El conflicto docente puede acelerar cambios en el Gabinete de Vidal
En el inicio de su último año de gestión, que estará atravesado por lo electoral y signado por la conflictividad en materia salarial respecto de los trabajadores de la Educación, María Eugenia Vidal y todo Cambiemos, incluso más allá de la General Paz, miran el tablero y planean las jugadas que puedan llevar al oficialismo a una victoria total.
Parte de esos análisis se centran en las características de la tropa que acompaña a la Gobernadora en una batalla que reviste suma complejidad. Hasta ahora, ministros que muestran carácter reservado y perfil técnico, han dado pruebas públicas de su compromiso con la posición asumida por la Provincia.
Distinto es el caso del titular de la Dirección General de Cultura y Educación, Gabriel Sánchez Zinny, que sistemáticamente le saca el cuerpo a los duelos de pirotecnia verbal que el Gobierno y los Gremios proponen para lograr el favor de la opinión pública mientras negocian salarios y condiciones laborales.
El silencio de Sánchez Zinny lo pone en una posición incómoda. No faltan dentro de Cambiemos quienes lo apodan “el mudo”, como tampoco los que piensan que es urgente reemplazarlo por un soldado más “comprometido”. De hecho, como ya se consignó, es altamente probable que no continúe en el cargo durante un eventual segundo mandato de María Eugenia Vidal.
Esa mirada de mediano plazo podría, sin embargo, ser demasiado generosa. Dentro del Congreso de la Nación hay un hombre que empieza a probarse el saco. Se trata de Esteban Bullrich, actual senador nacional por la Provincia, que, algo cansado del letargo legislativo, busca nuevos rumbos.
Según se pudo reconstruir a partir de fuentes del oficialismo, Bullrich buscaría desembarcar en la Dirección General de Escuela, como paso previo para instalarse en una posible candidatura a Gobernador para 2023. El ex Ministro de Educación de la Nación, que supo confrontar con los gremios nacionales cuando eliminó la paritaria nacional, que establecía un piso para las provincias, cree que tiene espaldas y experiencia para confrontar con el frente de unidad que encabezan Roberto Baradel, Mirta Petrocini y Miguel Díaz.
Por eso, en tándem con Marcelo Villegas, que suele alejarse del rol imparcial que debería tener por su condición de Ministro de Trabajo, para ponerle picante a la discusión salarial, esmerilan el poder que, por ahora, tiene el técnico Sánchez Zinny, a quien se percibe como un fusible para el caso de que las negociaciones y el conflicto se extiendan y generen un costo político para el gobierno deMaría Eugenia Vidal.
Fuente: Infocielo