La reconstrucción del peronismo tras la derrota electoral
En el nuevo mapa político habrá qué estar atentos al posicionamiento de los mandatario provinciales y a qué pasará en el Congreso con los legisladores que responden a ellos. El sindicalismo y los movimientos sociales ya se pronunciaron en "estado de alerta y movilización"
Después de la derrota, y pasada la primera semana de catarsis y reflexión, el peronismo comienza a emprender la difícil tarea de reconstruirse, como tantas otras veces lo hizo, desde la oposición. Esta vez, a diferencia de 2015 cuando ganó Mauricio Macri, el kirchnerismo logró quedarse con un distrito clave que será uno de los epicentros de la batalla que viene: la provincia de Buenos Aires. Allí Axel Kicillof sacó casi el 45 por ciento de los votos y muchos consideran que él será el encargado de fortalecer su liderazgo para empezar a escribir las «nuevas canciones» de las que el gobernador habló hace unos meses cuando le consultaron sobre el futuro del peronismo. La tarea será compleja con un escenario nacional como el que le toca, pero el exministro de Economía ya comenzó a realizar los primeros acercamientos con el futuro gobierno nacional. El viernes se reunió con Guillermo Francos, quién sería el ministro del Interior de Javier Milei.
En el nuevo mapa político habrá qué estar atentos también al rol que tomarán los gobernadores del espacio que triunfaron en sus distritos y también a qué pasará en el Congreso con los legisladores que responden a ellos y los que no. El sindicalismo y los movimientos sociales, en tanto, ya se pronunciaron en «estado de alerta y movilización» ante la promesa de ajuste del futuro Presidente –que en campaña hasta anunció que tiene la intención de eliminar el artículo 14 bis de la Constitución– y, por último, hay dos figuras que fueron clave y que, por más que parezca que están corridos del escenario, seguirán siendo actores centrales en el futuro del peronismo: la de Sergio Massa y la de Cristina Fernández de Kirchner. Resolver la atomización actual y que no haya divisiones que terminen siendo funcionales al gobierno de extrema derecha de Milei será el desafío central del espacio en su conjunto.
«La ‘casta’ tiene muchas derrotas encima y no hay que desesperarse. Si bien hoy el peronismo no tiene un líder claro, logramos sacar el 45 por ciento de los votos en un contexto muy complejo, de mucha inflación; nos quedó mayoría en el Senado, una buena cantidad de diputados y se ganó en la provincia de Buenos Aires», resume un importante dirigente peronista y recomienda que «como en la cárcel, lo peor que se puede hacer ahora es estar ansioso por salir«. «No hay que pensar que es poco tiempo. Hay que pensar que son cuatro años y, de a poco, empezar a levantarnos», resume.
Para uno de los ministros más importantes del gabinete actual en esta elección había dos opciones: «era el miedo o la bronca; la continuidad o el cambio y ganaron ellos». «La gente no quería seguir viéndonos. No quería ver nuestras caras, quería ver otras», reflexiona, pero aclara que «lo que quedó demostrado esta semana es que van a ver las mismas caras que vieron durante el menemismo y el macrismo«. En el peronismo opinan que es momento de «esperar para ver qué reacción tiene el pueblo ante el ajuste brutal que viene a hacer Milei», y recuerdan que, por ejemplo, cuando Macri aumentó las tarifas muchos decían que estaba bien «porque se pagaba poco». En este caso, aclaran que, por más que Milei en campaña dijo que «es ajuste o hiperinflación», pueden ser las dos juntas y que hay que estar preparados para ese momento.
Los gobernadores
Desde varias terminales oficialistas consideran que el que «mejor quedó parado», en este contexto es Kicillof, pero que, a la vez, es el que peor la va a pasar. En esa línea, opinan que el peronismo, incluida la Cámpora, deberá respaldarlo porque no hacerlo «sería directamente pegarnos un tiro en los pies». Mario Secco, intendente reelecto de Ensenada, dijo que él no tiene dudas de que Axel puede liderar la oposición y que el peronismo se va a reorganizar «detrás de la única propuesta fuerte que quedó, que es la de Axel». Remarcó que es importante «ponerse adelante para cuidarlo porque van a ir por él». El viernes pasado el gobernador se reunió con Francos en la sede porteña del Banco Provincia para empezar a delinear lo que será la relación institucional, económica y financiera entre ambas gestiones.
El resto de los gobernadores peronistas también tendrán un papel clave. Además de Kicillof, Ricardo Quintela, de La Rioja; Raúl Jalil, de Catamarca; Osvaldo Jaldo, de Tucumán; Sergio Ziliotto, de La Pampa y Gildo Insfrán, de Formosa, fueron elegidos para gobernar los próximos cuatro años. A ellos se suma Gustavo Sáenz, de Salta y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero y Gustavo Melella, de Tierra del Fuego, que provienen del radicalismo, pero también formaron parte del armado de UxP. Insfrán, fortalecido por el triunfo en su provincia, es quien para algunos dirigentes del espacio debe ser el presidente del órgano partidario el año que viene.
Varios de los líderes provinciales, sumado a otros de la oposición, la semana pasada enviaron una carta al gobierno pidiendo que se incorpore a la masa coparticipable el 25 por ciento de la recaudación del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios y el 35 por ciento de la recaudación del Impuesto País», algo que habían acordado con Massa. «Está muy complicado todo», repiten. Desde Casa Rosada dicen que sería «raro» firmar eso ahora y remarcan que los gobernadores también se tienen que responsabilizar por la derrota. Principalmente –aclaran– por la decisión de desdoblar sus elecciones.
La situación en el Congreso
Durante estos días de transición desde el gobierno vieron de cerca los movimientos y las personas que acompañan a Milei y para algunos dirigentes cercanos a Fernández la gestión de Milei será muy similar al de Carlos Menem. La diferencia, dicen, es que el riojano tenía el respaldo de todo el PJ y de la CGT. En este caso habrá que esperar a ver qué hace el peronismo. Si, por ejemplo, como pasó durante el macrismo, se desarman los bloques en el Congreso –y quedan por un lado los legisladores kirchneristas y por otro los que responden a los gobernadores– o mantienen la unidad.
Allí estarán voces muy importantes como la de Máximo Kirchner y Eduardo de Pedro. UP tendrá 108 diputados y 33 senadores, a los que se suelen sumar legisladores de las fuerzas provinciales. Desde LLA, en tanto, quieren buscar aliados más ligados al peronismo. Macri propuso sumar a Miguel Ángel Pichetto como presidente de la Cámara de Diputados, mientras que Milei tiene la idea de poner en ese puesto a Florencio Randazzo, compañero de fórmula de Juan Schiaretti, con quién Milei habría realizado varios acuerdos que incluirían la incorporación en ANSES de Osvaldo Giordano, funcionario de confianza de Schiaretti en Córdoba. En esa provincia otro jugador clave que podría tomar relevancia en la discusión sobre el futuro del peronismo a nivel nacional es Martín Llaryora, gobernador electo.
Massa y CFK
Massa, en tanto, sorprendió hasta a los más cercanos cuando el domingo por la noche dijo en el escenario que había culminado una etapa para él. Nadie termina de creer que se alejará de la política. Será cuestión de tiempo corroborarlo. Una semana antes del balotaje, el tigrense ya sabía que se avecinaba una derrota. Cristina Fernández de Kirchner, en cambio –según cuentan quienes hablaron con ella por esos días– transmitía optimismo. De hecho tenía pensado visitar a Roma unos días después de la elección. Un viaje que, a la vista de los resultados, tuvo que suspender. Así como es difícil que Massa se corra del mapa político, también lo es que se retire la vicepresidenta. Sin la centralidad que supo tener, sin dudas ella seguirá siendo clave en el futuro del peronismo.
«Hay una crisis de representatividad muy evidente y un vacío de liderazgo porque los que nos han conducido hasta aquí nos han traído estas derrotas. Esos lugares, de ahora en más, van a ser cubiertos por quienes sepan recuperar la confianza del pueblo y sean coherentes defendiendo los derechos que Milei les viene a sacar«, resumió un sindicalista.