Declaran a los bancos como servicio esencial, con otro DNU de Alberto Fernández
No es una novedad decir que el Coronavirus plantea un desafío enorme para los gobiernos, que deben tomar decisiones sin pérdida de tiempo y muchas veces sin los datos suficientes. Ni que la mayoría de las veces se trata de aplicar el clásico método de prueba y error. Este viernes ocurrió eso con el intento de resolver el problema de los jubilados que no tienen o no usan la tarjeta de débito para cobrar sus haberes. Y claramente fue un error.
Alberto Fernández se atragantó con la novedad de las largas colas aun antes de que abrieran los bancos y reclamó soluciones al Banco Central y la Anses. Enseguida se anunció que las sucursales abrirían también el sábado y domingo y por la tarde se conoció el organigrama de pagos de acuerdo a los números finales del DNI .
El paso se terminó dando en una reunión en la quinta de Olivos donde además del presidente Alberto Fernández participaron el titular del Banco Central, Miguel Pesce, el director de la Anses, Alejandro Vanoli, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. En la reunión también se terminaron de definir los detalles del operativo de pago que se relanzará este fin de semana.
Para llevarlo adelante se convocó a los intendentes a que participen disponiendo personal que colabore en organizar las colas manteniendo las distancias obligatorias entre los que se presenten a cobrar y, sobre todo, controlando que los colistas correspondan a los que este sábado pueden cobrar, de acuerdo al último número de su DNI. También que puedan asistir a los que tengan problemas o no hayan entendido cuándo y dónde les harán el pago.
La nueva resolución servirá para enmarcar el cronograma de pagos a jubilados que ya anunció el Banco Central . De acuerdo a cómo se desarrollen los hechos (la famosa prueba y error) puede ser que se vayan incorporando otros pagos importantes para los sectores de la población que todavía no tienen tarjeta de débito o no la saben o quieren usar. Entre ellos las beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo o por Embarazo, y los y las que recibirán el Ingreso Familiar de Emergencia. En este último caso ya habían sonado sirenas de alarma porque se anotaron más de once millones de personas.
En la Anses, ya descartaron que el número real de aportes trepe tan alto, porque observan que se anotaron varias personas de la misma familia, y también que hay solicitantes que comparten el grupo familiar con empleados en blanco o personas con ingresos que van más allá de los estipulados para recibirla. Pero igual todos saben que se tratará de varios millones de personas que terminarán cobrando.
En el Gobierno aclaran que no haber incluido a la actividad bancaria entre los servicios esenciales desde el inicio de la cuarentena «no fue un error», sino que había sido especialmente solicitado por los sanitaristas que evaluaban que en Europa, donde en la mayoría de los casos los bancos siguieron abiertos, eso se había transformado en un problema para mantener el aislamiento.
También aclaran que después de más de dos semanas de cuarentena, llegó el momento de hacerlo. Tanto por los problemas de una buena cantidad de gente para recibir sus haberes, más necesarios que nunca, como por las aglomeraciones que tanta abstinencia terminó provocando.
Fuente: Página12