Los chats de la mayor cueva del país que revelan cómo funciona el «cable negro» para fugar dólares
Las conversaciones de Whatsapp muestran los detalles de una maniobra por la que se sacaron ilegalmente al exterior al menos unos u$s500 millones. Sobrefacturación de importaciones, sociedades en Hong Kong, líneas de teléfonos en Miami y un delivery cotidiano.
Los chats
Este medio pudo acceder en exclusiva a conversaciones internas de la que muchos en la City consideran “la mayor cueva del país”. En esos chats surgen detalles que dan cuenta de una operatoria cotidiana en donde se relevan las solicitudes para fugar las divisas no declaradas casi como se tratara de un local comercial de cualquier actividad en el que un telefonista va recogiendo y organizando los pedidos del día.
A simple vista los montos de las transferencias parecen menores, pero en rigor se trata de una estrategia para evitar controles. Los operadores elegían montos siempre menores a u$s 100.000 para “pasar por debajo del radar”. No obstante, en el Gobierno estiman que en los últimos tres años esta cueva fugó del país al menos unos u$s500 millones.
Más operativos en la City
Desde que los operativos conjuntos en la City porteña se intensificaron, el dólar blue cayó casi $200. La cotización pasó de los $1.100 a los $925 que marcó en la jornada de ayer. En el Gobierno adjudican la fuerte suba que había sufrido la divisa paralela en la previa al proceso electoral a «movimientos especulativos». Incluso creen que la brecha que hoy persiste con el MEP y el Contado Con Liquidación debería recortarse: «Siempre estuvo un 4% por debajo», dicen.
Quedan poco más de diez ruedas para llegar al balotaje y todas las fichas están puestas en que la paz cambiaria de estos días no se altere. El esquema de incentivo a las exportaciones le permitió en estos días al Banco Central retomar la posición compradora e incrementar la oferta en los mercados financieros. En cuanto al blue, anticipan días plagados de operativos para evitar una nueva disparada. «Esta vez no nos van a correr», dicen.
Por Andrés Lerner