La pandemia metió la cola en Juntos por el Cambio

En Juntos por el Cambio, pero sobre todo en el PRO, Patricia Bullrich juega un doble rol: el de contener y el de tensionar. Hasta ahora, el juego le funcionó, mantiene a la tropa interna ordenada, tiene un papel importante para la alianza, pero también genera grietas hacia adentro y hacia afuera. Esa rajadura, que apuntan a borrar para el 2023, es menos marcada en el sector aperturista pero existe: «No somos lo mismo», dicen en referencia a la actitud frente a las medidas adoptadas para combatir la segunda ola de coronavirus.

Horacio Rodríguez Larreta sólo se pronunció públicamente cuatro veces en contra del Gobierno, un promedio de una queja cada cuatro meses. La primera fue para oponerse a una distribución más igualitaria de la coparticipación federal cuyos envíos a la Ciudad se engrosaron con la gestión de Mauricio Macri. Luego lo hizo para rechazar la intención de crear una bicameral en el Congreso para investigar el Poder Judicial, más tarde no fue a Casa Rosada para no sacarse una foto junto a Gildo Insfrán, el gobernador de Formosa, y la última vez firmó un duro comunicado de Cambiemos contra las restricciones por el coronavirus.

Sus apariciones para manifestar quejas fueron casi quirúrgicas. La de la coparticipación buscó no descuidar su gestión en la Ciudad y cerca suyo analizaron que eso no le cortó proyecciones nacionales para la campaña 2023. La vinculada a la Justicia y a Formosa significó un pliegue con el discurso duro de Cambiemos, ya a nivel país. Desde ese sector analizaron que la diferencia entre duros y blandos se achicó y todos fueron tomando posturas más drásticas.

Lo curioso es que la última vez la pandemia metió la cola. Larreta firmó el comunicado en el que Juntos por el Cambio pidió «defender la mayor normalidad posible» y calificó como un «fracaso» las medidas adoptadas para contener la pandemia, medidas que definieron como «mal calibradas». Sin embargo, horas después se plegó a las nuevas restricciones.

«Hoy gracias a todo lo que hicimos el año pasado estamos más preparados. Sobre esas bases tenemos que enfrentar la segunda ola con planificación y responsabilidad», dijo el jefe de Gobierno al anunciar las nuevas restricciones. Entre los logros, resaltó el fortalecimiento del sistema de salud, la mejor estrategia de testeos y el inicio de la campaña de vacunación. Muy lejos del fracaso rotundo que firmó en el comunicado de la alianza opositora. Una contradicción entre la negación y el acatamiento.

«Nosotros no desconocemos la pandemia. Lo que decimos es que este camino ya lo probaron el año pasado y les fue mal», dijo Patricia Bullrich en clara oposición a la visión y el discurso público de Rodríguez Larreta, su contrincante directo en la carrera por la presidencia en 2023. «Volver a encerrar a las personas es imposible. Hay que buscar soluciones distintas. Ya tuvimos un año de cuarentena. Nos fue mal», agregó y pidió que las provincias y los privados puedan comprar vacunas. Algo que le valió una mini discusión interna en un zoom de Juntos por el Cambio y que jamás estuvo prohibido en la Argentina.

«Ninguno de los firmantes del documento de Juntos por el Cambio es gobernador o intendente. Pueden expresarse pero gobernar es distinto», dijo el intendente de San Isidro, el radical Gustavo Posse, esta semana y marcó la diferencia que hoy altera a ciertos sectores del espacio.

Cerca de uno de los intendentes del Grupo Dorrego explicaron que no hay dos extremos. No es que la responsabilidad de gestión permitió ciertas críticas y la política fuera de los cargos públicos dio lugar a otras. «Hay cosas que estuvieron bien y otras que fracasaron». La etapa inicial de la cuarentena 2020 está en el primer grupo y en el segundo se encuentra la «falsa dicotomía entre la salud y la economía» porque ésta se resintió demasiado y no dejó lugar para nuevas restricciones este año.

Además, cuestionaron la estrategia de vacunación y la compra de vacunas. Algo que no fue culpa del Gobierno sino de la alta demanda mundial y falta de producción a gran escala para poder dar respuesta. Para la oposición, los acuerdos con China o Rusia también impideieron la llegada de dosis de otros países del mundo. Escenario en el cual también insertan lo que se dio a llamar como «vacunatorio VIP», una serie de dosis dada por fuera del sistema de turnos y que derivó en la renuncia de Ginés González García.

Lo cierto es que la oposición se debate entre distintas posturas frente a la pandemia: el rechazo total a las medidas y la campaña de vacunación; los grises y la negación con adhesión a las medidas, como el caso de la Ciudad. Desde el entorno de otra dirigente del espacio, analizan que todas esas miradas le sirven a la alianza: los más duros contienen, el resto abre y permite nuevas alianzas.

Fuente. CARLA PELLIZA para eldestape.com

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