Fin de año con el FMI: culpas a Macri y los errores de siempre

Mientras el Gobierno negocia un programa de facilidades extendidas, el FMI cerró el año con una revisión que cuenta la historia del préstamo a medias. Cuál es el escenario de cara a 2022.

El FMI cerró el año con un informe demoledor que reconoce el fracaso del acuerdo firmado con el gobierno de Mauricio Macri en 2018, aunque deja mucho que desear respecto a la autocrítica de lo hecho por el organismo y la repetición de errores pasados. Más temprano que tarde, el Gobierno se encamina a cerrar un nuevo entendimiento con el Fondo y los escenarios posibles son diversos.

El Directorio Ejecutivo del FMI se reunió para discutir la Evaluación Ex-Post (EPE) del Acuerdo Stand-By firmado con Argentina en 2018 y concluyó que el programa fracasó en sus objetivos. El informe de evaluación concluyó que no se cumplió con los objetivos, a pesar de las «importantes modificaciones» de las políticas económicas. El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio. 

A pesar de las intervenciones cambiarias más allá de las disposiciones del programa, el dólar «siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres». En resumen, el informe reconoció que el programa no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento económico.

Además, consideraron que la estrategia y la condicionalidad del programa no eran «lo suficientemente sólidas» para abordar los problemas estructurales profundamente arraigados de Argentina, incluidas las frágiles finanzas públicas, la dolarización, la alta inflación, la débil transmisión de la política monetaria, un sector financiero interno pequeño y una base exportadora estrecha.

 

Los directores destacaron algunas «lecciones» para los programas respaldados por el Fondo.

  • Primero, es esencial que incorporen supuestos realistas.
  • En segundo lugar, los programas deben adaptarse a las circunstancias del país, incluidas las consideraciones de economía política, lo que podría implicar el uso de medidas no convencionales si es poco probable que las políticas macroeconómicas estándar funcionen.
  • En tercer lugar, el análisis de los riesgos que subyacen a los juicios clave realizados al aplicar el Marco de acceso excepcional debe presentarse claramente y comunicarse a la Junta.
  •  En cuarto lugar, la apropiación, que debe entenderse en un sentido social más amplio, no debe impedir una evaluación sincera de posibles mejores opciones de políticas y resultados de programas.
  • Quinto, La comunicación externa eficaz es esencial para asegurar la aceptación adecuada en los diferentes niveles y el efecto catalítico deseado.

¿Y la autocrítica?

El organismo multilateral de crédito ya había hecho una revisión sobre su accionar durante la crisis económica del 2001, aunque sus recetas no parecen haber cambiado demasiado.

El 30 de junio de 2004 se publicaron diez lecciones que el Fondo incorporó para negociaciones posteriores con los países miembros, las cuales tienen que ver con la supervisión de políticas económicas y diagramación de los programas, la gestión de la crisis argentina y el proceso decisorio.

Básicamente, aquel balance repite el mismo desconocimiento de las condiciones macroeconómicos de la dinámica argentina y menciona, nuevamente, la falta de solidez para implementar los planes del Fondo. De hecho, un pasaje señala: «El enfoque catalítico para resolver una crisis de la cuenta de capital funciona únicamente en condiciones muy estrictas. Primero, las variables económicas fundamentales deben ser sólidas. Segundo, el gobierno debe gozar de credibilidad en lo que respecta a sus medidas de política y su actuación pasada, para infundir confianza en los mercados de que se atenderán debidamente sus inquietudes. Tercero, debe realizarse un análisis serio de la sustentabilidad de la deuda que muestre, con una alta probabilidad, que el país no es insolvente».

«Para reducir al mínimo los errores y aumentar la eficacia, debe mejorarse el proceso de toma de decisiones en el FMI en cuanto al análisis de riesgos, rendición de cuentas y predictibilidad», afirmaban en el 2004. Nada de eso sucedió y tampoco se explicó la base de todo el despropósito: por qué se otorgó un préstamo por el cual Argentina no podía aplicar jamás. Claro, las razones político-electorales no pueden ser explicitadas… desde el Fondo.

Sin embargo, el exministro que puso la firma al acuerdo, Nicolás Dujovne, lo reconoció en su cuenta de Twitter: «El acuerdo con el FMI se dio en una situación de excepcionalidad debido a la sequía, la suba de tasas en EE.UU. y al elevado déficit heredado. Tuvo el apoyo de todos los países miembros del FMI. Fue un apoyo político mundial a un proceso de cambio que había comenzado en el país».

Distinta visión mostró el exdirector del Banco Central de ese momento, Guido Sandleris, en un tono desafiante y poco acorde a sus responsabilidades: «Queda claro, con el informe de evaluación del programa 2018 publicado por el FMI, que era ridículo eso de que ‘el FMI incumplió sus estatutos en el préstamo a Argentina’ o que ‘el préstamo del FMI buscó apoyar la campaña de Macri” que tantas veces dijo el actual gobierno».

¿Habrá acuerdo en el 2022?

En el tramo final de la negociación de un acuerdo, se discute más sobre el «cuándo» (se podría alcanzar) y el «quiénes» (lo votarían en el Congreso), que sobre la letra pequeña del mismo. Se discute más sobre la generalidad de las condicionalidades de política económica que exigirá el Fondo, que sobre cuáles serán las condiciones precisas y concretas en materia de tasas, sobretasas, plazos y período de gracia.

Dada la magnitud de la deuda, el perfil de su pago será tan o más determinante que los condicionamientos que exija el programa económico que se acuerde con el FMI. Es cierto que las condiciones de pago que negocia el Fondo siempre son discutidas en medio de un gran oscurantismo. Se trata de un hábitat frecuente exigido para evitar que se abra un debate público.

Desde el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) plantearon algunos escenarios en base a lo que dice, precisamente, la letra chica del FMI en relación a sus rígidas condiciones.

Los acuerdos de facilidades extendidas (SAF, Servicio Ampliado del FMI) establecen que el plazo podría extenderse hasta por 10 años, que los intereses son la tasa básica, que se pagarán semestralmente, que tendrán una sobretasa de 2 % por excederse del 187 % del valor de la cuota argentina en el FMI (con Macri, el FMI autorizó un préstamo por el 1.277 % de la cuota) y otra sobretasa de 1 % por hacerlo por un plazo mayor a tres años.

1) El vigente: Stand By, vence en 3 años (2024), tiene una tasa básica de 1,05 % más 2 puntos de sobretasa por exceso de cuota.

2) Base: vence en 10 años (2031), cuatro años de gracia, tasa básica de 1,05 % más 2 puntos de sobretasa por exceso de cuota y 1 punto adicional por extenderse por más de 3 años.

3) Base con límite PIB: igual que el anterior, pero los pagos anuales de intereses y principal se limitan al 1 % del PIB, lo que implicaría que el vencimiento sería en 18 años (hasta 2039).

4) Base con límite Recaudación: idéntico a 2, pero el límite en los pagos anuales de intereses y principal se fija en el 3 % de la recaudación anual del Gobierno central (estimada al dólar oficial) y, así, el vencimiento pasa a 16 años (hasta 2037).

5) Base con límite Exportación: idéntico al 2, pero los pagos anuales de intereses y principal se limitan al 7,5 % de las exportaciones anuales, con vencimiento en 25 años (hasta 2046).

6) Base sin sobretasas: idéntico a 2, pero sin sobretasas por exceso de cuota y de plazo.

7) Base con evolución al alza de la tasa de interés global: idéntico al 2, salvo que la tasa básica sube a 5,2 % (equivalente al promedio de tasas DEG 1975-2020 más el margen de 1 punto porcentual que exige el instrumento), más 2 puntos de sobretasa por exceso de cuota y 1 punto adicional por extenderse por más de 3 años.

8) Trato Diferenciado Preferencial: idéntico al 2, pero sin sobretasas para los primeros 19,3 mil millones de dólares, equivalentes al 435 % de la cuota argentina en el PIB (que por normativa del Fondo sería el máximo crédito que el país tendría que haber tomado con un trato normal). Sobre los restantes 26,1 mil millones, por ejemplo, una quita de 13,05 mil millones (50 % como una forma de asumir ‘la mitad’ de la responsabilidad).

9) Límite Repatriación Capitales: sin sobretasas (como el escenario 6), pero el pago anual del principal estará limitado al 15 % de lo que se logre repatriar de capitales en el exterior en ese año. Es decir, se trataría de crear un mecanismo vinculante que ‘fuerce’ al FMI a que se ‘ponga las pilas’ con el objetivo de conseguir que el dinero fugado regrese al país. En el escenario presuponemos una repatriación de 10 mil millones anuales.

¿Qué es lo «menos malo» que se podría alcanzar según la Celag? Los escenarios con «mejores» resultados serían el 8 y el 9, aquellos en los que se plantea que el FMI asuma su cuota de responsabilidad, tanto por el exceso de préstamo concedido como por haber permitido que se haya fugado gran parte del dinero prestado. En ambos casos se lograría indirectamente una quita, que implicaría que el esfuerzo anual (medido en porcentaje de PIB, Recaudación o Exportaciones) esté muy por debajo de la situación actual.

En este contexto, desde el Palacio de Hacienda difundieron cuál sería el perfil de vencimientos si se llega a un programa de facilidades extendidas con el organismo. El Gobierno pretende incluir vencimientos futuros en nuevo préstamo, si las condiciones son beneficiosas para el país.

 

En el caso de que el Gobierno logre un programa de facilidades extendidas, el perfil de vencimientos se distribuiría de forma más heterogénea en los próximos 10 años, con una fuerte concentración entre 2028 y 2032. Sin embargo, para atender posibles futuras dificultades, Guzmán quiere imponer una petición en el acuerdo.

En diálogo con la señal de noticias C5N, explicó: «Vamos a incluir una clausula para que, si en el futuro el FMI cuenta con un tipo de préstamo mejor, que se pueda pagar en más años, nos permitan trasladar parte de la deuda argentina a un nuevo programa y poder distribuir estos pagos en el tiempo. Vamos a seguir trabajando con la deuda porque a este lugar nos llevó Juntos por el Cambio, y va a llevarnos mas de una década resolver este problema«.

Por: RODRIGO NÚÑEZ

Fuente
eldestape

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