Más empleo con menos poder salarial

La creación de empleo a la par de la corrosión salarial marcan hoy un complejo cuadro del mercado de trabajo. El Observatorio de Estudios Sociales de la CTA Autónoma ponderó que para encontrar salarios tan bajos, hay que remontarse 17 años atrás.

«Tomando el último valor del Ripte de enero pasado, el salario es el más bajo desde 2006. Los peores registros de la caída desde ese año al presente corresponden a 2018 y 2019, con una baja del 20%. Desde la asunción de Alberto Fernández tuvo una caída de 4 puntos», le dijo a BAE Negocios Luis Campos, coordinador de ese observatorio.

Acotó además que el salario promedio medido por el Ripte en abril de 2006 fue de $1.465, y para enero pasado fue de $201.580, «en términos reales, es decir descontada la inflación, es lo mismo». El incremento sostenido de los precios determina la anemia de los sueldos.

Respecto a las fuentes para medir la evolución salarial, desde 2009 existe el SIPA, que publica el Ministerio de Trabajo pero sólo abarca a registrados. El Indec mensura desde 2015 a los trabajadores privados registrados y desde 2016 a los no registrados. Y desde mediados de los 90 el Ripte, define la «remuneración promedio de los trabajadores estables». Fue creado con la implementación de la ART.

Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), dijo que lo novedoso del último año en cuanto a sueldos «es una gran volatilidad» dada por las paritarias permanentes y la inflación: «el mes que se elija para la comparación interanual puede cambiar mucho la situación de cada rama o sector».

Zirulnik apuntó que se están negociando y otorgando aumentos trimestrales, bimestrales e incluso mensuales. «Lo que deriva, en la comparación interanual, que en un determinado mes se pueda observar una caída en términos reales, y al mes siguiente una mejora o viceversa».

El analista remarcó la heterogeneidad entre las ramas. Citó por caso a los sueldos de Gastronómicos, «que crecieron en términos reales un 15%, para el tramo diciembre 2022/diciembre 2021, mientras que Camioneros perdió un 6,5% en el mismo período».

Zirulnik alertó que para sector informal la pérdida es mayor, al no negociar mejoras colectivas y apeló al Indec (Coeficiente de Variación Salarial) para remarcar que en los trabajadores informales la caída en términos reales fue del 14% entre -enero 2022 y enero 2021- y del 20,7% -entre enero 2022 y Enero 2020-.

Juntos, no a la par

Pablo Ferrari, economista de la Universidad de Avellaneda y UBA, remarcó la caída salarial a la par del crecimiento del empleo. «Con un alto nivel de desempleo tiende a bajar el salario. Ahora en esta etapa, se está dando la baja del desempleo y la merma salarial. Si bien no es la única causa, el nivel actual de inflación gravita».

Para el rigor de deterioro del salario real, Ferrari recordó la cuestión temporal por la que los precios crecen a gran escala y de manera constante contra salarios que los hacen con menos frecuencia. Aunque sean analizados o vistos de punta a punta, parece que se fueran a empardar, «en tiempo real los salarios pierden». Al igual que Campos, Ferrari remarcó la era Cambiemos como la de mayor deterioro por «las devaluaciones abruptas, el endeudamiento en dólares, y un acuerdo con el FMI como grillete, todo en el centro de gravedad del rumbo económico».

Por su parte Mariana González economista del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA de los Trabajadores sostuvo que frente a la inflación 2022 las paritarias lograron mantener el salario registrado en promedio, «pero no que se elevara sustantivamente».

La investigadora puso énfasis en la creación de empleo recuperado como el crecimiento económico, post pandemia. «Entre 2019 y 2022, terceros trimestres el número total de puestos de trabajo, registrados y no registrados, creció en 727.000 en términos netos». Es decir que se recuperó la cantidad de empleo perdida durante la pandemia y se crearon más de 700.000 puestos adicionales, subrayó.

«Estos nuevos puestos son casi en su totalidad en relación de dependencia, pero mayormente no registrados. Mientras que los puestos registrados fueron 268.000 más, y los no registrados que carecen de aportes jubilatorios, obra social y protección legal, aumentaron en más de 450.000».

Por Luis Autalan

Fuente
BAENegocios

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