Coronavirus: “La cobertura de la pandemia fue sesgada, polarizada y dramática”
Un equipo de científicos de FLACSO y el Conicet investigaron el tratamiento periodístico de los principales medios opositores. Los títulos rimbombantes y la crítica sostenida sobre la gestión oficialista fueron la norma.
FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y la Fundación Medifé publicaron el estudio “Información sobre vacunas y campañas de vacunación. Entre la geopolítica, las polémicas, la esperanza y el fin de la pandemia”. Un equipo de investigadores, entre los que se destacan Esteban Zunino y Patricia Ferrante, exploró la cobertura periodística sobre vacunas y campaña de vacunación contra la covid que realizaron Infobae, La Nación y Clarín, entre enero de 2020 y junio de 2021. En concreto, examinaron cómo estructuraron sus agendas, los usos que los públicos realizaron de las noticias y el nivel de involucramiento en redes sociales, así como también, las búsquedas de información que los ciudadanos realizaron en internet.
“Buscamos saber cómo el consumo informativo puede influir en las ideas que construyen y en las prácticas que realizan las personas en relación a la salud. Evaluamos el modo en que se expanden ciertos discursos y a través de qué mecanismos”, señala Patricia Ferrante, politóloga e investigadora de FLACSO y de la Universidad Pedagógica Nacional. Al respecto, Esteban Zunino –doctor en Ciencias Sociales y Humanas (Universidad Nacional de Quilmes), investigador de FLACSO y del Conicet– comenta: “La cobertura de la pandemia realizada por estos medios fue sesgada, polarizada y dramática. Se sostuvieron tratamientos informativos que tendieron a generar desinformación y sobreinformación, y fomentar contradicciones y polémicas sobre las vacunas y la campaña. Entiendo el negocio y la necesidad de generar tráfico, pero con temas tan sensibles como la salud, se vuelve imperioso repensar el rol del periodismo. La información es un derecho”.
Para realizar la investigación, analizaron la cobertura mediática, estudiaron las piezas informativas que mayor involucramiento (cantidad de compartidos, comentarios y reacciones) lograron por parte de los públicos en Facebook, realizaron entrevistas en profundidad a informantes clave del universo periodístico y, por último, relevaron los intereses sociales sobre las vacunas a partir de la identificación de las búsquedas de los ciudadanos (a partir de Google Trends).
Cobertura dramatizada y títulos amarillistas
“Buscamos explorar cómo se articula la oferta y la demanda de la información. Estos tres medios produjeron una cobertura dramatizada sobre la vacuna, en la que predominan las cargas afectivas negativas explícitas. Esto responde a la línea editorial de Infobae, Clarín y La Nación, pero también con la necesidad de generar clics por parte de los lectores y las audiencias”, plantea Zunino. Desde aquí, uno de los principales ejes en los que se basó la puesta en marcha de una cobertura sesgada fue la titulación. El problema es que, a diferencia de otras temáticas, la salud pública constituye un área sensible sobre el que debería haber actuado algún límite. “Hallamos una forma de titular amarillista, predominaron los títulos grandilocuentes y negativos, que tendieron a generar escenarios de riesgos, temor y polémica. Los únicos tópicos positivos se relacionaron con las noticias vinculadas al desarrollo de la vacuna, es decir, cuando la tecnología era una promesa, o bien, cuando fomentaban ‘el turismo de vacunas’. Los medios encuadraban de manera positiva y hasta graciosa dichos eventos en que las personas viajaban para inmunizarse en otras naciones”, describe.
Por el contrario, con todo lo demás –las gestiones gubernamentales, el aprovisionamiento, los viajes de Carla Vizzotti y Cecilia Nicolini para negociar la llegada de insumos, los arribos de los lotes y la marcha de la campaña– el abordaje fue negativo. Afortunadamente, en términos generales, dichos encuadres no impactaron en la audiencia, pues la mayoría de la población argentina aceptó vacunarse y, de hecho, lo celebró con imágenes que se viralizaron en redes sociales. “Argentina es un país que tiene una enorme tradición sanitaria y de aceptación de las vacunas. Carla Vizzotti es una figura del campo y no existe un movimiento antivacunas fuerte, como sí tienen EEUU o Francia. La gente que entrevistamos para el trabajo nos compartió una sensación común: expresaron que no hubo una campaña de comunicación adecuada y segmentada de acuerdo a los diferentes públicos. Quizás sobre ello haya que trabajar a futuro”, dice Ferrante.
El equipo de investigadores, asimismo, halló una diferencia entre los títulos que colocaban estos medios –por lo general, descontextualizadores, personalizados y sesgados– en relación al contenido que los y las periodistas referían en el cuerpo de sus notas. “Nos encontramos con producciones que llevan la firma de sus protagonistas, periodistas especializados en dichos temas, que recurren a más fuentes que el resto de las producciones del medio, con inclusión de datos oficiales y con información rigurosa a partir de la cita de científicos”, comenta Zunino. Y completa: “El problema es que esto hay que leerlo en un contexto como el que tenemos: en pocos casos la gente va más allá del título”.
Polarización marcada
“Mientras las políticas sanitarias del gobierno nacional y de la Provincia de Buenos Aires relacionadas a la vacuna y a la vacunación tuvieron una cobertura muy negativa, las gestiones lideradas por el Ministerio de Salud de CABA tuvieron, por lo general, una carga más descriptiva e informativa”, puntualiza Zunino. De esta forma, mientras que Carla Vizotti, Daniel Gollan y Nicolás Kreplak siempre que fueron referidos por estos medios fue a partir del conflicto; con Fernán Quirós y otras autoridades sanitarias de CABA fueron más amables y, hasta en algunos pasajes, celebratorios.
Tal y como se incluye en el informe: “Mientras que las visiones de los funcionarios del Ejecutivo de la CABA, conducida por la principal alianza opositora, no fueron puestas en duda, del mismo modo que generalmente tampoco lo fueron las versiones de los principales dirigentes opositores; los principales funcionarios del PEN, del Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires, conducido por el mismo signo político que el gobierno nacional y los dirigentes políticos oficialistas fueron mayormente desacreditados”.
A nivel global, los investigadores destacan la presencia de una batería de notas que comparaban de manera permanente las gestiones del gobierno nacional con lo realizado por otras naciones (principalmente con Chile y Uruguay), con una clara tendencia a resaltar las fallas y a eludir las virtudes domésticas.
Lo que le interesa a la gente
Aunque Infobae, La Nación y Clarín colocaron el eje en ciertas temáticas para generar polémica, la mayoría de las personas fue en busca de aquella información que le resultaba útil para afrontar la pandemia, como puede ser la eficacia y los efectos adversos de las vacunas. “Siempre hay una brecha entre la jerarquización del medio y lo que consumen las audiencias. Mientras los medios ponían el foco en que Pfizer no llegaba o en el vacunatorio VIP, lo que más ranqueaba para el público eran las consultas por las vacunas que sí llegaban y qué efectos adversos podían tener otras que ya estaban disponibles. Las vacunas más buscadas en Google son Sputnik, AstraZeneca y Sinopharm”, subraya Zunino.
Al respecto, Ferrante reflexiona: “En momentos críticos, las personas van al encuentro de información que le sirve para resolver sus inquietudes cotidianas y no tanto lo que los medios quieren imponer. La gente no buscó tanto Pfizer, sencillamente, porque no era una vacuna disponible en el país. Hay una distancia entre la agenda que prefiguran los diarios y el interés de la población”. Esta situación representa una buena noticia en la medida en que alumbra la capacidad de agencia de los individuos: a contramano de lo que se pretende hacer creer, las personas poseen y hacen uso de sus márgenes de libertad en el consumo informativo que realizan. La hipótesis de Ferrante: cuando se trata de información sensible, la población afina la puntería y corre detrás de la data que realmente necesita.
Por: Pablo Esteban