Agua en Bahía: «con todos los recursos que generó ABSA con la gestión anterior y con los tarifazos, no se aprovechó en el usuario»

El intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, reclamó a la Provincia en los últimos meses por la situación de ABSA en su Municipio, y por la falta de obras en materia hídrica para abastecer a sus vecinos. Ayer recibió al gobernador, Axel Kicillof, y volvió a sacar el tema.

Kicillof no eludió el reclamo y aunque reconoció que no tenía nada para anunciar, sostuvo que estaba en tema. Lo está. El subsecretario de Recursos Hídricos, Guillermo Jelinski, contó en diálogo con el portal de noticias Infocielo, que llevan las riendas del asunto y elevan continuamente informes al Gobernador. Además, sostuvo que habló con Héctor Gay, y que el bahiense reconoció que la situación no es actual, sino que el problema del agua es de larga data, y que la situación de ABSA se agravó en los últimos cuatro años.

La situación hídrica de Bahía Blanca es complicada desde hace, por lo menos, cincuenta años. «Está en una región seca, sin agua. Esa es la base del problema. Una gran localidad, con industrias con actividades en una zona donde el recurso hídrico no está presente, está en pequeñas cantidades», indicó Jelinski. El dique Paso de las Piedras, que en su momento fue una solución, ya no da abasto y encima cuando la temperatura es alta florecen algas que complican el potabilizado.

Esta vez, la emergencia que llega cada verano se adelantó para octubre, y desde Recursos Hídricos y ABSA debieron acelerar los plazos para paliar la crisis, con recursos diezmados porque Vidal «en cuatro años nunca puso un peso. Ni un centavo», según cuestionó Jelinski, quien agregó que «lamentablemente con todos los recursos que generó ABSA con la gestión anterior, con los tarifazos, no se aprovechó en el usuario».

Por ese motivo, la Provincia busca separar en dos etapas las soluciones. Trabajará sobre medidas de emergencia este verano, reparará acueductos y cañerías el año próximo, y luego avanzará con las diferentes opciones que baraja para ampliar el abastecimiento de agua y solucionar un problema crónico en la región patagónica del territorio bonaerense.

En lo inmediato, la semana que viene ABSA comenzará con la búsqueda de pérdidas en el acueducto principal de la ciudad. El objetivo es triplicar la cantidad de cuadrillas para reparar tramos del acueducto troncal que corre bajo la calle Brandsen y minimizar las pérdidas de agua, para llegar a más hogares. «Quiero valorar muchísimo el trabajo de los empleados y obreros de ABSA que son los que vienen poniendo el lomo, realmente los que vienen trabajando para que la empresa no haya colapsado», indicó Jelinski.

También realizarán un estudio de la red para trazar un modelo matemático y relevar el estado general de la misma. Para los barrios con mayor emergencia, la intención es duplicar la cantidad de camiones cisterna -actualmente hay 20 para toda la región- y abastecer a los hogares sin red.

Las opciones a corto y largo plazo para Bahía y la región

Desde Recursos Hídricos saben que todos los proyectos para terminar con la crisis hídrica, en el mejor de los casos, llevarán un par de años. Con ese horizonte, para el 2021 la intención es hacer un importante mantenimiento al Dique Paso de las Piedras, cambiar 13km del acueducto, construir uno nuevo para Punta Alta y el caño maestro de la calle Brandsen. En total, esperan invertir U$D 50 millones en el mantenimiento de los acueductos y de la red.

También con esos fondos se ampliarán los filtros de la planta de agua potable Patagonia y se realizará un mejoramiento en la planta Brumble; se cambiarán 250 cuadras de cañería en Bahía Blanca y 75 en Punta Alta. Para el resto de la región también se proyectan obras: Una toma de agua con potabilización para la ciudad de Médanos, en Villarino, y reparaciones de tramos de acueductos en Patagones y en Villarino.

Tanto estas obras como las definitivas ya tienen financiación. «Contamos con un crédito de U$D 162 millones, de los cuales U$D 130 millones pone la CAF y U$D 32 millones la Provincia», informó a este medio Guillermo Jelinski.

A mediano y largo plazo las soluciones no están definidas, y son más complejas. En 2008 el gobierno de Daniel Scioli propuso y proyectó la construcción de un importante acueducto desde el Río Colorado, con una planta potabilizadora en Pedro Luro, que genere 1.900 litros de agua potable por segundo para 450.000 habitantes de la zona.

El proyecto avanzó lento, pero llegó a licitarse y valuarse en $2.800 millones. Incluso contaba con el financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Pero Scioli dejó su cargo, asumió María Eugenia Vidal quien se comprometió a continuarlo, lo prorrogó varias veces y finalmente lo declaró «fracasado» el año pasado. Con las elecciones encima decidió redireccionar U$D 100 millones de los U$D 150 millones que prestaba el CAF para obras en el conurbano, y usar sólo U$D 50 millones para reparar el acueducto existente. Finalmente, dejó el cargo sin ejecutarlos. Llamativamente, el intendente Héctor Gay se olvidó de reclamarle. Jelinski lamentó el fracaso de la obra. «El acueducto del Río Colorado era una buena solución, para mí no era la mejor, pero era buena», sostuvo.

Caído el acueducto del Río Colorado, la nueva administración pensó en un Plan B: La reutilización de agua cloacal para el Polo Industrial Petroquímico, que hoy recibe agua del Dique Paso de las Piedras sin potabilizar y utiliza 200.000 litros por hora. La idea de ABSA es tratar los efluentes cloacales en la planta depuradora Primera Cuenca, que inauguró Vidal en campaña pese a no estar finalizada ni operativa, y dar 150.000 litros por hora de agua reutilizada y de alta calidad de uso industial, al Polo Petroquímico. Es decir, tres cuartos de su necesidad.

De esa manera, se liberarían 150.000 litros por hora del dique, para potabilizar e inyectar a la red y abastecer a unas 6.000 personas. Sobre esto se avanzó en el año, y el proyecto generó ilusión en la subsecretaría de Recursos Hídricos por la factibilidad. En las empresas del polo petroquímico no generó el mismo entusiasmo. El agregado de la inesperada pandemia frenó los plazos y dilató las firmas de actas de acuerdo. «Yo pensé que ibamos a ir más rápido», reconoció Jelinski.

«Estamos hablando con las empresas, con la gente del municipio, con la gente del puerto, que tiene una necesidad imperiosa de agua. El puerto para poder desarrollarse necesita agua. Espero que avancemos un poco más con esto pronto», sostuvo el subsecretario de Recursos Hídricos.

El Plan C es un megaproyecto, y es el sueño del subsecretario de Recursos Hídricos: Un acueducto desde la cuenca del Río Negro, sobre el cual la Provincia tiene una cuota de uso. En el año hubo sondeos, pero no se avanzó. Algunos cuestionaron el proyecto, y calificaron la obra de «faraónica». Sin embargo, Jelinski confirmó que «llevar agua desde el Río Negro no quedó descartado. Para nada».

Si las cosas salen a pedir de Recursos Hídricos, a partir de 2022 se haría un estudio de preinversión. Ese sería el primer paso. El siguiente sería buscar la financiación para un costo de obra que, de forma estimada, se calcula en 500 millones de dólares. De avanzar, se recuperaría el proyecto del acueducto de Pedro Luro a Bahía Blanca, y se ampliaría hasta la cuenca del Río Negro.

Tema aparte: En el medio deberían sentarse los funcionarios bonaerenses con sus pares de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas, que también integran Río Negro y Neuquén, para solicitar la autorización del uso de la cuota hídrica. A los bonaerenses nos toca la cuota más pequeña, por la desembocadura del Río Negro, pero sería más que suficiente para el abastecimiento del proyecto.

«Hay que sortear un par de obstáculos geográficos importantes, pero yo creo que si se puede concretar esa obra la región, no sólo Bahía Blanca, sino la región patagónica nuestra: Carmen de Patagones, Villarino, Bahía Blanca, Coronel Rosales, Monte Hermoso y varias localidades de alrededor, podrían tener resueltos los problemas de agua por los próximos 20 años», concluyó Jelinski.

Fuente. Infocielo

 

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