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Precios: definen medidas para la carne y continúa la disputa por las retenciones

El Gobierno conformó una mesa chica para seguir los precios, ante la premisa de que fue la pérdida del poder adquisitivo uno de los padres de la derrota electoral. Está conformada por los ministros Martín Guzmán, Matías Kulfas y Julián Domínguez, y el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, quienes coinciden en que en el 2022 continuará en alza de los precios internacionales de los commodities, lo que tendrá un fuerte impacto en el bolsillo. Pero, las diferencias pasan por qué medidas tomar.
Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, y Domínguez, de Agricultura, optarán por avanzar en una ampliación de la oferta de cortes populares de la carne. Para Feletti, no hay desacople posible sin subir retenciones y ampliar cupos de exportación. Con el aval de la vicepresidente Cristina Kirchner, le presentó un plan a Guzmán para que el consumo de carne vuelva a los valores de 2015, mientras que hoy está en el número más bajo de la década, y al mismo tiempo, aumentar los ingresos fiscales, algo que hasta podría ser bien visto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luego de cuatro meses con precios estables en la carne, después de haber aplicado un cupo a las exportaciones, la carne trepó 15% en las carnicerías y 8% en los supermercados, en la semana posterior a las elecciones. El alza desencadenó un pedido de reunión de Feletti a Guzmán, que derivó en la conformación de una mesa chica con Kulfas y Domínguez. Las diferencias se hicieron públicas: Feletti habló de subir retenciones, y Kulfas consideró que tuvo una “actitud que no es la más indicada”.

Luego de las diferencias públicas y de que Domínguez le asegurara a la Mesa de Enlace que no se van a cambiar las retenciones, el Gobierno tomará una primera medida que será anunciada en los próximos días. Consistirá en ampliar la oferta de los cortes populares que se venden en los supermercados, y asegurar para mediados de diciembre 20 mil toneladas en el mercado interno, de cara a las fiestas. Será para cortes parrilleros. “Nadie quiere mal humor social a fin de año”, aseguró una fuente oficial.

Sin embargo, pese a la relación cercana que mantienen Feletti y Domínguez, en la Secretaría de Comercio Interior buscarán avanzar por otro camino. Feletti conversó con Cristina Kirchner del tema precios, quien le recomendó gestionarlo con Guzmán.

Los técnicos de la Secretaría armaron un informe con una simulación que llegó a las manos del ministro de Economía. Allí se establece que llevar las retenciones de carne del 9% al 12% y un cupo de exportación del 20%, podría derivar en un aumento de la oferta en el mercado interno, en conjunto con créditos para subsidiar la producción. El trabajo considera que las retenciones son nominalmente más bajas que en 2015, con precios internacionales más altos.

El informe agrega que el consumo actual, en 47 kilos per cápita de carne por año, el más bajo de la década, podría volver a 52 kilos, o sino, con retenciones de 15%, a 55 kilos por año, que fue la media del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.

Al desacople de precios locales se sumarían u$s 42 millones en ingresos por retenciones. El plan es incompatible con el de Agricultura, que busca llevar las exportaciones al millón de toneladas, y tener un coeficiente del 25-30% de exportaciones sobre lo producido. La Secretaría busca bajar ese coeficiente al 20%, y no al 12% como era hasta el 2015.

En una de las discusiones, Domínguez consideró que el problema no pasa por los precios, sino por los salarios. En la Secretaría de Comercio no existen herramientas ni para congelar el precio de la carne, ni para subir retenciones.

Hasta el momento, Feletti mantuvo reuniones con el consorcio ABC, el frigorífico Friar, consignatarios y Coto. Los exportadores plantean que al mundo le faltan proteínas, y que el mercado local nunca será robusto. Mientras, a la secretaría llegan reclamos de los intendentes: en carnicerías del tercer cordón del conurbano, solo se vende pollo o cerdo. Una parte de la coalición considera que, de no tomarse medidas, podría derivar en una crisis alimentaria.

Por. Florencia Barragan

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