenta que esta vez, a diferencia del incidente anterior que relata, los medios locales replicaban la información oficial. Y los de alcance nacional, a su vez, tomaban esa misma información de los principales medios locales. Así se evitó la desinformación, un fenómeno que suele acompañar a las catástrofes naturales.

Luciano Campetella es docente e investigador en Letras, nació en la vecina ciudad de Tres Arroyos y, tras más de dos décadas en Bahía, ciudad a la que llegó como estudiante y en la que luego se aquerenció, se define como bahiense adoptivo.

“Fue una verdadera pesadilla. Nunca tuve tanto miedo. Lloré por mi ciudad”, cuenta. “Después de quedarme sin luz e incomunicado, con las persianas bajas, me refugié en el baño, el lugar más seguro del departamento. Me senté en el inodoro, pero hasta el inodoro se movía”, narra para graficar la situación.

“Intenté dormir, pero era imposible: se escuchaban sirenas de bomberos en todas las direcciones, alarmas de autos que se disparaban solas, móviles de Defensa Civil. Con todos esos sonidos entremezclados, me levanté, comprobé que tenía gas y, a oscuras, me preparé un mate, para pasar el tiempo hasta el amanecer”.

Sebastián Más es el líder del Frente Renovador a nivel local. Compitió con el actual Federico Susbielles en las PASO, lo acompañó durante el resto de la campaña y lo apoyará en su gestión. «Primero, nuestro acompañamiento a las familias de las víctimas fatales y nuestra solidaridad con quienes perdieron sus hogares”, dijo.

las organizaciones de la comunidad se está trabajando en forma articulada con el apoyo total de la provincia, con personal y recursos. También contamos con el apoyo moral del presidente. Van a ser necesarios recursos para reconstruir todo y fundamentalmente para que las familias bahienses pasen unas fiestas no tan amargas», puntualizó.

«Las situaciones límite suelen sacar lo mejor y lo peor de la gente», cuenta Brenda Cepeda, integrante de la organización local Inquilinos Agrupados. «Así como hay gente que saca una zapatilla para que otro pueda cargar su teléfono, otros hacen lo mismo pero cobran. Donde hay una necesidad, el mercado aprovecha. Algunos negocios piden cinco mil pesos por un paquete de velas, tres mil por unas pilas doble A o tres mil quinientos por una bolsa de hielo.».

Gobierno local

Campetella sigue de cerca lo que ocurre con los sucesivos gobiernos municipales. Para él, el temporal fue el bautismo de fuego de la gestión Susbielles, que había asumido apenas unos días antes. “En estas horas se vio al intendente en los territorios, articulando la respuesta con las organizaciones de la sociedad civil, que es exactamente lo que prometió en campaña”, subraya. “Ya pasó la emergencia y ahora queda la crisis.”

Y establece una comparación. “Gay arrancó su primera gestión con cierto entusiasmo, pero lo fue ganando la desidia. El rasgo distintivo de su gestión fue la ignorancia respecto del estado municipal y de su organigrama. Como consecuencia, había mucha gente con funciones superpuestas o sin funciones. La consecuencia más evidente de esto es olfativa: en pleno centro hay agua estancada, con olor a podrido.”

Frente a esos compartimentos estancos, cuenta Campetella, la propuesta de Susbielles es la de organizar la municipalidad en agencias en vez de secretarías. No se trata sólo de un cambio de nombre, sino de que una determinada función o responsabilidad esté completamente en cabeza de una agencia y no fragmentada ni superpuesta. A la vez, el comité de crisis de la municipalidad de Bahía Blanca se puso en marcha el sábado y nunca dejó de funcionar. “Trabajamos las 24 horas porque la ciudad está devastada”, confirmó un integrante.

Otra preocupación que repiten los entrevistados es por el saldo del temporal en los barrios periféricos, donde las calles son de tierra, ahora de barro, y las viviendas precarias. Este lunes Susbielles declaró que su gobierno trabaja en una estimación de los daños económicos y la ayuda financiera necesaria, priorizando la reparación de los techos volados y la reconstrucción de las viviendas dañadas.

La declaración se produjo poco después de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijera ante los medios que desde el Gobierno nacional no recibió “requerimiento de ninguna índole, menos de ayuda financiera”. En esa misma conferencia, Adorni anunció el envío de 185 mil litros de combustible, por parte de YPF, para alimentar generadores en la ciudad, hasta tanto se normalice el suministro eléctrico.

Respuesta provincial

El gobernador Axel Kicillof, que fue el primero en llegar y resaltó la importancia de la inversión pública para dotar al estado de capacidad de respuesta ante eventos como este, calificó la visita de Milei como “fugaz”.

En simultáneo, la Provincia intensifica su despliegue interministerial, con un operativo de asistencia que incluye más de 300 efectivos de las áreas de Seguridad Siniestral, Emergencias, Seguridad y Logística, 35 camionetas, seis móviles logísticos, tres autobombas, dos minibuses, dos camiones de talleres, una grúa palanca y un hidroelevador, además de carpas, catres, motosierras, generadores eléctricos y torres de iluminación, en tanto que la Dirección de Vialidad contribuye con nueve camiones volcadores, tres palas cargadoras y minicargadoras, un generador y personal de apoyo.

El Ministerio de Salud provincial reforzó el sistema sanitario con cinco ambulancias de alta y media complejidad, un vehículo 4×4 y una unidad de logística y desastre, compuesta por tres carpas que funcionan como puestos médicos avanzados y están equipados con grupos electrógenos. Asimismo, dispuso la intervención de la Red Provincial de Salud Mental en Incidente Crítico (PROSAMIC) con cinco psicólogos. En tanto, el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad que conduce Andrés Larroque se hace presente en el municipio para acercar alimentos y bidones de agua, y otros elementos entre los que se incluyen 2000 chapas tirantes y clavaderas; 1500 kits de limpieza y 500 de indumentaria y calzado; 1400 frazadas y 450 colchones.

El bahiense más famoso, el ex basquetbolista Manu Ginóbili, anunció una campaña solidaria a través de sus redes sociales. «Nos juntamos un grupo de atletas y artistas locales para canalizar donaciones de todo el país y llevarlas a quienes más lo necesitan. Pronto les pasaremos la información para transferencias, en efectivo, artículos que la municipalidad está pidiendo tanto en Lawn Center de Bahía Blanca como en otros puntos del país que les vamos a dar a conocer», dijo.

Por Gastón Garriga
Fuente
Pagina12

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