Después de fracasar en su intento por comunicarse con la empresa distribuidora de agua durante una seguidilla de días sin servicio, un escritor bahiense improvisó un arreglo casero y protagonizó una inusual –aunque efectiva– protesta callejera.
Bautizada como «Familia esperando a ABSA», la “intervención artística” de Pablo Duca incluyó una reposera, un bidón y un cartel dedicado a la compañía. La reparación, en tanto, consistió en la conexión de manguera desde el caño roto al medidor de la vivienda, hecha por el propio damnificado.
Además de evitar que vehículos y transeúntes impactaran contra el pozo, los objetos dispuestos sobre el asfalto buscaban visibilizar la problemática, que parecía no tener fin en un contexto con temperaturas cercanas a los 30ºC.