n las últimas semanas Patricia Bullrich y sus armadores bonaerenses comenzaron a llamar dirigentes del PRO. Desde diputados nacionales, bonaerenses, intendentes y hasta concejales de todos los distritos de la Provincia con un objetivo: que abandonen el partido amarillo para sumarse a la fusión de La Libertad Avanza con la pequeña facción de PRO Libertad que vienen encarnando. Es más: llamaron a varios de los que tienen que renovar sus bancas el año que viene con el pretexto de que si seguían cerca del macrismo no renovarían.
Aunque no tuvieron éxito, al menos por ahora, fue una muestra más de la guerra desatada entre Mauricio Macri y la ministra de Seguridad, que se pudo ver en carne viva el jueves a la noche en la discusión por un proyecto para modificar el Código Urbanístico de la Ciudad.
Todo este vendaval político se da en un marco más grande aún: el expresidente esta semana decidió que no habrá un apoyo al Presupuesto 2025 de Javier Milei si no comienzan a resolverse los conflictos latentes con los gobernadores del PRO, pidió avanzar en diferenciarse en varias temáticas y también solicitó avanzar con actividades amarillas en todo el país, y en la Provincia, sin vestigios de La Libertad Avanza.
Por ello, los técnicos del PRO comenzaron a estudiar en detalle el Presupuesto en la búsqueda de marcar diferencias y definir prioridades “amarillas”. Para eso Hernán Lacunza y Nicolás Dujovne estuvieron esta semana con la bancada que conduce Cristian Ritondo.
Pero, además, ya hay varias ideas sobre la mesa para otros niveles de diferenciación, por caso en materia internacional con el posicionamiento del presidente y la canciller Diana Mondino en la ONU.
A esto se suma la mentada coordinación parlamentaria, el tema número uno que le llevó Macri a Milei en sus múltiples encuentros. Tras inaugurar una mesa los lunes con bloques aliados en Balcarce 50, esa instancia no parece avanzar. “Coordinar no es que nos comuniquen qué votar, es hablar de los temas y acordar también”, sintetiza uno de los diputados del PRO.
En ese contexto se vio nítidamente esta semana: el proyecto de democratización sindical no se planteó en la reunión de coordinación, solo se esbozó al final en los oídos del diputado rionegrino Sergio Capozzi y esa misma tarde los “gordos” de la CGT se reunieron con los funcionarios nacionales mientras en Diputados el bloque libertario se negaba a firmar el dictamen.
“No hay coordinación suficiente, y no hay avances con gobernadores e intendentes”, sentenció Macri el miércoles delante de la mesa ejecutiva del PRO.
Paralelamente en esta semana se avanzó con encuentros y actividades del PRO puro, sin violeta. En la Provincia, por caso, se pudo ver a Ritondo, a Diego Santilli, y a los intendentes Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) y Marcelo Matzkin (Zárate), entre otros, en Pergamino. Habrá más de ellos en territorio bonaerense y en el interior.
Incluso Macri analiza viajar a Córdoba con la Fundación Pensar, en una actividad que diseña María Eugenia Vidal, quien estuvo allí hace diez días.
Ayer mismo, acaso como una muestra de apoyo explícito a Jorge Macri, el expresidente estuvo en el Parque Thays, en Palermo, en la “Feria Sabor a Buenos Aires” con el jefe de Gobierno porteño. Allí se celebra un festival de gastronomía a bajo precio y fue la ocasión elegida para mostrarlos, una vez más, juntos. Estaba también, aunque no se lo vio en las fotos, Daniel “el Tano” Angelici.
El capítulo porteño lo tuvo ocupado estos días. El jueves por la mañana recibió un mensaje en su celular. Era Graciela Ocaña, la legisladora porteña de Confianza Pública. “Mauricio quieren meter un artículo en el Código Urbanístico para beneficiar a Santa María”, le dijo. El expresidente le prometió que eso no iba a pasar. Y llamó al jefe del bloque del PRO porteño, Darío “Daro” Nieto, quien además fue su secretario privado durante más de ocho años. “¿Cómo es este tema?”, le consultó. Con paciencia, Nieto le explicó que se trataba de un borrador. Luego vino un duro cruce de tuits entre la ministra y el expresidente donde se acusaron mutuamente de mentir sobre el artículo, que no formó parte del dictamen de comisión que se iba a tratar en el recinto. El expresidente bancó fuerte a su primo.
Macri detesta a Santa María. A tal punto que en el Congreso uno de sus diputados, Alejandro Bongiovanni, quiere avanzar con un proyecto para modificar la ley 12.981 y quitarle “privilegios al Suterh”, según contó el diputado en sus redes sociales.
Por. Ezequiel Spillman