Eutanasia: aumenta su práctica en países con legislación

El término eutanasia proviene del griego eu (que significa bien o fácil) y thanatos(muerte). Así que etimológicamente sólo significa “buena muerte”. Pero en la práctica genera bastante confusión. Existe bastante consenso para considerar como eutanasia las actuaciones que producen directa e intencionadamente la muerte de los pacientes y que se realizan en un contexto de sufrimiento debido a una enfermedad incurable que no ha podido ser mitigado por otros medios. Hay diferentes tipos.

  • Eutanasia directa: el proceso de adelantar la muerte de una persona que tiene una enfermedad incurable. Se puede dividir en dos clases: la activa, que básicamente consigue la muerte del citado enfermo mediante el uso de fármacos que resultan letales; y la pasiva, que es la que consiste en la consecución de la muerte de aquel mediante la suspensión tanto del tratamiento médico que tenía como de su alimentación por cualquier vía.
  • Eutanasia indirecta: Intenta paliar el dolor y sufrimiento de la persona en cuestión y para ello se le suministran una serie de medicamentos que pueden producir la muerte de la citada persona sin buscarla. Para algunos, este tipo de eutanasia no existe, pues no hay eutanasia sin intención de provocar la muerte.

La aplicación de la eutanasia en Holanda aumentó un 10% en 2016 hasta sumar 6.091 casos (un 4% del total de las muertes registradas en el país). En 10 ocasiones, los médicos encargados de las mismas no consultaron adecuadamente a otro colega para obtener una segunda opinión, como estipula la vigente Ley de Eutanasia (2002). Según el informe anual elaborado por las cinco comisiones regionales que las analizan, un facultativo recibió el año pasado la primera reprimenda registrada desde la entrada en vigor de la norma. Fue por haber seguido adelante a pesar de que la paciente, una mujer de unos 70 años con una demencia severa, no podía ya confirmar su deseo de morir. Un 83% de los enfermos padecía cáncer, problemas cardiacos y respiratorios, o bien enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple o Parkinson. Entre el resto, destacan 61 personas (4%) con afecciones múltiples asociado a enfermedades de adultos mayores; 32 con Alzheimer o procesos similares (2%), y 4 (1%) aquejadas de trastornos psiquiátricos graves.

Fuente: iprofesional.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *