Qué esconden los números del superávit fiscal del Gobierno
Si bien se espera que la administración de Javier Milei logre cerrar en orden las cuentas del 2024, hay algunos costos que se están “pateando” para el 2025. En los primeros siete meses se logró un superávit de 0,9 puntos superior al necesario.
La mirada de los consultores
La consultora Eco Go sostiene en un informe que “dada la forma en que se emiten los nuevos instrumentos de deuda del Tesoro, la cuenta de intereses no aumenta”. “De hecho, los intereses cayeron 30% en términos reales y en el acumulado del año los intereses disminuyeron 5%. En puntos del PBI la cuenta de intereses se mantiene en 1,8%, bien por debajo de los 3,4% del PBI que registraban en 2019, cuando el stock de deuda del Tesoro era casi de u$s50 mil millones más bajo que el actual”, señala la firma que dirige Marina Dal Poggetto.
La pregunta que queda sonando es cuál hubiera sido el impacto sobre las cuentas públicas si se hubieran pagado los intereses. Es de recordar que en julio el ministro Luis Caputo tuvo que reportar el primer quebranto del año. Fueron $600.253 millones de déficit financiero. Hubo superávit primario de $908.253 millones.
Los economistas de la Fundación Encuentro señalan que “durante el periodo que los intereses se reinvierten, el Gobierno nacional no tiene que pagar un solo peso como interés”. “Así es como el ministro (Luis Caputo) reduce artificialmente los pagos de intereses sobre la deuda y pudo mostrar un superávit financiero durante los primeros meses del año”, sostienen desde el grupo de técnicos que se nuclean detrás del ex ministro de Economía Sergio Massa.
“Si computáramos el interés implícito de las Lecaps que el Gobierno está escondiendo, la carga de intereses de la deuda se incrementaría en aproximadamente $1,7 billones para el período abril-julio”, dice el reporte.
El trabajo añade que “como consecuencia, el resultado financiero acumulado se vuelve negativo en $818.000 millones versus los $834.000 millones positivos informados contablemente por la Secretaría de Hacienda”.
La estacionalidad del segundo semestre
Como el segundo semestre del año estacionalmente es de mayor ejecución presupuestaria y los ingresos fiscales tienden a disminuir, es probable que el equipo económico empiece a “consumir» algo del superávit de más que consiguió en los primeros siete meses del año, para cerrar equilibrado, aún profundizando mecanismos que le permitan devengar gastos en 2024 para pagarlos en 2025.
Según indica el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el ajuste fiscal de los primeros 7 meses del año fue equivalente, en términos anuales, a 5,3 puntos porcentuales del PBI, es decir, 0,9 puntos porcentuales por encima de los 4,4 puntos necesarios para eliminar el déficit fiscal. Se trata solo de una proyección anual que hace referencia a la actual estructura de ingresos y gastos del Estado. Es probable que vaya variando en lo que queda hasta diciembre.
La mejora anual, señala el reporte, “significaría pasar de un déficit primario de 2,7% del PBI de 2023 a un superávit de 2,6% del PBI en 2024”. El gasto anualizado en intereses es de 1,7% del PBI. Por ende, el resultado financiero anualizado es positivo por 0,9% del PBI mientras que el año pasado fue negativo de 4,4% del PBI.
El superávit llegó para quedarse
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, planteó este martes, al cierre del Coloquio del Centro de Investigaciones para el Desarrollo del Seguro (CIDeS) 2024, que el “el Gobierno está creando las condiciones para que el sector privado se desarrolle, ya que es el único generador de riqueza en la economía”.
En este sentido, Quirno remarcó que desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei “se atacó el problema de fondo que tiene la Argentina que es el déficit fiscal”.
Asimismo, el funcionario se refirió a “la falta de credibilidad de palabra que tiene el hacedor de política económica en Argentina” y aseguró que “la única manera de ganar credibilidad es con resultados”.
Por este motivo, el secretario de Finanzas manifestó que “el equilibrio fiscal en la Argentina llegó para quedarse porque es el primer principio innegociable que tenemos en el Gobierno”. “Este camino es el que nos ha permitido bajar la inflación mucho más rápido de lo que se esperaba”, añadió.
Por Carlos Lamiral