Obesidad infantil, una epidemia que avanza

No hay duda de que las tendencias actuales en una sociedad que fomenta los extremos y que pasa de dietas restrictivas, de eliminar, ocultar y demonizar, al punto opuesto de propiciar (sobre todo en los más chicos) la falta de hábitos saludables y la incorporación de la llamada “comida chatarra” como recompensa, está dejando como consecuencia una niñez cada vez más afectada por el sobrepeso.

Los médicos se enfrentan día a día a la realidad que sufren nuestros niños, ellos no han quedado exentos de las proporciones epidémicas que está alcanzando la obesidad en nuestra población.

En los últimos años se ha producido un cambio en el balance energético de los que tendrán nuestro futuro en sus manos. La nefasta combinación de disminución de actividad física, aumento de sedentarismo y consumo excesivo de calorías innecesarias nos demuestra un incremento de niños con riesgo de obesidad, de niños obesos y niños que sufren las consecuencias del sobrepeso.

Este aumento de la obesidad se presenta a todos los niveles y afecta, de manera alarmante, a los más jóvenes. De los niños de 2 a 5 años de edad, el 26,2 % tiene valores de índice de masa corporal (IMC) mayores que el 85 %, mientras que el 13,9 % ya son obesos con IMC mayores que el 95 %.

¿Genética o cultura?

No hay duda de que los factores genéticos son muy importantes, sin embargo la realidad y el alarmante aumento de las estadísticas en una sociedad que promueve hábitos poco saludables marcan una fuerte influencia de los factores ambientales, sociales y culturales que están haciendo estragos en nuestros chicos.

Es parte de las obligaciones de los médicos llamar a la toma de conciencia de la sociedad toda, informar y comenzar a actuar para protegerlos. Se debe generar conciencia en los padres promoviendo mayor confianza en sus hijos, mejorando su estilo de vida en cuanto a la alimentación y alentando a los niños a volver al juego físico, a disfrutar de las actividades al aire libre y ayudarlos, así, a desarrollar habilidades motoras e incorporar hábitos saludables que los acompañarán a lo largo de toda su vida. El tiempo al aire libre es una buena manera de alentar el juego, disminuyendo todo lo posible las horas de pantalla que los mantienen totalmente abstraídos del mundo.

Se acerca el día del niño, aprovechemos esta fecha para pensar más allá de lo acostumbrado o impuesto, en alternativas saludables, en promover el bienestar de los más chicos, en recurrir a los médicos especialistas ante cualquier consulta y en regalar, por ejemplo, juegos que sirvan para estimular el ejercicio físico, la actividad motora e incluso la interacción social.

Fuente. Dra. Virginia Busnelli (MN 110351), Médica especialista en Nutrición. Directora Médica de CRENYF

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