Pope empresario pidió “regular la economía” para proteger la industria

Las jornadas de reflexión entre políticos y empresarios que organizó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), revelaron algunos momentos de alta lucidez en materia de comprensión de los escenarios locales y globales. En este caso, las ideas no provinieron de dirigentes políticos, sino de dos de los más grandes empresarios de la Argentina: Hugo Sigman, jefe del grupo multi-negocios Insud, y de Paolo Rocca, jefe de Techint. Entre ambos explicaron en qué situación mundial Argentina se encuentra a la hora de colocar productos y buscar inversiones en el exterior y, con matices, dejaron mensajes que intentan poner una luz amarilla sobre economías abiertas en un contexto donde todos se cierran. Además del impacto a nivel local de la invasión de productos importados, sobre todo aquellos con valor agregado.

«Hace falta regular la economía para proteger la industria nacional. Hay mecanismos para cuidar las tramas productivas», expresó Sigman. Y agregó que “el gobierno está atento a mejorar la situación del déficit pero la generación de actividad económica, empleabilidad, emprendedorismo y el consumo no se desarrolla. Es comprensible que se esté tratando de cuidar la inflación, pero hay que tomar el riesgo de aumentar la actividad”. Sigman es cabeza de un grupo que conjuga negocios de producción de medicamentos en Argentina y España, productos agropecuarios, industria forestal, industria editorial-periodística (Le Monde Diplomatique y la editorial Capital Intelectual), y producciones cinematográficas. Si bien sus declaraciones parecen llamativas en relación a lo que piensa la mayoría del establishment argentino, no es extraña la posición si se asocia al pensamiento más progresista a la europea de Sigman.

Hay otras muestras de esta postura casi ideológica del empresario. En una parte d su alocución, cuando se apuntó a “gobiernos neopopulistas” del mundo como parte de un problema a solucionar, dijo que lo relevante es proteger a la industria: “En Europa y en los Estados Unidos esto es así y nadie se rasga las vestiduras diciendo ‘estamos fuera del mundo”, explicó.

Desde una posición más moderada pero que muestra que hay consideraciones del establishment que en ocasiones superan la visión política de la cuestión externa e interna, Rocca llamó a ser cuidadoso con los procesos de inserción en el mundo. «Ningún gobierno hoy puede hacer una apertura indiscriminada sin poner en riesgo su gobernabilidad y su consenso», señaló el líder de la siderúrgica más grande del mundo, la primera gran argentina transnacionalizada. Desde el público hubo asombro por la apertura del diálogo y la temática sin restricciones en cuestiones que hoy molestan al Gobierno Nacional y sobre las que el Ejecutivo tiene una mirada opuesta a la de Sigman y Rocca. Incluso hubo ojos asombrados en aquellos jefes de comunicación que acompañaron al evento a la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti; y al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien aprovechó su exposición para abordar la cuestión de la integración de la Villa 31.

“La velocidad de la transformación es muy fuerte y quedan muchos desplazados que no encuentran lugar”, detalló el jefe de Techint respecto al avance de la tecnología. Fue éste quizás el único punto de discordancia con Sigman, quien elogio el desarrollo tecnológico. Pero Rocca continuó fuerte, con eje en el mundo real. Detalló que “en el conurbano bonaerense la desindustrialización, el cambio tecnológico, hace difícil la inclusión”.

Lo más interesante de Rocca -quien asiduamente acompaña al Gobierno en sus políticas y que fue uno de los anfitriones de Macri en Houston, en la previa a la visita a Washington para ver a Donald Trump– fue su mirada al asunto global. “Pasamos de un mundo bipolar entre Estados Unidos y Rusia a un contexto unipolar y hoy a una situación de ausencia de poder predominante. Para las empresas el gran desafío es saber leer esto y apoyar al Gobierno para que encuentre la medida para gobernar en un contexto de tanta volatilidad”, aseveró y se refirió al desembarco en el poder no sólo de Trump, sino de otros líderes más personalistas como el francés Emmanuel Macron. En este sentido, consideró que “vamos a una desglobalización. Donde las empresas mueven sus plantas más cerca de donde está su consumo. Hay que leer esta realidad y trabajar con el Gobierno para contener amenazas y aprovechar oportunidades. La educación está en el centro de todo. Argentina debe tomar decisiones racionales en este contexto, observando cuál inserción internacional favorece su crecimiento y gobernabilidad”.

Fuente: Letra P

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