Basualdo: “La velocidad de endeudamiento de Macri no tiene antecedentes”

Eduardo Basualdo es el Investigador Principal y Coordinador del Área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Desde esa casa de estudios coordinó la investigación Endeudar y Fugar que terminó en un libro en el que pone la lupa en la fuga de capitales y la toma de deuda en la Argentina. La línea histórica del trabajo comienza proceso económico que encabezó Alfredo Martínez de Hoz durante la última dictadura militar y finaliza en el actual Gobierno de Mauricio Macri. Así explica cómo se da ese proceso y algunas similitudes entre ambas etapas.

– ¿Cómo empieza esta historia de Endeudar y Fugar?

– Hace dos años decidimos hacer un trabajo sobre deuda externa y fuga, para llenar un vacío que es el siguiente: no hay trabajos que vayan de Martínez de Hoz a Macri como dice el subtítulo del libro. Parecía más oportuno aun cuando ganó (Mauricio) Macri porque era de alguna manera retornar a ciertas políticas y esquemas de valorización financiera. No creemos que sea una repetición, pero sí una variable dentro de la valorización financiera las políticas que están en marcha. Esa fue un poco la idea y nos tocó esta coyuntura.

– ¿Es una coyuntura favorable para el libro?

– Para el libro sí, para el país no. Todo no se puede.

– ¿En el recorrido encontraron similitudes en lo que es la fuga de capitales en la era de la política económica de Martínez de Hoz con el gobierno actual? ¿Hay un patrón similar o es diferente?

– Hay una matriz de origen, de comportamiento igual con políticas distintas porque las circunstancias son distintas. Una primera diferencia es la velocidad del endeudamiento externo de Macri no tiene un antecedente histórico por lo menos de 1976 a la fecha. El año de mayor endeudamiento fue el año de la Guerra de Malvinas en 1982 y fueron 21.500 millones de dólares de 2016. Y el primer año de Macri, 2012, supera los 43 mil millones. Es decir más del doble. Eso es una primera cuestión que tiene mucha repercusión, no solo por el monto de la deuda sino que es una deuda con una tasa de interés muy alta. No solo tiene importancia en el mediano plazo, porque tenés ciertos límites al endeudamiento externo por parte de los acreedores, sino que en el corto plazo también porque está implicando en la actualidad una participación creciente en términos de gastos estatal. Hay una segunda diferencia que es el blanqueo de capitales donde por supuesto es una reivindicación de un carácter tan clasista que involucra, como lo mostró Horacio Verbtisky hace pocas semanas, a parientes del actual Gobierno, además de todos los que fugaron anteriormente.

– ¿Existe una herramienta política para fomentar esto? 

– Efectivamente, tuvo la posibilidad de aprobarlos en el Congreso porque hay dos fuerzas políticas que actúan en forma complementaria que es el Frente Renovador y la alianza Cambiemos. Si uno trata de vincular la política con la estructura económica, se puede afirmar que el Frente Renovador expresa los grupos económico locales que fueron hegemónicos desde el 1976 al 2001, es decir durante la etapa de la valorización financiera en los términos del libro. Mientras que la alianza Cambiemos expresa el capital financiero internacional. Esta es otra de las diferencias respecto a la etapa original. Es importante tener en cuenta porque es una situación muy rara, muy excepcional: que el bloque de poder tenga dos expresiones políticas y esto ocurre por la imposibilidad de suturar la ruptura del 2001 dentro del bloque de poder actual. Tienen un acuerdo básico que es replantear la subordinación del trabajo al capital en términos del funcionamiento de la estructura económica y del proceso económico. Pero además es marginar a la fuerza que en la actualidad expresa a los sectores que es Unidad Ciudadana. Lo que uno ve en esta etapa es que este es el punto que están privilegiando en la pugna electoral. De hecho, Cambiemos si crece va a crecer en base a los votos del Frente Renovador que van a migrar de  un lado al otro.

– En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, los últimos dos Presupuestos tuvieron un pedido de deuda muy alto a diferencia de las anteriores gestiones, lo que plantea el Gobierno es que ese endeudamiento que le piden a la Legislatura es para la cuestión de infraestructura, y poder ejecutar obras. ¿Esa lectura es válida para usted?

– Hay una paradoja en eso, porque por lo menos con las cifras que uno conoce, la obra pública, la inversión en infraestructura aumentó significativamente respecto al 2016 pero todavía está más del 20% por debajo del 2015. Entonces esta es una paradoja que no puede explicar, en todo caso, el proceso de estabilización de la crisis del 2016 que estamos transitando y que el Gobierno utiliza como contexto, sobreactuándolo por supuesto, en el inicio del famoso segundo semestre. Es un poco precario el segundo semestre: en realidad la estabilización de la crisis del 2016  se está produciendo no como una política del Gobierno sino por la fuerza de la movilización social en la Argentina y la pugna que llevaron adelante las estructuras sindicales en la negociación salarial. La provincia de Buenos Aires es emblemática en ese sentido porque fue protagonista de lo que yo creo que fue la pugna más importante que llevaron adelante los docentes. Este es el tema. Es paradojal, porque casualmente el motor de esta estabilización de la crisis es la propia lucha de los trabajadores y no se ve como tal, se esconde. Es como si esto fuese producto de la política del Gobierno y no es así.

– ¿Hay un escenario similar en cuanto a las políticas económicas del Gobierno que lleven al país a la crisis financiera del 2001?

– No lo sé, lo que sí se desprende del libro es que aun cuando el endeudamiento externo duplica el máximo endeudamiento entre el 1976 y el 2015 hay un problema del sector externo grave porque no solo están los endeudamientos, los intereses, sino también la fuga de capitales que han permanecido desde el 1976 a la actualidad. Además de los gastos en turismos para nada despreciables en la demanda de divisas, el giro de la subsidiaria a las casas matrices, debido a la remisión de utilidades, etc. Hay un problema muy complejo que es producto de la política del Gobierno actual que agudizó los problemas que ya venían y también es paradojal porque uno dice ‘bueno un endeudamiento vendría a solucionar los problemas del sector externo’ y me parece que así no. A eso además hay que agregarle el déficit comercial que en el propio Presupuesto está calculado que va a ser entre los 5 mil y 6 mil millones el déficit comercial.

-En la entrevista de Gelblung a Cristina Fernández de Kirchner la candidata por Unidad Ciudadana contó que estaba leyendo su libro. 

-No pude no verla la entrevista. Me pareció una gentileza de su parte.

Fuente: Letra P

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *