La crisis de la pandemia que genera el coronavirus COVID-19 excede largamente las decisiones que desde el punto vista sanitario toman las autoridades del gobierno nacional, así como los provinciales y municipales.
El jefe comunal bahiense, quien aseguró que apoya “totalmente” las decisiones que toma el gobierno nacional, opinó sobre los empresarios que presionan para que Alberto Fernández relaje la cuarentena despidiendo trabajadores y pensando solamente en sus propios intereses. Aunque ya hay varios ejemplos que se manifiestan a los largo del país, dos son concluyentes. Por un lado, la intención de Techint, dirigida por Paolo Rocca, el empresario más rico del país, de despedir a 1450 trabajadores de su empresa constructora, amparándose en una originalidad del convenio colectivo de trabajo del sector, que permite el despido de empleados una vez que termina la obra.
Por otra parte, Nicolás Caputo, “el hermano del alma” del ex presidente Mauricio Macri, en su empresa Mirgor ajustó en el eslabón más débil, la de trabajadores precarizados. No renovó 740 contratos de empleados de su planta de Río Grande, decisión que quiere mantener hasta que se levante la cuarentena dispuesta por el gobierno nacional.
Si bien Gay no se refirió específicamente a estos dos casos, habló de buenos y malos empresarios aunque diferenció a los pymes y comerciantes que están sufriendo el impacto económico negativo que genera la pandemia, “no sé si es lógico generalizar porque el mundo empresarial hay de todo” dijo el intendente y ejemplificó, aunque diferenciando, a los medianos empresarios locales que al inicio de la cuarentena obligatoria se rehusaban a cerrar comercios, “lo vivimos en carne propia. Nosotros en las primeras medidas que tomamos tuvimos algunas resistencias de algunos sectores que casi tuvimos que cerrar por obligación y por un decreto, una resolución lugares que se resistían a la recomendación de cerrar cuando ya todo el mundo se venía venir esto”.
En tanto, y con un tono reflexivo, apuntó a que en Bahía Blanca hay empresarios que echan trabajadores “y no tienen necesidad de hacerlo porque tienen espalda para aguantar un poco más”, aunque enfatizó sobre “el empresario mediano y pequeño que la está pasando mal”, y agregó que “no van a reanudar las actividades el 13 de abril cuando se vaya levantando la cuarentena”. También admitió que ese sector “está muy complicado porque está prácticamente al día y no puede pagar los sueldos”. En ese contexto remarcó no está de acuerdo con generalizar y “que pasa como en todas las actividades, hay gente razonable, gente responsable, gente que tiene sentido común y gente que no le importa nada”, se quejó.
Los cacerolazos
Sorprendentemente, el «troll center» que supo conducir por cuatro años Marcos Peña y estuvo durmiendo durante los primeros tres meses de gobierno de Alberto Fernández volvió a encenderse en las redes sociales. Pero, tal vez más sorprendente es que resucitó de la mano de un hecho con tres cabezas: la pandemia del coronavirus, la defensa de los empresarios más ricos en detrimento de los trabajadores ante la crisis económica potenciada por las consecuencias del Covid-19 y la actitud responsable de un sector de la oposición que terminó potenciando duras internas políticas entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.
Pero estos días, cuando las consecuencias económicas de la cuarentena obligatoria y el estancamiento de la actividad aparecieron en tapas de diarios, varios referentes opositores plantearon públicamente sus diferencias con las decisiones que toma Fernández: a la cabeza se pusieron Patricia Bullrich, titular del PRO de la mano del ex presidente y Marcos Peña, activando el “troll center”.
Por un lado, los trolls del macrismo salieron con un ataque organizando la “espontaneidad» y usaron un hashtag que cargaron en las cuentas automatizadas con un error de tipeo: #AlbertoElMiserbleSosVos.
Poco después, los medio opositores impulsaron la consigna troll a través de la que políticos del núcleo duro PRO y cuentas falsas salieron a pedir a los políticos una rebaja de sueldo con cacerolazo incluido en plena cuarentena por el coronavirus.
La convocatoria se realizó a través de las redes sociales, nuevamente, otra vez con errores. Primero salieron a llamar las cacerolas para las 21, la misma hora que todos los días es usada para el aplauso de reconocimiento al personal de salud, pero tuvieron que cambiarlo por obvias razones. El hashtag era #21hcacerolazo, pero pasó a ser #Cacerolazo a secas.
Sobre el tema, el intendente bahiense que pertenece a Juntos por el Cambio trató de bajarle el tono al ataque troll al decir que “esto ya lo hemos vivido. Pasó en el 2001/2002 empezó con el cacerolazo para que bajen los sueldo o bajen los asesores y después era que se vayan todos y había algún interés detrás”, reconoció y agregó, “siempre hay algún sector de la sociedad y alguno que se suma con buena intención y otro que tiene intencionalidad política. Este caso no me parece relevante y cada uno actúa de acuerdo a lo que cree conveniente. Tampoco hay que generalizar, hay buenos y malos empresarios, hay buenos y malos políticos”, reiteró y concluyo diciendo que “para mí tampoco hay que darle demasiada relevancia a eso”.
¿Se despega Héctor Gay del núcleo duro del Pro?
La intencionalidad política a la que hacía referencia el intendente bahiense se constata en la filtración de los mensajes que promueve el núcleo duro de Juntos por el Cambio a través de Banquemos y con presencia en todo el país. Basta con observar.
Fuente: Alejandro Filippone para sintinta.com.ar