Elecciones en Uruguay: los votos que definirán el resultado

Con paciencia los uruguayos deben esperar hasta jueves o viernes para saber quién será el próximo presidente, tras un ballottage reñido como nunca. Luis Lacalle Pou, líder del conservador Partido Nacional (Blanco), obtuvo el 48,7 por ciento de los votos en alianza con otros partidos de derecha mientras que Daniel Martínez, del centro-izquierdista Frente Amplio (FA), consiguió el 47,5 por ciento de los sufragios, según el escrutinio primario. El repunte del oficialismo, al que los sondeos lo ubicaban entre 4 y 7 puntos por debajo de la oposición, es un dato clave de esta histórica segunda vuelta.

La diferencia de apenas 28.666 votos es inferior a la de los votos «observados», en este caso unas 35.229 papeletas, por lo que hay que esperar a que la Corte Electoral realice el escrutinio secundario (el recuento voto a voto), que esta vez será crucial para definir al sucesor de Tabaré Vázquez. El presidente de la Corte Electoral, José Arocena, dijo que el recuento comienza este martes y terminará como máximo el viernes. El escenario se presenta más complejo para Martínez, exintendente de Montevideo. Según el cálculo que hace las consultoras, el candidato socialista necesita obtener 91 por ciento de los votos observados.

«El Frente Amplio sigue siendo mayoría. Se juntaron cinco partidos para llegar al porcentaje tan parejo. Si no existiera el ballottage, la izquierda ya hubiera ganado» dijo en la peatonal Sarandí Mariela Centurión, vendedora, 52 años. Y agregó: «La gente cuanto más tiene, más quiere. No quieren pagar impuestos y este gobierno lo estableció para los sueldos altos ( a partir de los 1060 dólares)».

La segunda vuelta se incorporó en la reforma constitucional de 1996, siendo el primer ballottage el que disputaron Tabaré Vázquez y Jorge Batlle. El líder colorado ganó con el apoyo de los blancos.

Para este ballottage Lacalle Pou formó una coalición «multicolor» con el Partido Colorado, el ultraderechista Cabildo Abierto y dos formaciones minoritarias (Partido Independiente y Partido de la Gente). Esta alianza cuenta con mayoría parlamentaria.

Las encuestadoras no anticiparon una segunda vuelta tan reñida, ya que le daban una ventaja al exsenador blanco de entre cuatro y siete puntos. Para el analista Jorge Lanzaro, en los últimos días ocurrieron unos hechos en cadena que generaron rechazo a la coalición, empezando por la incorporación de Guido Manini Ríos, excomandante en jefe del Ejército. Pasó a enumerar:

«Un convencional de Cabildo Abierto incitó por Facebook la creación de un escuadrón de la muerte, lo que muestra es que en el entorno del militar retirado hay personajes ultras. El diputado Martín Sodano, del mismo partido y contrario al aborto legal, dijo que si una mujer queda embarazada `que se la banque`. El propio video de Manini llamando a no votar por el Frente Amplio y un comunicado del Centro Militar pidiendo ´extirpar el marxismo de Uruguay´» sostuvo Lanzaro, profesor de Ciencia Política de la Universidad de La República.

Con todo,el analista señaló que el Frente Amplio recuperó votos de electores más renuentes. «Sucede con ciudadanos de a pie, simples electores que se terminan decidiendo a pesar de los defectos del Frente Amplio y de su candidato Daniel Martínez. Uno de los problemas del FA es que el ciclo de liderazgos fuertes como Tabaré, Mujica y Astori llegó a un punto de inflexión».

El experto no deja de destacar que el Frente Amplio es el partido de izquierda más grande y organizado de América latina, con 42 por ciento de representación parlamentaria y cuenta con las intendencias de Montevideo y Canelones.

Precisamente estas urnas revelaron un electorado partido en dos: Montevideo y Canelones marcadamente frenteamplistas, que representan lo más moderno y urbano contra un interior favorable a la oposición.

Flavia Ferreira, empleada pública oriunda del departamento de Artigas y que reside en la capital desde los 90 señaló que «el FA descuidó el interior en general y no hizo nada por el norte». Sentada en un banco de la peatonal Sarandí, en Ciudad Vieja, agregó con tono reprobatorio. «Los políticos son todos iguales, cambia el color de la bandera».

Sin embargo, la coalición de centro-izquierda aprobó en 2008 la Ley 18.441 que limitó la jornada laboral de los peones rurales a máximo ocho horas diarias y estableció el pago de horas extras.

El analista Lanzaro agregó otro dato: al votante del interior le preocupan temas como el crecimiento de la inseguridad y la suba de los impuestos, y no simpatiza tanto con al agenda de derechos aprobada entre 2005 y 2019.

Si se confirman los resultados del escrutinio primario, el país daría un giro a la derecha tras 15 años de tres gobiernos de izquierda. Durante ese período, el índice de pobreza pasó de 34 a 8 por ciento y la desocupación bajó del 20 al 9 por ciento. Por otro lado, el déficit fiscal creció a un 4,9 por ciento del PIB. Además, Uruguay aprobó leyes de vanguardia en la región como la regulación del cannabis, la legalización del aborto, la ley integral para personas trans y el matrimonio igualitario.

Fuente. Pagina12

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