«Carpetazo» por sobornos a juez estalla interna en Comodoro Py

La información circulaba por pasillos de tribunales desde hace una semana. Se hablaba de un “carpetazo” contra uno de los jueces federales más importantes del país. El origen había sido parte del contenido de la confesión de una de las arrepentidas en la causa “cuadernos”, Carolina Pochetti, viuda del exsecretario presidencial Daniel Muñoz. Su declaración se mantenía en reserva bajo un fuerte hermetismo por instrucción del fiscal Carlos Stornelli. Sin embargo, también trascendió que parte de esa información iba a ser filtrada a algunos medios de comunicación inaugurando un capítulo impensado dentro del expediente judicial, que haría detonar parte de una interna subterránea de Comodoro Py. El juez federal Luis Rodríguez, uno de los archienemigos declarados de Stornelli en el edificio de Retiro, fue el destinatario de una acusación por haber cobrado supuestos sobornos para diluir la investigación por el enriquecimiento patrimonial del matrimonio Muñoz-Pochetti.

De acuerdo con la declaración (que todavía no vio la luz), Pochetti afirmó que se habría pagado una suma millonaria en dólares para frenar la investigación por el desvío de alrededor de u$s70 millones que pertenecían a Muñoz y que habían sido invertidos en propiedades en Estados Unidos. En su carácter de arrepentida, Pochetti habría agregado que esa transacción que tenía como destinatario al juez a cargo del expediente se hizo a través del ahora detenido abogado Miguel Ángel Plo, quien prometió que no habría riesgo de avances en el caso. En septiembre pasado, Rodríguez le había otorgado la eximición de prisión a Pochetti pese al reclamo de Stornelli (fiscal en esa causa y en cuadernos), algo que fue revertido por la Cámara y habilitó a Claudio Bonadio a intervenir y absorber ese expediente también bajo la égida de cuadernos. No era el primer enfrentamiento entre ambos.

La difusión de un hecho de presunta corrupción judicial tendrá derivaciones impredecibles. ¿Es sinónimo de la irrupción de sectores de inteligencia vernáculos que deciden entrar a jugar de manera abierta en el expediente con mayores implicancias políticas y empresariales que tramita la Justicia? En el edificio de la calle 25 de Mayo aseguran que el goteo de escándalos podría no detenerse con las explosivas declaraciones de Pochetti, sino que existiría más material. Incluso ligado a funcionarios judiciales que habrían sido detectados en tropelías pecuniarias, aun durante su último período de descanso estival. ¿Adelantar una jugada podría desactivar otra? La relación de Stornelli con Bonadio tampoco atraviesa un buen momento, lo que incluye retaceo mutuo de información y tironeo por los “arrepentimientos”.

Que Rodríguez y Stornelli no se llevan bien no es noticia. Pero sí lo es el hecho de que dos escuderías “distintas” empiecen a dirimir una pelea a cielo abierto. Integrante de la denominada “línea Boca” de Comodoro Py, Stornelli (con vuelo propio) es asimilado a las filas del presidente del club xeneize, Daniel “Tano” Angelici. Rodríguez -elegido por Cristina de Kirchner cuando gozaba de buena salud su relación con el auditor general de la Nación, Javier Fernández- mantiene con quien fue sindicado como operador judicial del kirchnerismo una relación explícita de familiaridad. Son amigos, además de compadres. Las acciones de Fernández perdieron cotización con la salida del histórico espía Antonio Horacio Stiuso, en guerra con los K.

Rodríguez debió sobrellevar una mácula sobre el concurso que lo depositó en ese sitial. Entre otras impugnaciones que recibió, se lo señaló por no haber escalado en el orden de responsabilidades sobre el último escándalo de corrupción resonante que replicó en Comodoro Py: los sobornos que iban destinados al pago de un juez de Casación para mejorar la situación de los detenidos por el asesinato de Mariano Ferreyra, ligados a la Unión Ferroviaria. Rodríguez acaba de ser sorteado para intervenir en la causa de aportantes “truchos” de Cambiemos, con la instrucción de investigar balances con gastos falseados.

El Juzgado Federal N° 9 tiene una suerte de maldición: ocupado por Juan José Galeano, destituido por el caso AMIA, pasó a ser subrogado por Octavio Aráoz de Lamadrid que terminó involucrado (como abogado) en el caso de sobornos de Casación. Ese juzgado fue ocupado por Rodríguez. El rencor con Stornelli registra un hito: Rodríguez lo apartó de la causa Río Turbio a pedido del ex N° 2 de Planificación Roberto Baratta por temor de pérdida de objetividad, a raíz de que el fiscal había pedido la detención del exfuncionario por la firma de resoluciones que no tenían su rúbrica. Hasta que la Cámara Federal lo repuso, Stornelli quedó en falsa escuadra: fue el período en el que supuestamente tomó sigiloso contacto con los cuadernos escritos por el exchofer Oscar Centeno, pese a que no podría instruir una causa que involucrase a Baratta.

Los “lilitos” salieron a golpearse el pecho por haber interpuesto pedidos de juicio político en el Consejo de la Magistratura contra Rodríguez. Detalle político no menor: para que prospere cualquier jury, el Gobierno tendrá que activar la llave que había prometido a uno de los consejeros más relevantes del PJ. Está en juego el cargo de Defensor del Pueblo, vacante y ambicionado como moneda de cambio.

El estallido de un nuevo escándalo que apunta a coimas vinculadas a una causa judicial puede ser la punta del iceberg de una interna feroz con epicentro en Comodoro Py.

Fuente: ámbito.com

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