A la “nueva” Laura Alonso no le interesa tanto la ética pública

La exdiputada Laura Alonso cumplió su sueño de llegar a la Oficina Anticorrupción, un cargo hecho a su medida, después de años de militar por la transparencia y la ética pública desde la ONG Poder Ciudadano. Claro que, para llegar, no caminó sobre un lecho de rosas.

Primero, no tuvo empacho en dejar que el presidente Mauricio Macri modificara por la vía del decreto la ley para facilitar su desembarco. Es que, para luchar contra la corrupción era necesario un título de abogado, que Alonso no tenía, ya que es Licenciada en Ciencias Políticas.

La exdiputada del PRO celebró en grande haber salvado ese obstáculo. Dicho en criollo: se la creyó. Ni bien tomó las riendas de la oficina, se puso a trabajar en la nueva web oficial, que aparece ahora plagada de muestras del “culto a la imagen”, en este caso la propia.

La portada del sitio de la nueva administración, www.anticorrupción.gov.ar,  incluye un enorme encomillado con una frase de Laura Alonso -«La lucha contra la corrupción es tan esencial como la que se da contra la pobreza y el narcotráfico”-, su foto sonriente y un mensaje de claro contenido partidario: “Estamos cambiando”.

El perfil de la nueva Laura Alonso, que ganó exposición pública con sus iniciativas contra la corrupción y a favor de la ética pública, contrasta con el de la vieja Alonso, que solía cuestionar, por ejemplo, el uso de la imagen de la expresidenta Cristina Kirchner en los carteles de obra pública.

“Hay una confusión, las obras públicas no son de la Presidenta, se realizan con recursos del presupuesto de los argentinos”, decía por entonces Alonso, la otra, la vieja, que podría haber dicho, tal vez, sobre su alter ego oficialista, «la oficina anticorrupción no es de Laura Alonso, funciona con recursos del presupuesto de los argentinos». EGM.

Fuente: Infocielo

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