Triaca deslizó que la reforma laboral está acordada con los gremios

El Gobierno Nacional tiene algo en claro: la reforma laboral se hará sectorialmente, no habrá una ley nueva con cambios radicales a la brasileña, y estos debates se generarán en el seno de mesas sectoriales con todos los actores. Pero hay un punto clave que dejó sobre la mesa de la Unión Industrial Argentina (UIA) el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. Que todo lo que se avance en este sentido cuenta con el respaldo y la participación de los gremios. Semejante garantía ante los hombres de negocios de peso en el país refleja, ineludiblemente, una cuestión: la instalación del debate sobre los contratos de trabajo es una ola que le pasó por encima incluso a la CGT; un caudal de agua virulento que alcanzó a un movimiento obrero diezmado en su poder de fuego por el trabajo artesanal de un Ejecutivo que le marcó la cancha, un poco con la mejora económica y otro poco con las carpetas de causas judiciales y negociados.

Junto al presidente de la UIA, Miguel Acevedo, se sentaron a la mesa los vices Luis Betnaza (Techint), Daniel Funes de Rioja (Copal), Eduardo NouguésCristiano Rattazzi (FIAT), Adrián Kaufmann Brea (Arcor) y Alberto Sellaro(Calzado). Además del presidente de la UIPBA, Mario Gualtieri, el textil Jorge Sorabilla y el jefe de los Madereros de FAIMA, Pedro Reyna. Y a Triaca lo secundaron el jefe de Gabinete, Ernesto Leguizamón; y el secretario de Trabajo, Horacio Pitrau.

“Fue una buena reunión”, contó un alto dirigente de la UIA que trabaja en la cadena automotriz. No era para menos, se trataron buena parte de los puntos de la agenda que preocupa a los empresarios, y con una línea bien recibida. Según pudo saber Letra P, en el paquete de reformas, Triaca garantizó las discusiones laborales sectoriales que ya había expresado su par de Hacienda, Nicolás Dujovne. Los modelos que están vigentes son los acuerdos petroleros para Vaca Muerta que contaron con el aval del titular del Sindicato de Petróleo y Gas de Patagonia, Guillermo Pereyra; además del alcanzado con motos.

De todos modos, la discusión fue un paso más allá. Entre plato y plato del almuerzo en la sede de Avenida de Mayo se consensuó avanzar en algunos otros ítems. Por un lado, modificar la Ley de Pasantías para que sea más fácil la contratación de pasantes por parte de las empresas. Que el sistema de Repro (compensaciones salariales que otorga el Estado a empresas en crisis) no se convierta en una forma de competencia desleal; y una modificación de las penalidades impuestas antes de blanquear trabajadores.

Otro de los temas que sugirieron los empresarios fue, en el marco de la reforma laboral, considerar la posibilidad de hacer convenios colectivos regionales. Eso ya ocurre en algunas zonas de Argentina, en las que por haber menos competitividad se pautan regímenes con algunas diferencias a los aplicados en zonas de mucha productividad como Buenos Aires y Santa Fe.

Por su parte, desde la UIA Acevedo consignó que “Estado y privados comprendimos que solamente podemos avanzar en la agenda de la competitividad complementando esfuerzos. Por eso es importante que los ministros concurran a nuestra casa para dialogar y debatir cuáles son las mejores iniciativas que nos sitúen en la senda del desarrollo industrial”. A través de un comunicado, la UIA especificó que es importante que las provincias adhieran rápidamente al régimen de riesgos de trabajo, dado que el crecimiento de la litigiosidad laboral sigue siendo un obstáculo para el desarrollo de las pymes industriales.

Para los empresarios, todo este combo de discusiones debería redundar en un punto del que aún adolesce la economía: el ingreso de inversiones extranjeras. De todos modos, no son pocos los que en la UIA entienden que si no invierten los de adentro, la flexibilización de condiciones tampoco traerá nada nuevo desde fronteras afuera.

Fuente: Letra P

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