Con la economía caída, se disparó 2,4% la inflación y hay críticas a Sturzenegger

Incluso por encima de lo que estimaban los economistas que siguen precios, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer este martes el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a marzo, que arrojó una suba de 2,4% en relación al mes anterior. Elevado, el indicador estuvo impactado por prendas de vestir, colegios y tarifas. Pero el dato más llamativo es que, a pesar de los intentos oficiales por bajar la inflación, sigue aún muy elevada el alza de precios de la canasta básica. Lo que comúnmente se entiende como inflación núcleo, aquella que no está alcanzada por temas estacionales o subas de tarifas, fue del 1,8%. Si se observa el detalle por rubros, los principales incrementos se dieron en educación (5,6%),  indumentaria (4,8%) y alimentos y bebidas (3%). Este último número grafica el problema mayor que afronta el Gobierno: con una economía aún recesiva, observa una disparada de los precios de productos indispensables.

En síntesis, los empresarios del consumo siguen aumentando los valores más allá de la tendencia que, hasta el momento, venía observándose en la inflación general. En los primeros tres meses del año, los precios acumulan una suba del 6% y ponen en serias dudas la meta de una inflación de entre 12 y 17% que se impuso el Gobierno en el Presupuesto 2017. Un mal síntoma en plena definición de paritarias y conflictos salariales que venían cerrándose en torno al 20%.

En paralelo, tanto desde el sector privado como desde algunos sectores del gabinete económico, empezó a ponerse en duda la política anti inflacionaria que venía manejando el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. El elegido por Macri para encabezar el combate a los precios sigue manteniendo altas las tasas de interés, lo que genera un efecto de congelamiento prolongado en la economía. Se lo apuntan hasta los que lo aprecian. Y es lógico: además de tener financiamiento caro que traba inversiones, los precios siguen sin reaccionar a esa política. Se quedó sin ninguno de los dos triunfos precisamente en el período en el que la política empieza a imponer sus necesidades. Para variar, el titular del BCRA volvió este martes a elevar la tasa, confirmando que su idea es reducir la inflación a como dé lugar.

Miguel Bein, el economista que asesoró a Daniel Scioli en la campaña y quien mayor estimación de crecimiento de la economía tenía para este año (5%), encendió una luz amarilla. Habló de política más allá de las cifras: en un programa de Canal 26, especificó que Sturzenegger debe comprender que, con este manejo, la inflación puede bajar al 1% en dos meses, pero a costa de que la economía siga sin arrancar. Un dato no menor en un año electoral donde la evolución del bolsillo de la gente parece ser la madre de todas las batallas.

En la política del BCRA, hay otro fuerte cuestionamiento que llega, incluso, de economistas de mucha sintonía con Sturzenegger. La cuestión pasa por no dar señales de acompañamiento a la baja de los precios. Casi todos están convencidos de que, cuando termine el impacto tarifario y los costos extra de todos los marzos, la inflación podría bajar. Pero esa reducción, ya a esta altura, no parece perseguir otro fin que ése. No parece estar articulada con un programa general económico. Así las cosas, nadie puede garantizar que la economía arranque con cierto sustento que permita la recuperación del empleo. Y, sin eso, será complejo mejorar la performance.

Fuente: Letra P

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