Cuatro ministros, cuatro ejecutivos empresarios y cuatro dirigentes sindicales. Así se conformó la mesa en la que el gobierno nacional le dio continuidad a su estrategia de difundir la postura que tomó frente a la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Básicamente, volvió a explicar la postura de rechazar un programa de inmediata eliminación del déficit fiscal (reclamado por el Fondo) y la defensa de su propia propuesta de «sendero fiscal» con una reducción «paulatina del déficit a lo largo de los próximos cinco años, pero en base a un aumento en la recaudación por crecimiento económico, y no a través de un recorte del gasto público.
La idea que transmite el gobierno, para la que reclama respaldo, es la de «defender el proceso de recuperación económica» que ya se está transitando y que, en la perspectiva de un programa de ajuste del gasto como el que propone el Fondo, se vería interrumpido. El mensaje fue recibido con satisfacción y manifestaciones de adhesión de parte de empresarios y sindicalistas. Pero no se dejó de mencionar en la mesa del encuentro la preocupación por la actitud que podría asumir la oposición de Juntos por el Cambio.
Martín Guzmán ofició de anfitrión en el almuerzo que tuvo lugar este jueves en la terraza del Palacio de Hacienda. Lo acompañaron otros tres integrantes del Gabinete: Carla Vizzotti (Salud), Julián Domínguez (Agricultura, Ganadería y Pesca) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social). Los invitados, por el sector empresario, fueron Antonio Aracre (Syngenta); Laura Barnator (Unilever); Daniel Herrero (Toyota) y Verónica Marcelo (Natura). El ala sindical de la mesa estaba conformada por Héctor Daer (secretario general de la CGT), Antonio Caló (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN) y Jorge Sola (sindicato del Seguro).
El décimo tercer participante del almuerzo fue el subsecretario de relaciones Institucionales del Ministerio de Economía, Rodrigo Ruete.
El carácter reducido del encuentro y las carteras a las que corresponden los ministros participantes daba cuenta del contenido de la agenda. El eventual acuerdo con el FMI se presentó encuadrado en la perspectiva de la recuperación económica y social dentro del esquema programático que tiene definido el gobierno. Importa la salud como marco condicionante, por una pandemia que, en vez de quedar atrás, ingresa aceleradamente en una nueva etapa. Y preocupa sobremanera una situación social de pobreza extendida. Vizzotti y Zabaleta expusieron sus respectivas visiones en cada uno de esos temas.
Por otro lado, Guzmán, en términos similares a los expuestos el día anterior ante los representantes de 23 gobiernos provinciales, se refirió al sendero de crecimiento y el rol que el Estado deberá cumplir para ingresar en un proceso de desarrollo económico sostenido. En tal sentido, defendió la necesidad de que el Estado cuente con las herramientas y recursos para llevar a cabo las políticas públicas necesarias, que no pueden estar condicionadas por el eventual acuerdo con el FMI. Y volvió a señalar el papel dinámico que deberán tener las exportaciones para soltar las ataduras de las restricciones cambiarias. Domínguez brindó precisiones sobre las perspectivas de crecimiento y diversificación de las exportaciones en los próximos años.
Hubo un activo intercambio entre autoridades del gobierno, dirigentes empresarios y sindicales en torno a estos desafíos, las políticas de salud que permitan mantener el funcionamiento de la actividad económica, las posibilidades concretas de transformar planes sociales en políticas de inclusión y generación de trabajo, y los impulsos para consolidar la recuperación de la demanda.
Respecto de este último punto, se planteó la necesidad de encontrar políticas más exitosas para contener la inflación y, en particular desde la vereda sindical, el reclamo de garantías de que la evolución salarial esté por delante de la de los precios.
Desde las filas oficiales no ocultaron su satisfacción con los resultados del encuentro. «Hubo coincidencias importantes en la necesidad de actuar unidos como Estado nación en las negociaciones con el Fondo», indicaron desde el Palacio de Hacienda.
Daer, por su parte, hizo público el respaldo de la CGT al gobierno en las negociaciones. “Nosotros somos conscientes de las dificultades y acompañamos la posición de que no puede haber un plan que genere recesión y mayor pobreza en la Argentina”, señaló tras el encuentro.
Si bien la caracterización general de los invitados es que se trata de dirigentes habitualmente de buen diálogo con el gobierno, ello no le quita peso a su representatividad. El gobierno busca afianzar ese vínculo a partir del consenso con sus políticas, en un momento en el que la defensa de las mismas frente a las demandas del FMI resulta clave. Y su sensación es que lo está logrando