Más apoyo a los cartoneros

A través de un comunicado, La Comisión de Apoyo a los Juicios de Bahía Blanca, apoya el reclamo de los cartoneros de seguir utilizando los caballos para realizar su tarea diaria.

El comunicado

El reclamo por el fin de la tracción a sangre se inició hace algunos años con la iniciativa de un grupo de vecinos que se viene manifestando en contra del trabajo animal. Si bien es comprensible la preocupación por los derechos de los animales y podríamos pensar que es legítimo plantear en términos ideales que no deberían trabajar, entendemos que no se puede hablar de esto desvinculándolo de las condiciones de vida de quienes van arriba de los carros, que está muy alejada de ser la ideal.

Para combatir la invisibilización que sufren estos trabajadores, invitamos a la comunidad a mirarlos con el grado de detalle que miran a los caballos, y si es posible dialogar con ellos. Verán que trabajan igual que cualquiera pero viven al día, por eso se los ve a la intemperie, realizando sus recorridos independientemente del frío o calor que haga, haciendo un trabajo subvalorado, el de juntar papel y cartón, que deben complementar recolectando botellas, pallets, cajones, ejercitando la creatividad para ver cómo garantizan la comida del día para sus familias. Porque lo que los cartoneros hicieron en el peor momento de la crisis, cuando nadie les daba una respuesta a sus necesidades, fue tomar el asunto en sus manos y transformar en trabajo la basura de los demás. Pusieron su dignidad al servicio de una tarea sumamente necesaria en términos de sustentabilidad y absolutamente mal paga en relación al precio que adquieren luego los productos en el mercado.

La empatía con los animales no parece tener equivalente con las personas, del mismo modo que no es equivalente la empatía con los caballos de los cartoneros que con los de otras actividades que también utilizan tracción a sangre. Por ejemplo la policía caballeriza, que aparece siempre en las represiones, sin dudas situaciones mucho más riesgosas para cualquiera. La base del problema es la concepción criminalizadora de la pobreza: si delinque, si trabaja, si es desocupado, si recibe asignación del Estado; siempre son sospechosos o culpables de algo. En este caso la estigmatización lleva a suponer que todos los cartoneros maltratan a sus animales, los subalimentan y dejan que se enfermen porque no les importan. La realidad es que para la mayoría de ellos son tanto herramientas como compañeros de trabajo. Para muchos es su propiedad más valiosa, comprada luego de varios años de esfuerzo, porque el precio del cartón -1,50$ el kilo- no deja mucho margen para el ahorro. Pero son también compañeros, que alimentan y cuidan lo mejor que les permiten sus posibilidades, lo mismo que hacen con ellos mismos y con sus hijos.

Pero nadie se ocupa de preguntarles porqué el caballo está flaco o enfermo, menos aun cómo están ellos. La solución es más simple: poner fin a la tracción a la sangre, que es lo mismo que quitarle el sustento a unas 200 familias.

Las posibles respuestas al problema de los cartoneros van desde la tracción a sangre humana en bicicleta o caminando, que privilegia los derechos animales sobre los humanos; hasta el reemplazo por motos, que conlleva el costo de compra de las motos y la nafta que los cartoneros no podrán sustentar y hay muestras suficientes para pensar que tampoco lo hará el municipio. Por otra parte estas propuestas no son funcionales al trabajo que realizan los cartoneros ya que debería llevar carros más chicos que no les permitirían recolectar más que papel. El accionar del gobierno municipal fue ignorar su voz en el conflicto, tomando decisiones unilaterales en lugar de convocarlos a pensar conjuntamente soluciones que tuvieran en cuenta las particularidades del trabajo que solo conocen quienes lo realizan.

Ante esta situación, cartoneros de distintos barrios organizados en asamblea decidieron realizar la marcha y posterior corte de calle que se sostuvo toda la jornada del viernes pasado. En esta oportunidad fueron recibidos por funcionarios municipales que les propusieron extender por el plazo de un mes el uso de los caballos pero solo entre las ocho de la noche y las seis de la mañana, sin ninguna propuesta acerca de lo que pasará cuando termine ese mes.

Queda demostrado que la preocupación del municipio no es el maltrato animal, que no se modifica alterando el horario, sino esconder la pobreza que “afea” las calles bahienses, aun a costa de agravar el problema mismo de la pobreza.

Quienes venimos trabajando en la defensa de los derechos humanos no podemos esquivar este debate: los derechos humanos se siguen vulnerando cuando hay sectores de la población que no acceden a cubrir sus necesidades básicas, para los cuales el Estado solo se hace presente en su fase represiva, empujándolos cada vez más al margen.

Es parte de nuestra tarea denunciar esta política que apunta a generar más exclusión impidiéndole trabajar a quienes subsisten en el día a día realizando una tarea durísima. Hay que decirlo de nuevo: proponer el fin de la tracción a sangre sin presentar una alternativa que se consensue con los cartoneros equivale a quitarle el medio de vida doscientas familias, con niños a los que nadie dará respuesta cuando les falte el plato de comida.

Acompañamos a estas familias que, con la misma dignidad con la que hace años realizan su trabajo en las condiciones más precarias, hoy sostienen una lucha en defensa de eso que supieron construir. Porque los cartoneros no le pidieron ni le piden hoy nada a nadie, ni subsidios ni respuestas clientelistas, sólo defienden su derecho a  seguir trabajando como siempre lo hicieron hasta tanto se elabore una solución real al problema que los contenga.

Comisión de Apoyo a los Juicios de Bahía Blanca.

Un comentario

  1. Los cartoneros existen desde la crisis del 2001 en adelante, estamos en 2014 que justo se acuerden ahora que los recolectores informales tienen derechos. Es decir que en toda la década ganada siguieron igual que cuando estabamos en crisis. No tienen derechos laborales sino un trabajo precario. Eso defienden? Pero que paradoja defienden el derecho a «trabajar » en negro sin aportes ni jubilación. Que justo se acordaron de los derechos de los cartoneros ahora que hay una puja de poder en el Municipio entre Kirchneristas y Massistas. Será que se resume sólo a eso ?

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