Mapuches: un duro del macrismo destaca el rol del obispo conciliador

El rol protagónico del obispo de San Carlos de Bariloche, Juan José Chaparro, generó malestar en el Gobierno nacional. La mesa de diálogo que el religioso coordinó fue el motivo de enojo con el juez subrogante Gustavo Villanueva, que, luego de ordenar el desalojo de la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu, le pidió ayuda al delegado del papa Francisco para frenar el conflicto. Y la ayuda fue sentar a las partes en la sede del gremio docente rionegrino. A pesar de los cuestionamientos que surgieron desde la Casa Rosada, uno de los representantes del PRO en la provincia celebró la mediación.

“Las participaciones de liderazgo que tranquilicen son bienvenidas. Los que bajan la espuma de discursos incendiarios, como el obispo, ayudan. Analizamos su acción como muy buena”, respondió el diputado nacional Sergio Wisky (PRO) -que tiene una posición dura respecto a los sectores más radicales de la comunidad mapuche-, en la previa a un encuentro pyme organizado por el Ministerio de Producción de la Nación en un hotel céntrico de la ciudad andina.

Igual, Wisky no eludió críticas a Villanueva. “Nos preocupa, es un escenario que hay que investigar. la Justicia no está tomando el mando de cuidar las pruebas. Cualquier ciudadano se sentiría vulnerado en su derecho (..) imagínense en un problema como éste. La Justicia está lenta para resolver este problema”, consideró el legislador.

“Tendremos miradas diferentes, pero vamos a respetar lo que el juez diga”, se sinceró al reiterar -en diferido- los planteos del gobernador Alberto Weretilneck y la mesa chica del presidente Mauricio Macri: “Pienso que el RAM participa de todo esto”, agregó.

En notable contrapunto, Chaparro propagó la idea que el conflicto con los pueblos originarios de la Patagonia, sobre todo con el grupo de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), sirve para “generar un enemigo interno”.

Fuente: Letra P