En igual sentido, la sumatoria de asignaciones sociales y prestaciones de la Seguridad Social otorgada mediante ANSES hacen que en algunos escenarios una persona desempleada que tiene a su familia a cargo perciba más que un docente que se encuentra frente al aula.La situación no se trata de comparar en desmedro de nadie sino exponer a las claras que una de las grandes crisis que tiene la educación pasa por el problema salarial del personal educativo. Sin buenos sueldos es complejo que haya una mejora en la educación. Un docente tiene que recoger más de un turno de clase, sobrecargarse horas y desatender la calidad educativa para poder vivir en un país en el que la línea de la pobreza es superior a su remuneración.Y como si esto fuera poco, las condiciones laborales tampoco son las ideales: son cientos de ejemplos los que exponen el deterioro en infraestructura y servicios de los diversos gobiernos para con las escuelas. Docentes pobres, escuelas rotas, chicos sin clases terminan conformando un combo que deriva en una catástrofe educativa de la que debemos salir de manera urgente.La reapertura de las paritarias, las mesas salariales y toda la medida que tienda a mejorar esta situación será positiva en la medida que el objetivo sea claro: revertir la magra situación de la comunidad educativa contemplando la necesidad de mejorar los sueldos y lograr evitar ser los más pobres de los trabajadores de la Argentina es el primer paso para volver a aspirar una educación de calidad.
Por Facundo Lancioni Kaprow
Secretario General del Sindicato de Educadores de Argentina (SEDUCA).