Cómo se explica el avance de Milei para una generación que creció con el feminismo
Quiénes lo votaron y por qué
Un personaje cuya imagen se reducía a la televisión, como una figura polémica que aparecía invitada en los noticieros del prime time, pasó a liderar el auge de la derecha conservadora, con discursos que apelan al neoliberalismo y la eliminación del Estado, la quita de prestaciones sociales y frases cargadas de misoginia y racismo. Milei hizo una arrolladora elección en los barrios más vulnerables de la ciudad. En la comuna 8 -que nuclea los barrios Villa Soldati, Villa Riachuelo, y Villa Lugano- sacó un 14,88 por ciento; en la comuna 1 – que nuclea a los barrios Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución- se repitió casi el mismo porcentaje: 14 por ciento. ¿Cómo se explican estos números de alguien que se pasó toda la campaña hablando de eliminar los planes sociales y el Estado?
Emilia tiene 22 años. Es periodista y vive en el Barrio 31, en la comuna 1 de la ciudad. Varios de sus conocidos votaron a Milei: ex compañeros de colegio y conocidxs del barrio. Ella es parte del equipo periodístico de Mundo Villa, medio que informa las noticias de los barrios más humildes de la ciudad. «Creo que hay una sensación de hartazgo de los jóvenes, que para mí viene de no tener referencia en la militancia. Entonces, cuando viene alguien que llama la atención de esta manera, después de ver varias secuencias y lo podrido que está el sistema político en el que estamos viviendo, que semana tras semana tenemos un nuevo escándalo y no alcanza la plata y que los padres y madres están sin laburo y los pibes no consiguen trabajo, entonces es como una suma de todas estas situaciones. Viene Milei a prometer cosas nuevas, lo hace desde la espectacularización y el papel de los medios fue fundamental, porque lo hicieron crecer. Lo que antes parecía una pequeña molestia, hoy ya es alguien que le está haciendo frente a candidatos históricos».
¿Hay razones para votar a Milei?
Hace una semana, en el Parque Lezama, Keyla estaba aferrada a una bandera argentina al lado de su mamá. Hace 9 meses estaba en otra plaza, la Plaza Congreso, con sus amigas esperando que saliera el resultado de la votación por la legalización del aborto. Pero esa noche de septiembre, estaba escuchando sonriente el discurso del cierre de campaña de Javier Milei. En la Plaza, los gritos y cantos se repetían: «¡Tiemblen zurdos! ¡Zurdo cobarde la concha de tu madre!», y otras variantes más que, en loop, sonaron durante las tres horas que duró el acto.
En el escenario estaba Eduardo Prestofilippo -El Presto, el youtuber cordobés que estuvo preso el año pasado por amenazas de muerte a la vicepresidenta Cristina Fernández- agitando desde el escenario a una multitud enardecida. ¿Por qué hay militantes de Milei de la generación que copó las calles en las marchas por la legalización del aborto y la lucha contra el cambio climático y la megaminería? ¿Qué hay de atractivo en esa figura casi caricaturesca que promete romper el sistema y tirar “a patadas en el culo” a los políticos de los partidos tradicionales y al mismo tiempo denosta a las mujeres y al colectivo LGTBIQ?
«Creo que Milei es un cambio necesario para este país, venimos teniendo tantos políticos iguales que es hora de un cambio real. Mi generación se dio cuenta de eso y no quiere repetir los errores del pasado. Él va contra todos, no se pone una careta, él en su totalidad me gusta» dice Keyla a Las12. Bianca tiene 20 años y es estudiante de la carrera de administración de empresas en la UBA. Fue a un colegio católico del barrio de Boedo y varios de sus amigos votaron a Milei. De las cosas que más le molestan del gobierno, el aislamiento fue una de ellas. Para Bianca, Milei es un candidato interesante por sus propuestas “distintas” al resto, propuestas que, para ella, se alejan de la ideología que viene instalada hace décadas en Argentina.
«Sus propuestas, que se basan en el liberalismo, como la apertura económica, la disminución de impuestos y el cuidado de la propiedad privada me parecen importantes para cambiar el rumbo del que venimos. Además, otra cosa que destaco es que se metió en la política porque la gente se lo pidió, no por intereses propios. Es la verdadera oposición al kirchnerismo, que durante un año nos encerró sin poder salir a trabajar y destruyendo al país» dice Bianca, quien está a favor de la legalización y asistió a una marcha en 2018. «También estoy al tanto de que Milei está en contra, pero igual lo voto porque priorizo sus otras ideas que hoy en día me parecen de mayor alerta, como la pobreza. Además, ni creo que quisiera tocar el tema en la cámara, se le armaría un gran problema. Y por último, durante la cuarentena se liberaron cientos de presos, entre ellos violadores. Entonces, ¿dónde quedan los derechos de las mujeres que supuestamente este gobierno sí nos da?»
El discurso del odio
Dentro del discurso de Milei, cargado de lugares comunes que pegan directo en las entrañas de trabajadores que vieron su salario mermado por la inflación y la crisis que atraviesa el país, se suman además los discursos de odio. En su cierre de campaña, Milei y los invitados al cierre, como El Presto y el cantante Dannan, hicieron una catarata de comentarios xenófobos, machistas, racistas y homofóbicos. “Nuestros pibes libertarios en Río Negro le van a pegar a los mapuches la correspondiente patada en el culo y los van a mandar a la araucaria chilena”, “Los zurdos amigos del colectivo LGTB y no se cuántas letras más nos acusan a nosotros de tiranos, pero eran ellos los que no permitían vivir la libertad sexual”, fueron algunas de las frases que se escucharon.
“Creo que hay un discurso bastante peligroso que están tomando las derechas en donde confunden mucho a la gente joven: utilizan una retórica desde el hartazgo y hacen política, que es el modo que tienen para poder llegar a una generación. Genera confusión al hablar de la libertad sin mencionar las teorías que respaldan esos pensamientos. Sobre todo, trae la misoginia, la homofobia, el odio como estandarte, sin escucha activa, sin la posibilidad de cambio, llevado a una figura pública que habilita esos mensajes a niveles más cotidianos. Eso es peligroso: que se maneje a través del odio masivo y legitime los odios en otros sectores y los naturalice. Después hay que ver qué llega de su mensaje. Pero, estos discursos son los facilitadores para que después haya crímenes de odio”, indica Belén Torchiaro, politóloga.