Dow Chemical anunció que no cerrará su planta de San Lorenzo
El cambio de posición de la compañía fue consecuencia de una negociación con el gobierno nacional y el provincial. Ahora seguirán trabajando para mejorar la competividad.
Luego de la intervención del gobierno nacional, finalmente el CEO de Dow para América Latina, Javier Constante, comunicó este miércoles que la empresa retiró el anuncio del cierre de su fábrica en el Puerto San Martín de Santa Fe. La novedad se conoció luego de un encuentro que el empresario mantuvo en el Ministerio de Desarrollo Productivo con el ministro de esa cartera, Matías Kulfas, y el gobernador de la Provincia de Santa Fe, Omar Perotti. En la reunión acordaron también formalizar la apertura de una mesa de diálogo “con el objetivo de discutir las condiciones de competitividad que permitan la continuidad de la operación de la planta”, según informó el gobierno a través de un comunicado.
La decisión es clave porque la planta de Santa Fe es la única del país que fabrica poliuretano, insumo fundamental de varias industrias como la automotriz y la de línea blanca. Además, Dow no tenía previsto vender esas instalaciones a otra compañía sino simplemente cerrarlas para comenzar a importar desde otros países donde también producen ese insumo, como Brasil, Colombia o Estados Unidos.
La jugada empresaria iba a dejar en la calle a unos 120 trabajadores. Por eso el gremio celebró este miércoles el cambio de posición de la multinacional. “Para nosotros es un triunfo. Tratamos de hacerle entender a todos la importancia de esta empresa para el desarrollo productivo nacional. Sinceramente, el anuncio nos tomó por sorpresa. Ya dábamos por cerrada la posibilidad de que Dow se quede. Estábamos trabajando otra estrategia. Buscábamos que se la vendan a un tercero”, aseguró Mauricio Brizuela, secretario general del Sindicato Obreros Empleados Petroquímicos (SOEPU).
Kulfas también se mostró por la marcha atrás de Dow y al ser entrevistado por el diario El Litorial dio alguna pista sobre a qué se refería el comunicado oficial con la referencia a las condiciones de competitividad que se discutirán en la mesa de diálogo. «La empresa planteó dos grandes temas: el costo de la logística y trabajar en aspectos para analizar o calibrar cuestiones impositivas, de derechos de exportación. Nosotros hemos trabajado junto al Ministerio de Economía, con algunos sectores, en poder reducir derechos de exportación para el incremental. Este tipo de medidas, más algunas de carácter provincial, son cosas que vamos a poner en la mesa», aseguró. Luego aclaró que Dow no está condicionando su permanencia a lo que surja de esa negociación: «Esta mesa de trabajo que se generó en estos meses ahora seguirá funcionando, pero no para impedir el cierre, que ya está, sino para seguir trabajando en conjunto, con inversiones de Dow y cosas que podemos poner desde Nación y Provincia, ayudamos a que esta planta pueda volver a exportar».
Desde Dow confirmaron lo informado por el gobierno a través del comunicado de Desarrollo Productivo, pero ante la consulta sobre como seguirá la mesa de diálogo y las condiciones de competitividad que se discutirán allí aseguraron que por ahora no tienen por ahora más información para dar.
El origen del conflicto
Dow Argentina había anunciado el 9 de agosto que tenía previsto cerrar su planta de Puerto San Martín en mayo de 2022. La compañía negó que la decisión estuviera vinculada con la situación económica local y lo justificó al asegurar que era parte de una “restructuración a nivel global”. De hecho, puso como ejemplos otros cierres similares que la multinacional había anunciado en China, Australia y Estados Unidos.
Desde el gremio dejaron claro desde un comienzo que si bien la planta venía operando por debajo de sus posibilidades seguía siendo un negocio rentable. Por eso pedían que si Dow no quería seguir al menos se la vendiera a un tercero. “La pandemia hizo estragos en todos lados, pero en los últimos meses del año pasado la situación se empezó a revertir y cuando se anunció el cierre estaba produciendo al 60 o 70 por ciento. Por eso nos tomó por sorpresa porque no era una planta que no daba redito, pero ellos planteaban inicialmente que era más rentable producir en Brasil e importar”, recordó Brizuela de SOEPU.
El pedido de Cristina
Un mes después del anuncio de Dow, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió al posible cierre de la planta de San Lorenzo en el acta de cierre de campaña que el Frente de Todos organizó en Tecnópolis. Allí le pidió al presidente Alberto Fernández en el escenario que hiciera todo lo posible para evitar la salida de Dow. “Alberto, no tenemos que permitir que Dow Chemical, en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, cierre esa fábrica tan importante que produce insumos plásticos y fundidos para toda la industria. Es una firma muy importante. Es cierto que han decidido relocalizar, una decisión global pero bueno… Y quieren después, de esa manera, tener que vendernos los fenoles para los polímeros desde Brasil para importar. No, esto es quitarle autonomía a nuestro proceso industrial y drenajes de divisas que necesitamos para seguir produciendo”, aseguró.
La estrategia oficial
Después de aquellas palabras de la vicepresidente, se intensificó la presión oficial para tratar de mantener la planta en funcionamiento. El siguiente paso lo dio la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), la cual le ordenó a la compañía «no innovar, alterar ni modificar los activos productivos que posee en su planta de Puerto General San Martín, en San Lorenzo, salvo que la acción llevada adelante tenga como fundamento el mantenimiento, reparación o mejora de estos, hasta tanto se resuelva la cuestión objeto de investigación de conformidad con lo dispuesto en la Ley de Defensa de la Competencia».
Lo que motivó la intervención de la oficina antimonopolio fue la revelación de que la empresa no estaba dispuesta a vender la planta. «La comunicación corporativa expresaría que los activos productivos serían inutilizados, dado que no serán transferidos ni reubicados, sino que los va a destruir o los va a volver obsoletos, lo que implica una afectación del interés económico general», aseguró la CNDC, dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Ese hecho fue interpretado como un posible abuso de posición dominante. «Teniendo en cuenta la posición de mercado que ocupa la firma investigada, parecería que la acción llevada adelante solo tiene como objetivo mantener su posición como principal oferente en el mercado a costa de la pérdida de recupero de las inversiones realizadas», sostuvo el organismo al ordenar no innovar, jugada que formó parte de una estrategia de pinzas para forzar a la compañía a dar marcha atrás con su anuncio de cierre.