Crece la tensión en el PJ y la interna se judicializa
La Junta Electoral del partido le reclamó a la lista de Quintela por casi 14 mil avales que habrían presentado irregularidades. El riojano evalúa presentarse en la Justicia electoral y denuncia "falta de custodia" de las actas que presentó. Los apoderados partidarios rechazan la acusación y defienden su accionar.
La puja por el Partido Justicialista ingresó en las últimas 48 horas en el campo de las acusaciones cruzadas en torno a irregularidades e inconsistencias en la presentación y recepción de avales. La controversia podría terminar en el juzgado federal de María Servini. La tensión creció luego de que la Junta Electoral del partido oficializará la lista “Primero la Patria”, que encabeza la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y otorgará un plazo de 24 horas a la lista rival, “Federales, un grito de corazón”, para que presente “documentación física faltante” a los fines de sumar un mínimo de 13.714 avales que le fueron objetados y que necesita para llegar al 2% del padrón (62.465 afiliados), piso requerido por el reglamento.
Desde el bando del retador, el riojano Ricardo Quintela, aseguran que el sábado 19 de octubre a las 23:51 presentaron en tiempo y forma “aproximadamente 73.000 avales” en el histórico local del PJ de la calle Matheu. Además aseguran que sus rivales internos -a quienes atribuyen más injerencia en el partido y en la Junta Electoral- les sustrajeron avales “por negligencia o acto doloso”.
Uno de los apoderados de Quintela, el abogado con pasado moyanista Daniel Llermanos, adelantó a Tiempo que su sector hará “una serie de reclamos en la Junta Electoral” y que en paralelo se presentará en la Justicia ordinaria para que se investigue “si se han cometido delitos por falta de custodia o si se han robado los avales”. “Hoy por hoy esto es un caso de robo común”, apuntó.
Uno de los apoderados del PJ, el abogado Eduardo López Wesselhoefft, histórico congresal partidario y durante años colaborador del fallecido Jorge Landau, restó importancia a la acusación de robo. “Me parece muy pobre el argumento de que los avales se los robaron. Yo entiendo la situación de ellos, pero no han cumplido con los avales, entre otras cosas que están detalladas en la resolución de la Junta”, replicó, al ser consultado por este diario. López Wesselhoefft señaló que la documentación faltante de la lista “Federales” está detallada en el anexo de la resolución 5 de la Junta Electoral del PJ, emitida el viernes por la noche. Allí se plantea que de los 70.531 avales que figuraban en los Excel entregados por el sector de Quintela sólo 48.751 eran válidos, por inexistencia de documentos, errores en los DNI y discordancias en las firmas.
Según las observaciones de la Junta Electoral, Quintela tiene tiempo hasta este domingo a las 11 para presentar los papeles que se le requieren. Si no lo hiciera, porque están corriendo los plazos para la elección interna del 17 de noviembre, es probable que se inhabilite su nómina. Llermanos integra el equipo de apoderados de la lista de Quintela junto al ministro de Gobierno de La Rioja, Jorge Yoma, y la secretaria de gestión previsional en esa provincia, Sandra Vanni. En relación a los próximos pasos de este sector, Llermanos adelantó a este diario que se presentará en la comisaría más cercana a Matheu 130, en CABA, para pedir que “se inspeccione el local” y que «se tome declaración a todos los empleados del PJ nacional”. El letrado incluso llegó a decir que los avales de la lista de Quintela pudieron haber sido robados o prendidos fuego “en un asadito de La Cámpora” que, según él, se realizó en el predio del barrio de Balvanera el domingo 20 de octubre.
“Yo personalmente fui al día siguiente para llevar la documentación de un candidato que renunciaba y sustituirlo por otro. Y me encontré con una fiesta gigantesca que se organizó en el quincho. Las cajas (con los avales de Quintela) estaban sin ningún tipo de faja ni de cerramiento”, afirmó Llermanos, quien responsabiliza en particular al apoderado más conocido del PJ, el referente de la agrupación Nuevo Espacio de Participación (NEP), Juan Manuel Olmos. “Olmos mandó un comunicado sin haber informado a nuestra lista que teníamos irregularidades. Y él no es cualquier persona: es el auditor general de la Nación. No me parece correcto que sea apoderado de la otra lista, porque esto implica un peso y una influencia inaceptable en el proceso electoral”, lamentó.
Estos cuestionamientos ganaron en intensidad con la declaración que el propio Quintela difundió en la noche del viernes. Con palabras duras hacia sus rivales, el mandatario riojano deslizó que la interna no se concretará. “Nunca una disputa interna es lo más importante, lo más importante es estar con el pueblo que sufre políticas de ajuste”, concluyó en su comunicado. Antes había criticado al “conjunto de dirigentes que creen que se pueden llevar todo puesto con maniobras, argucias legales y chicanas reglamentarias”. Además dijo que le costaba creer que CFK hubiera estado dispuesta a flexibilizar los requisitos para participar de una eventual elección interna, como la exjefa de Estado había planteado previamente en una carta pública.
Al tanto de los reproches de Quintela, el apoderado López Wesselhoefft dijo que en los últimos días se llevaron a cabo acciones para preparar la elección del 17 de noviembre. En una entrevista con la radio AM750, mencionó la tarea de “setenta personas jóvenes” que hicieron “un trabajo de conteo muy puntilloso que está documentado” para verificar los avales presentados por las listas y contó que en la cochera del local de Matheu “ya estaban estibadas 3200 urnas” que había entregado el Poder Ejecutivo. “Lo que van a empezar a decir es que nunca quisimos hacerlas (las internas) pero la verdad es que estuvimos trabajando en la organización, con un equipo ocupado en el despliegue de urnas por todo el país”, afirmó.
Con la cuenta regresiva en marcha para que Quintela presente documentación complementaria o su lista quede inhabilitada, los cada vez más tensos debates del peronismo quedaron expuestos con las palabras del riojano, pero también con una serie de declaraciones que sacaron a la luz fastidios, irritaciones y reacomodamientos en ciernes. El viernes, en la entrevista con Jorge Rial en Radio 10, el diputado Máximo Kirchner fue consultado sobre si estaría dispuesto a apoyar una candidatura presidencial de Axel Kicillof en 2027. Su respuesta no dejó dudas. “Hasta el 17 de octubre (por el acto que encabezó Kicillof en Berisso) en mi cabeza funcionaba de una manera. Alguien que no puede decidir entre Quintela y Cristina me obliga a revaluar las cosas”, lanzó. En otro tramo del reportaje, el titular del PJ bonaerense aseguró que “elegir entre Cristina y Quintela era muy fácil”. “Ella es veinte veces mejor que él”, remarcó, contundente.
También el viernes, el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, prometió que respaldará al gobernador Axel Kicillof “hasta las últimas consecuencias” y planteó en un plenario del PJ local que a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner “la están haciendo equivocar, la están asesorando mal”. Otro bonaerense de la primera sección (norte y oeste del GBA), el alcalde de Escobar, Ariel Sujarchuk, difundió el mismo día una carta en la que advirtió que la puja entre CFK y Quintela, tanto si se concreta en elecciones o prima una lista única y continúa la pelea legal, producirá “tantos heridos” que desencadenará “una fragmentación segura” en 2025. “Algo parecido a lo que pasó en el ‘85”, rememoró.
“La lista de Quintela se armó con mucha dificultad. Axel (Kicillof) quedó expuesto en público y Cristina también pudo ver que las diferencias que le marcaban muchos no eran solo con Máximo sino que la alcanzan a ella también”, agregó Sujarchuk en su pronunciamiento. El jefe comunal no sólo pidió que se evite la interna, también alentó a que se “discuta política, propuestas” y “se cambie de métodos para que todos se sientan parte y principalmente se genere algo distinto” que convierta al peronismo “en una alternativa de poder”. Su diagnóstico se completó con una descripción del presente: para Sujarchuk, “el peronismo está vintage”.
Otra definición para un proceso que va más allá de la disputa por el liderazgo.
Por: Martín Piqué