«La militancia sigue en la calle, no se retira»

El titular del puerto propuso a la sociedad un modelo productivista, con mirada estratégica, frente al clima de violencia de los últimos años, y ganó la ciudad.

Tras ocho años de gestión Pro en cabeza del ex periodista del grupo La Nueva Provincia Héctor Gay, Bahía Blanca volverá a tener un intendente peronista. Se trata del titular del puerto y ex basquetbolista de selección Federico Susbielles.

Este bahiense de 53 años, tras dejar la práctica profesional del deporte, se volcó a la política. Tras un breve paso por el ARI, se sumó al kirchnerismo. Fue gerente del PAMI, interventor de la Confederación Argentina de Básquet y luego presidente electo de la misma institución. Ya había sido candidato a intendente anteriormente.

Tras una PASO en la que, efectivamente, se dieron los tres tercios previstos por Cristina Fernández varios meses atrás, también en el plano local, el candidato de Unión por la Patria acumuló diez puntos más en el último tramo de la campaña, imponiéndose al representante libertario, el docente universitario Oscar Liberman, que a su vez relegó a la bullrichista Nidia Moirano al tercer lugar. Obtuvo más de 36 puntos, contra 32 de su perseguidor inmediato y 25 de la representante del oficialismo local.

Susbielles tiene, entre sus principales activos electorales, un perfil productivista y desarrollista, un discurso que apunta a la construcción de mediano y largo plazo. Su desafío será plasmar esto en medidas concretas, a partir del próximo 10 de diciembre. Mientras sus rivales se jugaron al arrastre de sus respectivos candidatos nacionales, él desarrolló un proyecto local, que fue clave para captar adhesiones más allá de las identidades políticas.

“Vamos a convocar a todos los sectores de la ciudad para mejorar Bahía. La victoria nos da derechos, pero también muchas obligaciones y una gran responsabilidad. Vamos a trabajar poniendo el cuerpo, pensando en el bien del vecino. Y para eso necesitamos de todos. El desafío es colectivo. Nadie va quedar excluido”, dijo anteanoche en su discurso triunfal. Y añadió: “No hay honor más grande que representar los intereses de los vecinos. Pero también tengo claro que la silla que ocuparé como intendente no es mía, sino que es de todos los vecinos y que me la prestan por 4 años”.

La amplitud que Susbielles se propone imprimirle a su gestión implica un giro de 180 grados respecto de lo que ocurrió en los últimos años, donde hubo un clima de creciente violencia y hostigamiento a los opositores políticos y a los trabajadores municipales, cuya relación con el ejecutivo estuvo signada por conflictos y medidas de fuerza, un rasgo común a muchas gestiones Pro.

–Sumaste diez puntos en estos dos meses. ¿De dónde salieron?

–Por un lado, la gente se cansó del odio como mecanismo para hacer política (N de la R: el 25 de mayo de 2021 un artefacto explosivo casero estalló en el local de La Cámpora de Beruti y Donato generando daños materiales y la investigación judicial nunca avanzó). Nosotros construimos sin descalificar, sin insultar, con una mirada muy similar a la de Sergio Massa en el plano nacional, basada en propuestas. Tenemos un documento, un libro de 500 páginas, que será nuestra guía de gestión, desarrollado en conjunto con representantes de todas las instituciones, reunidos en más de 20 foros profesionales. Es algo que no se había hecho desde 1983.

–¿Y ahora cuál es la prioridad? ¿La transición? ¿El balotaje?

–Ambas. Las dos tienen la misma importancia. Somos muy conscientes de que ayer no terminó nada. Al contrario, empieza todo. Empieza el desafío de construir un municipio y una gestión a la altura de las expectativas. Y vuelve a empezar la búsqueda de votos, hasta que Sergio Massa sea presidente. Vengo hablando con él. Coincidimos en el rol de las universidades, los institutos científicos, Vaca Muerta e YPF. Es fundamental asegurar su victoria. La militancia sigue en la calle, no se retira.

–¿Cuáles van a ser tus primeras medidas?

–Voy a convocar a los sectores productivos, las cámaras y sindicatos, el capital y el trabajo, porque necesitamos a la brevedad 15 mil nuevos puestos de trabajo en la ciudad. Ésa es una de las prioridades. La otra es poner en marcha un plan de infraestructura, con eje en el asfalto, que es una de las grandes carencias del distrito, y la creación de suelo urbano, porque sin suelo urbano no hay vivienda. En materia de agua y saneamiento el gobierno provincial hizo un aporte enorme, pero tenemos que seguir.

–¿Qué escenario prevés?

–Por distintos motivos, en los próximos 5 o 10 años, Bahía Blanca va a recibir una cantidad enorme de inversiones, por el puerto, las universidades, el polo petroquímico. Va a haber crecimiento, pero eso necesita un plan rector, necesita planificación y articulación. Acá ya ocurrió lo contrario. Durante los últimos 40 años llegaron muchas inversiones, ¿pero los bahienses vivimos mejor? No. Vaca Muerta y el gasoducto Néstor Kirchner ponen al puerto de Bahía Blanca otra vez en el centro de la escena nacional. Hay proyectos muy importantes en carpeta, como el de licuefacción de YPF Petronas, que va a duplicar la capacidad de producción de gas licuado en Argentina, con una inversión de 50 mil millones de dólares en tres etapas. Otro de ampliación de Profertil y de Transportadora de Gas del Sur. Todo eso nos pone a las puertas de un escenario histórico y la región tiene que prepararse. Para desarrollar todo esto van a venir 15 mil trabajadores de la construcción a la ciudad, vamos a volver a recibir una corriente migratoria fuerte. Esto requiere infraestructura para recibirlos, estrategias para que esa demanda se vuelque sobre nuestras pymes, que van a requerir formación y calificación. En las últimas décadas recibimos un flujo de inversión importante, aunque mucho menor que el próximo, el aporte de la ciudad al PBI nacional creció, pero nuestra calidad de vida, en cambio, se deterioró. Tenemos problemas estructurales: 55 por ciento de calles de tierra, con el cordón sur de la ciudad está abandonado. Hace un siglo teníamos una visión de la ciudad como gran capital, que lo tiene todo. Eso se perdió y hay que recuperarlo.

–La relación del gobierno saliente con los trabajadores municipales fue conflictiva.

–Los empleados municipales, muchas veces, son los que terminan poniendo la cara y el cuerpo por el gobierno municipal, especialmente cuando las cosas no salen bien. Nuestro objetivo es un Estado municipal fuerte, activo, dinámico, bien equipado, y en ese planeo los trabajadores municipales son aliados estratégicos. Lo que vamos a hacer es imposible sin ellos.

–¿Cambió el rol del intendente en los últimos años? ¿Se ampliaron o complejizaron las demandas?

–Nosotros, en ese sentido, nos proponemos ejercer una representación amplia. Queremos que la agenda de los vecinos sea la misma agenda del intendente, porque Bahía necesita muchas soluciones. Tenemos un proyecto industrialista. El desafío es lograr que ese crecimiento que la ciudad va a experimentar se traduzca en infraestructura y calidad de vida para los bahienses, con un buen sistema de salud, de transporte, con espacios verdes, somos una de las grandes ciudades del país que tiene que volver a brillar y recuperar centralidad. Vamos a trabajar para todo eso.

Por Gastón Garriga
Fuente
Pagina12

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