Retenciones: cuando el ruralismo aceptaba el diferencial y hasta entendía la suba del tributo

No hace mucho tiempo los productores señalaban que la diferencia era una transferencia de recursos. En 2018 los integrantes de la Mesa de Enlace decían comprender el incremento.

En el inconsciente colectivo quizás esté instalada la concepción de que el campo y el Gobierno siempre han estado enfrentados. La protesta del sector en 2008, surgida a partir de la ya célebre Resolución 125 que buscaba implementar retenciones móviles, tiene mucho que ver. Más acá en el tiempo, el amplio rechazo que generó en la cadena agroindustrial la última medida del Gobierno mediante la cual se incrementaron dos puntos porcentuales las retenciones a las exportaciones de aceite y harina de soja -con el objetivo de recaudar unos u$s400 millones que serán destinados directamente a subsidiar el precio de la harina en el mercado interno-, pareciera confirmar la creencia popular, pero lo cierto es que esto no siempre fue así. Porque el Gobierno también ha subido retenciones y hasta eliminó el diferencial a favor de la industria, y los reclamos y protestas en las rutas nunca llegaron. La diferencia sustancial es quien gobernaba.
Con solo repasar la historia reciente saltan a la luz los hechos. En septiembre de 2018 cuando el presidente de la Argentina era Mauricio Macri y el Gobierno decidió subir las retenciones al trigo y el maíz, desde el 0% hasta alrededor del 12% y llevó la soja al 29%, mientras además eliminó el diferencial que favorecía a la industria aceitera, la reacción del campo en su conjunto no fue para nada similar a la de 2008 o a la de este 2022, cuando los productores amenazan con movilizaciones en las rutas y la Mesa de Enlace busca trabar la decisión en el Congreso. Todo lo contrario, en aquel entonces los ruralistas mostraron “entendimiento” del contexto económico y en esa línea fueron sus declaraciones.
La entidad que tomó la delantera fue la Sociedad Rural, con su expresidente Luis Miguel Etchevehere como ministro de Agroindustria en aquel momento. Tanto es así que a poco de conocerse la medida emitieron un comunicado en el que detallaron: “Nos hacemos eco del mensaje del Presidente que nos convoca a todos los argentinos a trabajar juntos para sacar al país definitivamente de la crisis y terminar con la corrupción. El campo continuará una vez más, colaborando con toda iniciativa que apunte a proyectar a nuestra Nación definitivamente en el sendero del desarrollo”. Es decir, apoyaban la vuelta de las retenciones.Un poco más tibio pero de todas formas claro fue el apoyo que brindó el presidente Coninagro Carlos Iannizzotto al declarar: “Estamos en contra de las retenciones, pero hay una situación de emergencia que el campo no puede desconocer. En situaciones de emergencia el campo no puede quitar su apoyo”.

El contexto y la crisis de la que hablaba el campo en ese entonces era luego que Mauricio Macri acordara con el FMI un préstamo por u$s50.000 millones mediante el cual se comprometía además a bajar el déficit y la inflación. Dos ítems que no se alcanzaron a pesar de los desembolsos del Fondo de los que hoy nada queda.

Eso no es todo, porque en 2019, cuando aún gobernaba Macri, la industria aceitera continuó reclamando la vuelta del diferencial de retenciones con una clara justificación. El agregado de valor es clave para la generación de empleo y divisas de la Argentina. No es lo mismo exportar grano sin procesar que aceite o harina. Pero en la vereda de enfrente, los productores no estaban tan de acuerdo con igualar el tributo. En ese marco, el vicepresidente de Federación Agraria, Elvio Guía, fue categórico al declarar: “No estamos de acuerdo en un diferencial de retenciones para la industria sojera, y si hay que discutirlo, debe ser en otro momento y no ahora. Si hay que hacer una transferencia de recursos de esa cantidad de dinero, no debe ser para la industria, sino para los pequeños y medianos productores y las economías regionales que lo están pasando mal”.

Por su parte, el por aquel entonces presidente de la Sociedad Rural Daniel Pellegrina también se expresó en la misma línea y solicitó que antes de igualar el tributo a favor de la industria, se discuta una baja de retenciones para las economías regionales.

De vuelta en 2022, la suba de las retenciones a los subproductos de la soja encontró un rechazo categórico de todo el sector. Desde los productores, pasando por el ruralismo, hasta la industria. La diferencia salta a la vista y pareciera ser quien gobierna. Dejando de lado además el actual contexto, muy diferente al de 2018. Es decir, luego de una pandemia, renegociando una millonaria deuda con el FMI y en medio de las presiones que genera la guerra entre Rusia y Ucrania para el mercado mundial de commodities.

Finalmente y para despejar cualquier duda, el actual presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, fue más allá al declarar días atrás que la medida generó rechazo entre los sectores del campo no tanto por la suba sino porque es “una decisión que toma este Gobierno”.

Por: Yanina Otero

Fuente
ambito financiero

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