Kreplak consideró preocupante que el 35% de los niños no estén anotados para vacunarse
“Tenemos anotados 65 por ciento de la población de entre 3 y 11 años; es decir que hay un 35% de chicos que no lo han hecho", aseguró el funcionario, quien atribuyó esa situación a la falta de información.
El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, calificó este miércoles como «realmente preocupante» que cerca del 35% de los niños de 3 a 11 años no estén anotados para vacunarse contra el coronavirus y pidió “sentarse a reflexionar” sobre la importancia de que la población esté inmunizada antes de que arribe el próximo invierno.
“Tenemos anotados 65 por ciento de la población de entre 3 y 11 años; es decir que hay un 35% de chicos que no lo han hecho», aseguró Kreplak, quien atribuyó esa situación a la falta de información y al miedo que pueden tener algunos padres ante la inmunización, entre otros factores.
Además, sostuvo que el Gobierno bonaerense lanzará una “campaña de concientización de acá hasta fin de año para que los docentes tengan un módulo pedagógico sobre la importancia de las vacunas y que lo hablen en las clases (para que) puedan invitar a los padres también a capacitarse al respecto”.
«Tenemos el 82% de personas de entre 18 y 29 años con al menos una dosis”, argumentó el funcionario y remarcó que “hay un poquito de ausentismo en la segunda dosis”.
En este sentido, expresó que “hay un grupo que padres a los que les puede dar miedo la vacuna que recibirán sus chicos, más si en los medios de comunicación se habla de denuncias respecto del origen de las vacunas”, y remarcó que “tener entre un 35 o un 40% de los niños no vacunados es realmente preocupante”.
En declaraciones a la radio Urbana Play, el titular de la cartera sanitaria bonaerense calificó como «una barbaridad” la denuncia realizada contra la ministra de Salud nacional, Carla Vizzotti, por la vacunación en niños y niñas con el inmunizante Sinopham y afirmó que “no tiene ningún sentido desde el punto de vista regulatorio, científico, epidemiológico, sanitario, pero genera dudas y mucho daño poniendo en tela de juicio el origen de las vacunas”.
La campaña de vacunación contra el coronavirus a niños y niñas de 3 a 11 años con dos dosis de la vacuna Sinopharm, tras la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), comenzó el 12 de octubre en diferentes puntos del país con globos, guirnaldas, chupetines, pelucas y moños para hacer más ameno el proceso de inmunización.
Antes y después de ese momento, la vacunación a esta población fue recomendada y defendida por reconocidos especialistas.
El 14 de octubre el médico pediatra y directivo del Hospital Garrahan, Oscar Trotta, argumentó que la vacunación de los niños «protege a los adultos de su entorno y permite llegar a la inmunidad de rebaño».
«Hay que tratar de tener a la mayor cantidad de habitantes inmunizados para poder acorralar al virus, si la Argentina quiere llegar a la inmunidad de rebaño, tiene que incorporar a esos 6.000.000 de chicos», propuso.
Un día antes había sido la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que conduce Marisa Graham, quien dio su respaldo al inicio de la vacunación para niños de 3 a 11 años a la vez que instó a la población adulta a acompañar a los menores a vacunarse «brindando el consentimiento cuando corresponda para que esto sea posible».
Para despejar las dudas, el 9 de noviembre la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) dio a conocer un documento en el que apuntó las razones para vacunar a los niños, niñas y adolescentes, a la vez que consideró que los fármacos contra el coronavirus demostraron ser «seguros y eficaces».
Entre los motivos que enumeró la SAP por los que esta franja etaria debe completar los esquemas de vacunación se encuentra el de «disminuir la transmisión de nuevas variantes» como la Delta o la Gamma, alcanzar la inmunidad colectiva o proteger a las familias.
Además de observar «una tendencia creciente» de esta enfermedad en niñas, niños y adolescentes, la SAP también ponderó que la vacunación facilita una presencialidad escolar más segura y otras actividades.
«Todas las vacunas que se están utilizando en nuestro país son buenas en términos de seguridad y de eficacia», indicó el expresidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Omar Tabacco, quien remarcó, aludiendo al fármaco de Sinopharm, que «se desarrolla en base a un diseño que es muy común de utilización en pediatría».
El 19 de noviembre la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas (CoNaSeVa) dio a conocer un informe con lo efectos adversos reportados tras la aplicación de más de 4 millones de dosis de Pfizer, Sinopharm y Moderna a niñas, niños y adolescentes.
Con datos analizados hasta el 31 de octubre se concluyó que «en adolescentes se aplicaron 2.796.720 dosis y se registraron 484 Esavi (eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización)» con una tasa de 17,3 cada 100.000 dosis aplicadas.
En tanto «en niños y niñas se aplicaron 1.932.165 dosis y se registraron 153 Esavi», con una tasa de 7,9 cada 100.000 dosis aplicadas».
En consecuencia, el médico infectólogo Daniel Stecher, integrante de la CoNaSeVa, concluyó que «el perfil de seguridad de estas vacunas es muy bueno, porque la frecuencia de eventos adversos y su gravedad es similar a la población adulta y también puede compararse con la de otros países».
«Las vacunas son seguras», ratificó el infectólogo.
Ante este panorama, Kreplak recordó que es posible que pueda «haber en el verano algún rebrote» y dijo que «sí, esperamos» que lo haya en el invierno, por lo que evaluó necesario que se avance en completar los esquemas de vacunación.
«El frío nos tiene que agarrar con un porcentaje de vacunación muchísimo más alto», subrayó al tiempo que mostró preocupación por la meseta en la vacunación en la población de personas de entre 18 y 39 años.
«Cuando baja la intensidad de la pandemia, el grupo que se percibe con menos riesgo es el que menos se vacuna», explicó el funcionario provincial.