Sturzenegger, preocupado: un impuesto dispararía el precio de los alimentos

El presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, parece ser uno de los que más en detalle sigue las alternativas del proceso inflacionario. Señaló, en el marco de un congreso económico, que los próximos tres meses serán complejos en materia de suba de precios. El economista, quien mejor refleja la política económica que pretende el presidente Mauricio Macri, sabe que los precios no están domesticados y que, más allá del impacto de las nuevas tarifas de servicios públicos, hay un inconveniente serio en algo más elemental: los valores de los alimentos que integran la canasta básica. Tanto es así, que hace unos días, en un encuentro atípico, recibió en la sede del BCRA a los popes del supermercadismo nucleado en la Asociación de Supermercados Argentinos (ASU).

El motivo es curioso. A raíz de una serie de políticas que implementó el Gobierno (la quita al beneficio para compras con débito y el fomento de usocash de Precios Transparentes), el dinero en efectivo se multiplicó en la calle. Los comercios reciben más billetes y derivan eso a los bancos con los que operan, que finalmente desembocan esa moneda en el Central. Esta gestión del dinero se complica por las cantidades y porque el BCRA está demorado en la aceptación. Ante esta situación, encabezados por un banco privado de capitales españoles, las entidades pidieron cobrar un 1% de impuesto al efectivo.

Esta situación generó un nuevo problema dentro de los grandes comercios, que, golpeados por la caída en las ventas, plantearon que, si esa tasa prosperase, no les quedaría otra que trasladarla a precios en las góndolas. El 1% del total de la facturación de cada comercio es una cifra millonaria imposible de absorber.

De hecho, Sturzenegger les preguntó a los empresarios cómo veían el escenario actual. Y obtuvo respuestas negativas, con las ventas derrumbadas. Una de las opciones que se barajan para compensar, pedida por los súper, es la eliminación del Impuesto al Cheque. “Si eso se lograra, la cosa quedaría empatada”, contó una fuente de la negociación. El problema es que ese tema debería pasar por el Congreso para concretarse. Además, los supermercados le dijeron a Sturzenegger que las cosas deberían pasar en forma simultánea. Si se implementa el 1%, debe ser en el mismo momento en el que deje de cobrarse la tasa a Débitos y Créditos.

Analítico, el funcionario escuchó las quejas por Precios Transparentes: “No fue sabio hacerlo en recesión. Faltó timing”, definieron. Estas contradicciones también se reflejan en una especie de replanteo que está haciendo el Gobierno de estas medidas que terminaron desbancarizando las operaciones más comunes y poniendo más negra una economía que ya está informal en un 40%. Esta semana, el titular de la AFIP, Alberto Abad, comunicó que multará a comercios que tengan posnet para ofrecer pagos con crédito y débito. Si bien existe una ley que obliga a tener el dispositivo, cada vez menos locales lo ofrecían. Y la cosa empeoró con la medida de fomentar el pago cash con Precios Transparentes. El recaudador sabe que hay decisiones que informalizan y juegan en contra de la propia recaudación impositiva. Por ahora, las idas y vueltas continúan y habrá que ver cómo este impuesto bancario opera en un posible rebrote inflacionario.

Fuente: Letra P

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