El dengue y la premisa de actuar antes de que el problema explote
CABA y Provincia de Buenos Aires ya presentaron sus estrategias. La epidemia de este año se proyecta “complicada” y las autoridades recurren a métodos de prevención para evitar la crisis. La opinión de especialistas.
La Provincia de Buenos Aires y CABA lanzaron sus campañas de prevención contra el dengue. Se ve que el recuerdo del último brote y los 419 fallecidos quedó en la memoria de los funcionarios, que en esta oportunidad optan por afrontar la situación con varios meses de anticipación. El temor renovado llega con novedades: ya no se espera solo la circulación de dos serotipos del virus, sino de tres o incluso de los cuatro juntos. Ello, como es de conocimiento, podría incrementar el riesgo de cursar una enfermedad grave, en caso de ser infectado en más de una ocasión. En este marco, las diferentes jurisdicciones adquieren vacunas y preparan campañas de inmunización que recuerdan a la pandemia del coronavirus.
En lo que va de 2024, de acuerdo al último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de Nación, se notificaron 571.650 casos en todo el país. Si se abre aún más la perspectiva al mapa global, según la OMS, 390 mil millones de casos se registran cada año y 96 millones se manifiestan clínicamente. Con estas cifras en mente, los ministros de Salud bonaerense y porteño, Nicolás Kreplak y Fernán Quirós, se mostraron en conferencias de prensa acompañados por Axel Kicillof y Jorge Macri respectivamente, para presentar sus estrategias. Una pauta de que el tema preocupa y mucho a las máximas autoridades.
“Las campañas están siendo lanzadas a tiempo. Como nación casi no va a proveer vacunas, tanto PBA como Ciudad han impulsado la adquisición por cuenta propia”, explica el experto del Conicet Mario Lozano. Luego, sobre la situación que, eventualmente, podría afrontar el país, plantea: “Se calcula que en la última temporada, el 20 por ciento de la población tuvo el virus de manera asintomática. Son personas que se contagiaron con el serotipo 1 o 2. El tema es que en los países limítrofes se presentan el 1 y al 2, pero también el 3. Por ello, si la epidemia mayormente fuera de tipo 3, todos los que la tuvieron antes tienen riesgo de enfrentar una enfermedad grave con una mayor tasa de mortalidad”.
Según el científico, esos grupos poblacionales son los que deberían recibir en primera instancia la vacuna, al menos una dosis que brinde anticuerpos antes de la temporada estival. “Si esperamos que el virus explote en verano, mejor que los agarre ya protegidos”, advierte. Al respecto, Daniela Hozbor, bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata, apunta: “Se anticipa que vamos a tener una casuística importante de dengue porque se destacaron casos durante todo el año. Por lo cual, habrá que recurrir a las diferentes medidas de prevención a mano”.
Además de las vacunas que cada provincia compró por su cuenta, el gobierno nacional adquirió 160 mil dosis y, en base a ello, definió con las jurisdicciones una estrategia de vacunación focalizada en zonas con mayor incidencia de algunas regiones del centro y norte argentino, que se realizará de forma progresiva y escalonada según cada situación epidemiológica específica. Catamarca, Chaco, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santa Fe, y Santiago del Estero, son algunas que ya están en condiciones de aplicar la Qdenga, tecnología japonesa desarrollada por el Laboratorio Takeda.
Aunque es de vital importancia, por el momento se descarta su incorporación al calendario obligatorio, a pesar de la propuesta del legislador Pablo Yedlin. En estudios clínicos exhibió una eficacia del 84 por ciento al reducir hospitalizaciones y un 61 por ciento de disminución de casos sintomáticos. La aplicación consta de dos dosis, inoculadas con tres meses de distancia.
Campañas, estrategias y grupos prioritarios
Tanto PBA como CABA anunciaron cómo serán sus estrategias de inmunización masiva. La Provincia, que informó la compra de 500 mil dosis, comenzará una campaña que iniciará con aquellas personas que tienen entre 15 y 59 años, que viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires y que tuvieron la enfermedad durante la temporada 2023-2024. En este sentido, se espera que la población objetivo sea de 80 mil personas. La aplicación Mi Salud Digital habilitará una inscripción para quienes cumplan con los criterios mencionados y no reciban la convocatoria. Además, IOMA (la obra social de la Provincia) cubrirá el 30 por ciento del valor de la vacuna para todas las personas afiliadas en dicho rango etario y la aplicación es sin costo. De esta manera, a partir de octubre, podrán concurrir sin turno previo ni orden médica a cualquier farmacia de la red.
Ciudad de Buenos Aires, por su parte, difundió la adquisición de 60 mil vacunas, así como la implementación de una serie de medidas que componen un “plan integral de prevención”. Desde el 18 de septiembre, el Ministerio de Salud porteño habilitará la asignación de turnos en su página web para todas aquellas personas que tengan entre 15 y 39 años (primero los adolescentes de 15 a 19 años, luego de 20 a 29 años y finalmente, los adultos de 30 a 39 años). A tales fines, habrá 12 vacunatorios distribuidos por los diversos barrios de la Ciudad.
El interrogante que se abre, en ambos casos, es por qué, a diferencia de lo que sucedía con la pandemia del covid, los mayores de 60 años ya no constituyen una prioridad. Lozano explica: “La vacuna Qdenga fue probada con mucha eficiencia y seguridad en menores de 60 y ofrece datos buenos, pero no masivos para mayores de esa edad. La recomendación es que quienes estén eventualmente en riesgo de contraer un dengue grave se vacunen, pero esa tarea recae en los médicos que, muchas veces, no están bien informados sobre los resultados de los ensayos clínicos”.
Al respecto, Hozbor refuerza la idea con más detalles: “Los mayores de 60 años se pueden vacunar, pero deben consultarlo con su médico, que es quien conoce la situación clínica de cada paciente”. En en el país, entonces, la recomendación que da la Comisión Nacional de Inmunizaciones surge como resultado de la incidencia según cada grupo etario y teniendo en cuenta la carga de la enfermedad en las distintas localidades. “Se decidió una estrategia priorizada y escalonada, a partir de los 15 a los 39 años, trabajando sobre todo en lugares con una alta incidencia de la enfermedad”, agrega la científica.
En Argentina, amplía Hozbor, la vacuna fue aprobada el 23 de abril de 2023 para la población de cuatro años en adelante, con lo cual “la única contraindicación que tiene esta vacuna es la que se refiere a la naturaleza de la plataforma, es decir, a virus atenuados. Ello implica que no pueden utilizarlas las personas gestantes durante la lactancia y las inmunocomprometidas”. En paralelo, se está desarrollando una vacuna diseñada por el Instituto Butantan de Brasil y los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, que promete un mejor desempeño que el de la Qdenga, finaliza su fase clínica y es probable que esté disponible en breve.
Las mañas del mosquito mascota
El dengue es provocado por el Aedes aegypti, un mosquito transmisor que, como explican los especialistas, se comporta como una mascota. Esto es: está en donde están los humanos. Por ello, más allá de los aportes valiosos orientados a prevenir la situación de manera colectiva y en espacios comunes, es vital que las propias familias hagan lo suyo.
¿Qué podría indicar este cambio de enfoque? Para empezar un abordaje distinto: si el mosquito suele estar dentro de casa y no afuera, ¿por qué no usar repelente, sobre todo, mientras se permanece en el hogar? Se considera evitar recipientes de agua estancada que puedan funcionar de criadero. Bajo esta premisa, la provincia de Buenos Aires impulsó una campaña de prevención denominada “Tapá, Lavá, Tirá, Girá”, con el propósito de evitar los criaderos del mosquito y se sumará a la compra de larvicidas, mochilas para fumigación, insumos para diagnóstico y la producción pública de repelentes.
Además de las vacunas, el uso de repelentes, entonces, resulta clave para proteger la piel de la picadura del insecto vector. Será clave una producción pública que cubra la demanda frente a un mercado que, en el brote pasado, solo cubrió las expectativas propias y no las de la sociedad. Sin embargo, las perspectiva no son alentadoras; sobre todo, cuando de promover el conocimiento público se trata.