MARADONA

Por *Gabriela Noguera.

  • Para vos Fili. Lo prometido es deuda.

Nada original por cierto referenciar a nuestro país en el mundo con su imagen. Es que como dijo un gran colega Maradona no está en la historia, Maradona hizo historia.

Por más que a muchos les pese, destronó al mismo Gardel, al tango, a la yerba mate y al dulce de leche. Y sí. Aún a los que no nos interesa el futbol como quien escribe, a los que en épocas revolucionarias nos atrevíamos a criticar ese, y otros deportes nacionales como el “opio de las masas”, Maradona nos dejó sin argumentos.

Hizo feliz a millones de personas del mundo. Convirtió a conversos hasta a los menos creyentes. Despertó fé, esperanzas y sueños en todxs. Directamente o indirectamente quedó en el acervo popular.

Quien duda de qué te están diciendo cuando te mandan a ponerte la 10.

Varios la lucieron y la lucen honrosamente. Pero nadie como él.

Todo genio, todo gran artista fue un incomprendido en su época. Siempre fueron escrudiñados con varas supuestamente superiores.

La definición conceptual de una leyenda es una “Narración popular que cuenta un hecho real o fabuloso adornado con elementos fantásticos o maravillosos del folclore, que en su origen se transmite de forma oral” y ahora se suma la globalidad de virtualidad tecnológica.

Y si de nuevo. Maradona se convirtió en leyenda.

El antihéroe por estos tiempos se estaba jugando lo que con el diario del lunes fue, su última gran batalla.

Hoy ocupa horas de emisiones radiales y televisivas, incontables palabras tipeadas, títulos e imágenes por demás elocuentes.

Pensandolo en este momento, en Argentina, a doce horas de su muerte, desplazó después de 8 meses a la primacía de la Pandemia, del COVID 19.

Al menos por hoy, no hubo DISPO que valga. Una locura total. Veía a los periodistas, camarógrafos, fotógrafos, funcionarios judiciales romper todos los protocolos posibles para llevarle a la gente un cachito de la triste humanidad del Diego.

Había que estar ahí. Había que compartir en el emblemático Obelisco porteño. Ni que hablar del Sur de Italia donde la deidad de Diego puso por primera vez en la historia de ese país, al Norte de rodillas, rendido a sus pies o a los pies del león argentino.

Es en estos momentos cuando uno entiende el dicho de que cuando nació Maradona se rompió el molde.

El pibe de Fiorito que explicaba en un perfecto italiano que no salió del “fango”, salió del “barro”.

El más grande jugador de la historia del futbol mundial, aún con sus contradicciones acuestas, representaba inequívocamente el ser nacional.

Saber que Diego era profundamente humano no debería decepcionar a nadie.

Se llevó gran parte de la infancia de millones de personas. Se llevó gran partes de sus grandes pasiones, festejos, reivindicaciones sociales, sueños y aspiraciones.

Claramente entiendo que para muchos hoy no lo entiendan como un ejemplo de vida. Pero ¿qué es lo que ponen en juicio? Precisamente su humanidad.

A toda deidad eso no se le perdona.

Sin embargo en su más amarga debilidad, tampoco valoran las innumerables batallas que dio por su recuperación. Y hoy fue la última. No lo logró, y creo que no lo perdonan por eso.

Ese talento natural que esgrimía por encima de la media de cualquier mortal, fue también su talón de Aquiles.

Cuánto pesa la Copa Argentina en el cuerpo de ese pibe que salió de Fiorito, que regalaba cada título a su vieja, a “la Tota” que jamás soñó ser un ícono mundial.

Ese atrevido, controvertido, fanfarrón diríamos los argentinos, peleador consuetudinario desnudó sin dudarlo a varios poderes, entre otros y en su propio ámbito nada más y nada menos que a la FIFA.

Fueron muchos los que lograron arrancarle un relato en primera persona. De todo, de todos.

Sin embargo hoy, el día de su muerte, en el último rapto de consciencia, estaba solo. Un enfermero lo encontró muerto.

Si mi viejo viviera me diría que nacemos en bolas y nos vamos igual. Y su aspecto humano se fue así.

La deidad seguirá por siempre viva en cada quien quiera recordarlo.

Hoy perdió el futbol y perdimos todxs!.

*Periodista- Lic.en Comunicación Social UNLP- Docente- ex compañera de un apasionado de Boquita y el fútbol- madre de tres hijas empoderadas.

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