Calores y fetidez en febrero

Para los trabajadores, los jubilados, las Pymes y la industria en general todas las semanas son trágicas. En los tribunales de Comodoro Py se inauguró una nueva efeméride: la Semana fétida. Las cloacas e instalaciones sanitarias incurrieron, defínalo usted, en un exceso de simbolismo o de literalidad. El hedor es veraz: la apodada “Justicia”, en abrumadora mayoría, apesta.

La productividad judicial anti opositora se acentúa apenas acabada la feria. Se puso de moda-verano llamar a indagatoria a decenas de acusados. Las presiones ilícitas vienen en combo.

La economía no ayuda a Cambiemos, los cortes de luz soliviantan a la gente común, las murmuraciones cumpleañeras del presidente Mauricio Macri carecen de persuasión…  La mega devaluación de 2018, vaticinaban en oficinas gubernamentales, provocaría un boom turístico interno en nuestro país.

Cero novedades: dichos corsi y ricorsi de turistas son clásicos en la microeconomía argentina. El ciclo macrista añade una innovación. Enero contradijo precedentes y defraudó expectativas.

Los hechos desmienten a las profecías, Pocos turistas, capacidad hotelera ociosa, gasolerismo al máximo. Ingeniosas notas de “Sociedad” comentan que la gente prefiere vacacionar por pocos días, ahorrar en comidas y paseos. ¿Se animarán en febrero a contar las funcionalidades positivas de los cortes de energía eléctrica? Alimentación con comida recién llegada de la huerta, sociabilidad en la calle con los vecinos, menos alienación producida por la tevé…

La canasta escolar, como casi todos los consumos populares, aumentó mucho más que la astronómica inflación promedio.

Calma, radicales y cambiemitas: los tribunales federales operan como baluartes de la campaña oficialista. La prensa hegemónica e in the pendiente adhiere con fervor, aunque sin Netflix. El calor desnuda los cuerpos y muchas otras variables.

Cambiemos va unido a las elecciones, cuenta con un piso electoral estimable que seguramente linda con su techo hoy en día. Sus chances afincan en esos datos duros, en la descalificación o hasta la persecución a los adversarios políticos.

Febrero es cortito,  el 10 marzo se elige gobernador en Neuquén, iniciando la ristra de domingos con competencia.

La Patagonia ¿rebelde? El gobernador Omar Gutiérrez del Movimiento Popular Neuquino (MPN) busca la reelección. Su fuerza conserva el Ejecutivo desde la recuperación democrática. Un record que lo sindica como hueso duro de roer. El peronismo, con un armado frentista encabezado por Ramón Rioseco se tiene fe confiando hasta en los votitos que por derecha le pueda sacar al MPN su ex dirigente y ex gobernador Jorge Sobisch. Cambiemos tercia en la puja, con pocas apuestas a favor en los pronósticos deportivos.

Un conjunto vasto que aúna kirchneristas y peronistas no K desafía al gobernador chubutense Mariano Arcioni, sucesor del caudillo local Mario Das Neves, con menor peso específico que el referente fallecido. Carlos Linares, intendente de Comodoro Rivadavia, es candidato de una coalición entre kirchneristas y peronistas de surtido origen.

En Río Negro, la candidatura de Martín Soria congrega a kirchneristas, peronistas de otros palos y, como dijo el aspirante en el acto de lanzamiento, un armado frentista vastísimo. Que, agrega de su coleto este cronista, podría servir de aliciente a la búsqueda de “unidad” a nivel nacional.

El gobernador Alberto Weretilneck está a cargo desde inicios de 2012: era vice de Carlos Soria quien fue asesinado apenas se inició el mandato. Weretilneck gobernó casi dos períodos enteros pero afirma que el primero no cuenta para el límite a reelecciones fijados por la Constitución local. La oposición cuestiona su criterio: marcha la judicialización en otra provincia. Contrarreloj, porque se vota el 7 de abril.

La cláusula respectiva es confusa, pésima su redacción. El jurista Gustavo Arballo registró en el blog Saber Derecho que la norma fue calcada en varias cartas magnas provinciales. Fea actitud de constituyentes variados: copiar y pegar. Buenos Aires es una de esas provincias, el ahora diputado Felipe Solá sustenta una interpretación análoga a Weretilneck en su reciente libro de memorias. El presidente Néstor Kirchner le reclamó que desistiera de la re-re (o lo que fuera) en 2007 por razones extrajurídicas. En Misiones, el oficialismo había perdido una consulta popular buscando validar reelecciones ante una coalición pluripartidista que condujo el obispo Joaquín Piña. Kirchner husmeó un clima adverso de opinión pública e instó a Sola y al jujeño Eduardo Fellner a resignar la reválida.   Altri tempi.

Los augures oficialistas vaticinan seguidilla de resultados adversos para Cambiemos en los comicios provinciales, sobre todo en los primeros. Lo intuyen, lo “leen”, consultan encuestas a lo loco. No es forzoso que acierten aunque es interesante que lo prevean.

En las tres provincias patagónicas que reseñamos el kirchnerismo está afuera del gobierno. Para que hubiera genuina derrota de la Casa Rosada uno o más distritos deberían cambiar de mano. Si sucediera en las tres sería batacazo con posible repercusión nacional. Si fueran una o dos (el escenario más posible, según el querido y falible ojímetro de este cronista) un dato llamativo. La continuidad absoluta, buena nueva para Macri.

Mansos y tranquilos: La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal dejó de lado jugaditas de truco, amagues y operaciones mediáticas para hacer lo que mandan los libros. Coincidirán las votaciones en Nación y en “la Provincia”. El Jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se había alineado sin mohines ni corcoveos.

El gobernador mendocino y radical Alfredo Cornejo resolvió separar los comicios locales de los nacionales. Impulsa como sucesor al correligionario Rodolfo Suárez, intendente de la capital.

Los alcaldes son fuertes en un distrito sin reelección para gobernador, la cultura provincial analiza mucho sus desempeños. La ciudad de Mendoza es una vidriera y un trampolín.

PRO aspira a darle pelea interna a los correligionarios, con el intendente de Luján de Cuyo Omar Marchi como adalid.

El peronismo mendocino, en cualquiera de sus vertientes, quedó muy herido desde 2015. Tiene hasta septiembre para recobrarse y dar pelea en una competencia en la que arranca de atrás.

¿Y la “gente”? En Mendoza, chimentan, se podrá votar hasta siete veces. La intendencia de Bariloche se dirimirá en una fecha distinta a la gobernación rionegrina: así lo marca su legislación municipal. Formadores de opinión se indignan ante el calendario resultante, con furor unitario: si hay federalismo y autonomías comunales, se deben acatar sus consecuencias.

De cualquier modo, la pluralidad de comicios atenta contra la legibilidad del sistema. Asoman como más preocupantes la apatía ciudadana o la desesperación por sobrevivir que suelen virar peligrosamente al cualunquismo político, al individualismo o a la apatía.

El diputado Daniel Arroyo que fatiga la provincia de Buenos Aires comenta que hace unos meses quienes se le acercaban solían pedirle: “Júntense y gánenle a Macri”. Ahora es más frecuente que se quejen sin proponer acciones políticas: “no llego a fin de mes”… “no me alcanza para vivir”. Sería presuntuoso extraer una conclusión axiomática o absoluta. Pero la desolación y la carencia de la gente común jamás debe ser motivo de festejo. De ordinario, es flojo caldo de cultivo para la acción colectiva, para la participación, hasta para imaginar un futuro mejor. La dirigencia opositora está desafiada a cubrir esa falta, movilizar, trascender los cónclaves de dirigentes o la discusión centrada en personalidades y no en proyectos.

La necesidad de relevar al macrismo, su proyecto minoritario y expulsivo estimulan la búsqueda de una coalición muy amplia, con base peronista, que en dialecto cotidiano se grafica con la palabra “unidad”. Notable, entonces, la exhortación de Estela Carlotto (ver páginas 2 y 3), una de las mayores autoridades morales de un país que cuenta con pocas.

Dólar gauchito, solito su alma: El macrismo postula un nuevo determinismo económico: todo está bien si el dólar queda anclado después de haberse ido a la estratósfera en un año. La economía real, la vida cotidiana de los argentinos, escapan a su radar. La perspectiva es rechazada por una mayoría creciente, no encuadrada, cuyo pronunciamiento electoral no está asegurado. La cuenta regresiva se acelera, los tiempos para la construcción política alternativa se acortan.

Cerramos con la sección deportiva de esta columna. El premio Olimpia de platino en la disciplina “macrismo explícito” fue justicieramente adjudicado  al fiscal Carlos Stornelli, militante del ala judicial de la coalición Cambiemos y macrista de la primera hora, añares ha. Lo ganó a pulso, por las contundentes y graves acusaciones en su contra, coherentes con el manejo extorsivo de las prisiones preventivas y las movidas arbitrarias con los arrepentidos. Se adiciona un logro de la vida personal: la intervención en el atroz episodio de la menor violada en Jujuy. Ante brutales revelaciones del gobernador Gerardo Morales, el fiscal de la República “aclaró” que se había interesado por la bebé ofreciendo “apadrinarla”.  Esa institución jurídica no existe, el abogado Stornelli debería saberlo. Su versión es algo distinta a lo de Morales aunque concuerdan en lo esencial. Analizaron una movida ruin, por izquierda, mediante pactos entre poderosos. Hecho de micro política, testimonio de su respeto a los demás, que ayuda a pintar el retrato del personaje.

El ex Ministro Juan José Aranguren quiso participar, clamando que la energía no es un derecho humano (ver nota aparte). Una parrafada digna de cualquier Bullrich del equipo oficial. Frente a la performance de Stornelli quedó afuera del medallero.

Fuente. Pagina12

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