Caputo se ataja y admite que la recuperación del consumo «llevará meses»
A pesar de transmitir optimismo, el ministro de Economía reconoció limitaciones para que las mejoras lleguen al bolsillo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que los indicadores económicos mejoran pero no quiso exagerar y reconoció que tardará meses en llegar a los bolsillos.
Fue en el marco de la estrategia del Gobierno de empezar a instalar la idea de que la economía empezó a recuperarse, aunque reconoce que esa bonanza no llega a todos los sectores, por ahora.
Esa cuestión, central para ganar consenso ante la opinión pública, se viene trabajando desde hace semanas, pero en los últimos días cobró más dinamismo.
En cambio, existe una novedad atada a ese discurso, que sorprendió en las últimas horas: el ministro de Economía reconoce que el impacto favorable sobre el consumo puede tardar meses en notarse en los bolsillos.
“Hay una recuperación muy fuerte que en algunos sectores es de dos dígitos, pero tardará meses en llegar a la gente porque se da desde un piso muy bajo”, admitió el jefe del Palacio de Hacienda.
Para los analistas financieros, semejante reconocimiento por parte del jefe del Palacio de Hacienda refleja que la recuperación económica es por ahora heterogénea, es decir, se nota en algunas actividades, como el campo, más que en otras, como la industria.
Las principales entidades que engloban a comercios explican, por ejemplo, que la caída en las ventas de comercios por ahora rondan el 20 por ciento.
Caputo dijo que fue tal la recesión en la Argentina, que a pesar de que algunos sectores empiezan recuperarse, esa mejora tardará bastante más en llegar al bolsillo.
Y consideró que uno de los elementos que ayudará es la recuperación real de los ingresos frente a la inflación, un proceso que a su juicio ya comenzó.
Vaticinó un 4% de inflación en agosto y auguró una baja mayor en septiembre, mes desde el que regirá la rebaja del impuesto PAIS. Para esto, el gobierno depende de que las empresas trasladen a precios las rebajas de impuestos.
Según Caputo, durante las reuniones sectoriales que mantuvo en las últimas semanas encontró una buena respuesta del empresariado: “Nos hemos juntado con muchas cámaras que se comprometieron a bajar los precios”, dijo.
Y destacó en que cuando este lunes comience a regir la medida, el dólar para importaciones se reducirá a $ 1.030, desde los casi $ 1.120 actuales, lo cual abaratará tantos productos terminados como insumos de producción.
Y explicó por qué el gobierno mantiene un alto nivel de adhesión pese a la caída del poder adquisitivo: “Nos aguantan porque ‘les sacaron las fichas’ a los otros que les mintieron y robaron con 16 años de populismo”, disparó, con destino al kirchnerismo.
Además, Caputo anticipó que en lo que resta de la semana y en el inicio de septiembre dará a conocer nuevas medidas para “bajar el costo argentino”.
La reducción del impuesto PAIS será una jugada fuerte del Ejecutivo en materia fiscal: el Tesoro sufrirá pérdida de ingresos de entre $730.000 millones y $1 billón a lo largo del último cuatrimestre del año, lo cual equivale a entre 0,13 y 0,18% del PBI, según el economista Nadín Argañaraz. Serán entre $170.000 millones y $250.000 millones menos por mes entre septiembre y diciembre.
La reducción del impuesto PAIS alcanza solo a bienes y fletes, con lo cual seguirán gravados con la alícuota de 17,5% segmentos como los gastos en turismo, el dólar ahorro, el pago de plataformas de streaming, las compras de títulos como el BOPREAL o las adquisiciones de divisas para el giro de dividendos.
De acuerdo con los cálculos de Caputo, esta merma en la recaudación impositiva será compensada con ingresos adicionales que obtuvo el Tesoro Nacional por la restitución del Impuesto a las Ganancias para trabajadores de la cuarta categoría y con fondos provenientes de la moratoria.
Por su parte, el secretario de Finanzas de la Nación, Pablo Quirno, ratificó que el equilibrio fiscal es “innegociable” y explicó que “cuando el Congreso aprobó el paquete fiscal, sabíamos que teníamos esos ingresos para compensar la baja del Impuesto PAIS”.
Y dijo que el Gobierno está «completamente comprometido en seguir bajando el gasto para poder reducir los impuestos. Esto es lo que va a darle a la economía argentina la competitividad que necesita, porque es el Estado el que le pone la pata arriba del sector privado».
A partir del hecho de que se reducirán los ingresos por la baja del Impuesto PAIS, y de cara a los vencimientos de deuda, el mercado se pregunta sobre la capacidad de afrontar esos compromisos. En septiembre, el Tesoro deberá afrontar vencimientos por más de $ 14 billones.
Quirno dijo que «hay un problema de deuda cuando hay que financiar al Estado. En este momento tengo el mejor de los trabajos. No tengo que financiar el Estado. No tengo que tomar nueva deuda. El problema de deuda es cuando no se tienen los números ordenados, es decir, no se tiene la macro ordenada, tiene que recurrir a violación de contratos».
Al respecto, apeló a la confianza y a la credibilidad que busca dar el Gobierno hacia el mercado.
El secretario de Finanzas señaló que «desde el primer momento buscamos tomar acciones que nos hagan ganar la credibilidad del mercado a través de nuestras acciones. Y las acciones son honrar los contratos, honrar los vencimientos, y tomar decisiones que den previsibilidad y transparencia. La consecuencia es que esa mayor credibilidad y esos resultados son los que nos van a dar acceso a los mercados».
La Argentina deberá enfrentar vencimientos de deuda en dólares en 2025 por u$s 8.000 millones. Por ahora, con un riesgo país en la zona de los 1.500 puntos, que el gobierno no logra bajar. Para Quirno, el riesgo país, es “un indicador más y que tiene su importancia con respecto a lo que la gente y los inversores miran en cuanto a acceso a financiamiento”. Pero reconoció que la baja del riesgo país es importante para que las compañías se financien en el mercado. Caputo, por su parte, dijo que la plata “ya está”, por lo que no será necesario salir a buscar financiamiento.
“No hay que olvidarse que YPF salió al mercado recientemente. Fue la primera compañía que salió al mercado luego de muchísimos años y lo hizo por abajo de 10%, aun con el riesgo país en 1.500 puntos”, señaló. Y se preguntó si se está mirando el termómetro correcto. “¿Por qué sale YPF a 10% cuando debería haber salido a 35%?», se preguntó Quirno.
Y, para transmitir confianza, reveló que la Argentina tiene “ofertas de bancos para salir al mercado hoy y no las estamos tomando. No es una cuestión de que no tenemos acceso a crédito, pero tenemos un montón de alternativas de financiamiento y que nos dejan a nosotros tranquilos».
Este miércoles, el Ministerio de Economía colocó cinco títulos de deuda en pesos, por $4,47 billones, como parte de su programa de financiamiento, en una licitación en la que se declararon desiertas las dos ofertas de bonos ajustados por la variación del dólar y una letra con ajuste por inflación (CER) con vencimiento el 15 de diciembre del 2017.
La nota distintiva fue la demanda de los inversionistas por una Letra del Tesoro con vencimiento el 29 de agosto del 2025, que reunió más de un billón de pesos y paga una tasa efectiva mensual del 3,88%. Es decir, por primera vez se logró colocar deuda a un año de plazo.
En este escenario, Quirno insistió en que el país debe “transitar un camino largo donde el Estado, para generar buenas condiciones al sector privado, y devolverle competitividad a la economía, no sea mediante una devaluación, sino bajando impuestos. Entonces, nosotros tenemos que seguir haciendo los deberes».
El objetivo central del equipo económico es seguir trabajando sobre la expectativa de inflación, porque considera que de esa forma actúa sobre la expectativa de devaluación. “Actuamos sobre la brecha. La brecha, entonces, naturalmente, va a ir, de los dólares financieros, hacia el oficial. Y eso es cuasi matemático. No es una cuestión de pelea dogmática. O sea, el esquema tiene un resultado donde el tipo de cambio, donde el peso va a ser bien escaso. Y eso tiene un efecto en el tipo de cambio», explicó Quirno.
En esta intención de transmitir confianza talla también el Banco Central. Su vicepresidente, Vladimir Werning, dijo que la economía “ya empezó a pegar la vuelta”, y señaló que “los números oficiales marcan un piso pero las cifras todavía son irregulares por sectores. Mientras el agro tuvo crecimientos de más del 80% comparado con la sequía, la industria pyme sigue cayendo y el consumo también se mantiene en terreno negativo”.
Consideró que se debe avanzar en la «remonetización» y explicó que «los hogares mantienen una posición larga de liquidez en dólares antes de la amnistía/moratoria fiscal».
Para Caputo, el semáforo de la economía «se está poniendo todo verde» y destacó: «El rebote ya arrancó y por supuesto que no vas a cambiar 100 años de historia y 16 de populismo extremo en 6 meses. Pero sí pueden empezar a verse los frutos de lo que se está haciendo. En diciembre era mucho más difícil y hoy ya muchos sectores se están recuperando a dos dígitos».
Desde la oposición, cuestionan que la campaña electoral ya empezó. Aunque todavía falte más de un año para las elecciones legislativas del 2025.