Los dirigentes explotaron tras las palabras de Macri y no arranca la B Nacional

«Espero que la AFA y los clubes en general abandonen la oscuridad y se transformen en instituciones transparentes, creíbles y confiables», dijo el presidente de la Nación, Mauricio Macri, este martes sobre el final de la conferencia de prensa que brindó en Casa Rosada. El mensaje fue significativo y le echa más leña al fuego a la guerra que el gobierno mantiene contra los dirigentes del fútbol argentino. La respuesta fue inmediata: el titular de Vélez, Raúl Gámez, no se contuvo y le dijo directamente al jefe de Estado que es «un hijo de puta, sinvergüenza y basura». Al mismo tiempo, las principales cabezas de la B Nacional anunciaron tras una reunión que el torneo no va a comenzar a fines de enero, como estaba pautado, porque «jugar así es imposible e inviable».

«El fútbol está en una crisis terminal, tal vez peor que como  recibimos el país», describió Macri, inmediatamente antes de disparar contra la dirigencia: «veo que en sus dirigentes, en vez de encarar el tema, de ponerlo sobre la mesa, como hicimos los argentinos con los temas nacionales, siguen tratando de encontrar un atajo, un parche, y no toman las cosas con la suficiente seriedad. A pedido de ellos y confirmado por aclamación por la ciudadanía argentina, el Estado no va a participar más desde el programa Fútbol Para Todos con la AFA. Hace 6 meses que lo tienen claro, así que espero que hayan previsto cómo van a seguir a partir de febrero, porque nosotros no vamos a participar más».

Ese mensaje penetró como una daga afilada en el pecho de gran parte de los directivos, que no se quedaron callados, dejando en claro que la guerra entre ambos sectores está más caliente que nunca. Fue Gámez quien recogió el guante y fiel a su estilo, sin pelos en la lengua devolvió con munición gruesa, en diálogo con Télam: «es un hijo de puta, un sinvergüenza, lo que hizo con el fútbol este tipo pedante, soberbio, basura, del presidente de los argentinos no tiene perdón de Dios, es una basura total, un tipo del que tenemos que tener mucho cuidado», y agregó: «es un cachivache total, que deje el fútbol, porque es una vergüenza la presión que esta haciendo en los clubes para que seamos más pobres y él sacarse el gusto de que saquen más plata sus amigos, haciendo sociedades anónimas».

Un rato después, en C5N, el mandamás del club de Liniers analizó: «dije palabras muy duras pero las sostengo». «No creo que arranque el fútbol», dijo además. Esta postura es la misma que gran parte de la dirigencia del fútbol, que mantiene un fuerte enfrentamiento con la Comisión Normalizadora que llegó a la AFA puesta por el Gobierno, con el objetivo de ordenar la situación, cosa que nunca pudo hacer.

“Entre el 60 y 80 % del presupuesto de los clubes proviene de la televisación”, había dicho este último lunes el presidente de Colegiales, Rodrigo González, para detallar que, con cuatro meses y medio sin cobrar, absorber ese hueco resulta una misión imposible para las entidades: “Dos millones y medio para nuestro presupuesto es muchísimo”, más aún luego de un año donde, señaló, “todos los servicios aumentaron un 500%, hasta las pelotas un 100% y un 120% el costo del operativo policial, que es muchísimo”.

Esta tarde, tras una reunión en Viamonte, el vicepresidente de Nueva Chicago, Daniel Ferreiro, comunicó que la B Nacional no va a comenzar tal como estaba pautado, el 28 de enero: «Es imposible jugar así, el torneo es inviable». «La B Nacional no arranca por falta de recursos. Si no podemos cobrar lo que se nos adeuda, es imposible que juguemos», continuó, y reclamó lo que todos los sectores de la dirigencia quieren: elecciones. «Esto se soluciona con un acuerdo político. La reunión entre Angelici Tapia es un buen primer paso. El problema del fútbol lo tenemos que solucionar los dirigentes del fútbol», expresó.

“Lo que hace falta es la institucionalización porque nadie se va a sentar a rescindir un contrato o a firmar un contrato con alguien que no tiene las facultades para hacerlo. Con la elección a presidente se solucionaría fácil”, le había manifestado a este medio el mismo dirigente. Esto, en referencia a la rescisión del contrato de Fútbol para Todos (FPT) con el gobierno.

Las palabras de Macri, la explosiva arremetida de Gáméz luego, y la decisión de la B Nacional después -con posibilidades de que se plieguen las categorías menores-, son un capítulo más de esta grave crisis que mantienen agonizante al fútbol argentino, con rumbo incierto y a punto de que explote definitivamente la bomba.

Fuente: Letra P

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