El inicio del año electoral desde el humor social

No sólo la intención de voto y la imagen positiva de cada candidato miden las encuestas. A poco de haberse iniciado el 2017, distintas consultoras comenzaron a palpar cuál es el estado en el que se encuentran aquellas variables que definen el humor social del votante bonaerense.

Inflación, falta de trabajo, inestabilidad económica y laboral, inseguridad, capacidad de ahorro y proyección financiera son apenas algunas de las partes que integran un engranaje macro que puede definir un voto.

De cara a un panorama que asoma reñido, la campaña 2017 promete un desenlace cabeza a cabeza, y los referentes políticos que ponen el cuerpo en la Provincia, no lo ignoran. No en vano ganan cada vez más espacio referencial las cuestiones vinculadas a la economía. Es que en el ranking de la autoestima y la moral, el bolsillo es la vedette de las temporadas de elecciones, seguido por la falta de trabajo y la inseguridad.

Igualmente, no existe una variable que prime por sobre otra, ya que la prioridad de las preocupaciones suele variar con el correr del año. Por tal motivo, los estudios que chequean el estado de ánimo de una sociedad son a base de preguntas abiertas y dentro de un universo de respuestas que suele abarcar múltiples categorías que, por lo general, se basan en los miedos, incertidumbres, insatisfacciones y la percepción de riesgos que conviven dentro del votante.

En diálogo con La Tecla, Claudio Polosecki, de la consultora Grupo de Opinión Pública, aseveró que en la última medición arrojó “un nivel de humor social negativo del 44%”. Según el consultor, ese porcentaje es “bastante aceptable para la situación que hay, ya que en Argentina, los índices de pesimismo llegaron a ser del 65%”. “Lo ideal sería un humor social negativo del 33%, pero es muy difícil de alcanzar”, sostuvo el especialista.

En ese sentido, Polosecki señaló que, por historia, “la inflación y el valor del dólar son los dos grandes temas que definen el estado de ánimo en una sociedad”. Y agregó: “Cuando el dólar y la inflación suben, la gente se angustia mucho y empieza a tener preocupación por su futuro, y esa preocupación desplaza a las otras”.

Y completó: “En la actualidad, lo que estamos viendo es que tanto el tema de la inflación como el del dólar han decaído en su presión sobre la gente y, en detrimento de esto, ha ganado preponderancia la inseguridad”.

Fuente: La Tecla

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