La economía y los mercados miran desentendidos a Comodoro Py (hasta abril)

La economía real y los mercados se mantienen imperturbables a las noticias político-judiciales que semanalmente sacuden al país, y que ayer llegaron a su clímax con el pedido de desafuero de Cristina de Kirchner. Ni siquiera la caída de la expresidenta en las redes de Claudio Bonadio -una situación institucional que generaría preocupación en cualquier país medianamente normal (incluso alguno «en desarrollo»)- influyó en el ánimo de alguno de los operadores de los mercados. Para bien o mal. No se reproducen en estos tiempos en el país las imágenes de Bolsas alteradas (subiendo o bajando) que se observaron, por ejemplo, en Perú con Alberto Fujimori, Chile con la situación familiar de Michelle Bachelet o el máximo de Enrique Peña Nieto en México. Mucho menos en Brasil con la situación de Luiz Inácio Lula da Silva que generó pérdidas millonarias en el mercado del país vecino. En Argentina, las consecuencias económicas de la caída judicial en desgracia de una parte importante y anteriormente más que influyente de la clase política criolla es, como mucho, de profundo desinterés.

Ayer fue un ejemplo claro. El mercado de capitales se movió concentrado en las desventuras de las tasas de Lebac, que en las operaciones secundarias perforaron nuevamente la tasa de 30%. También en la aparición de la demanda de dólares para cubrir posiciones luego de la liquidación de divisas de comienzo de mes para hacerse de efectivo para cumplir con los pagos de salarios y aguinaldos.

Para graficar la situación valen los ejemplos. En la Bolsa de Comercio se registró un alza de 1,4%, con subas importantes en acciones de bancos (Macro 1,53%; Grupo Financiero Galicia 3,21%) y compañías de servicios, obras públicas e infraestructura (5,88% Sociedad Comercial del Plata; 5,74% Edenor; 4,33% Aluar), con caídas en empresas puntuales con problemas de cotización particulares. Tampoco hubo alteraciones importantes en el Rofex, la medición más seria del mercado local sobre la evolución futura del dólar, donde el cierre a octubre alcanzó los 21,0090 pesos. Esto es un valor similar a las expectativas oficiales y nada que muestre alteraciones futuras por la situación judicial de ningún político en el país. También se pueden refutar con los mismos datos que en los mercados criollos no hay ninguna algarabía por la caída en desgracia judicial de toda una clase dirigente (incluyendo a la número uno) del anterior Gobierno. Si esto hubiera sido así, la Bolsa habría mostrado un optimismo desmesurado que ayer no se percibió.

Hilando aún más fino, tampoco la economía local se mostró preocupada por eventuales contratiempos que las reformas impositiva, previsional y el acuerdo con los gobernadores puedan sufrir en el Congreso a partir de complicaciones que la situación de Cristina de Kirchner pueda provocar en el Senado. Los agentes económicos, al menos por ahora, descartan que se cumplirá la información que emana de las usinas políticas de la conducción del Gobierno nacional, que aseguran que para el 27 de diciembre las reformas estarán aprobadas y puestas en reglamentación antes que termine enero de 2018.

Todo esto demuestra que, hasta ahora, los agentes económicos miran de reojo la situación judicial del kirchnerismo, pero no toman decisiones según las imágenes de políticos de toda categoría (incluso la máxima) del exgobierno que aparecen en los medios de comunicación.

Sin embargo, los empresarios más entendidos creen que esta posibilidad de desentenderse del capítulo judicial de la clase política que dirigía hasta hace poco el país puede tener fecha de vencimiento. Algunos muy entendidos (o con oficinas de abogados dedicadas especialmente a prever dificultades judiciales de grandes empresarios locales) manejan una fecha y un hecho concreto que podría complicar el panorama: abril de 2018, caso Odebrecht.

Ese mes vencerá el plazo acordado con las autoridades brasileñas y norteamericanas para que desde los juzgados argentinos que se encargan de investigar el eventual pago de coimas dentro de las fronteras locales demuestren voluntad de trabajo.

Más específicamente, los jueces deberán probar que están utilizando la información que eventualmente sus colegas de esos países le entregaron, para que hagan algo con los corruptos criollos de todos los costados: políticos, empresarios y gestores varios.

Se sospecha en el exterior, con cierta información al respecto, que la causa Odebrecht está «maldita» en la Argentina; y que la existencia de acusados de responsabilidad semiprobada manchan tanto al Gobierno anterior como al actual y a varios nombres rutilantes de la clase empresaria criolla. Y que por eso habría un acuerdo para adormecer las acusaciones, hasta que llegue a una siesta eterna. Que esto finalmente suceda es, por ahora, el único dato judicial que acapara algo de la atención empresaria mirando a Comodoro Py. Si avanzara la causa y hubiera jueces que utilicen, en serio, los datos que llegaron del exterior, el capítulo empresario sería uno de los protagonistas judiciales de 2018.

Fuente: ámbito.com

 

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