Peña dijo que durante el «tequila» hubo el doble de desocupación que ahora
Marcos Peña abandonó la capacidad de síntesis habitual y en su primer informe de gestión de 2019 leyó un discurso de una hora en el Senado para defender la gestión de Mauricio Macri, ante un recinto casi vacío porque casi ningún opositor quiso escucharlo y hacerle preguntas.
La mayor parte del tiempo la dedicó a resaltar avances en obras públicas (con una lista que incluyó cloacas, agua potable, energía y el Belgrano Cargas), el combate contra el narcotráfico y mejoras «en la república y la libertad de expresión», con leyes como la reforma del Código Penal que arribó el lunes y pidió «discutir cuanto antes».
La recesión y la crisis financiera sólo ocuparon unos minutos, pero lejos estuvo de la autocrítica: responsabilizó a la oposición por la estampida del dólar y recordó que en la crisis del efecto Tequila, en 1994, la desocupación llegó a 18%, el doble que la actual. «En esa época gobernaba otra fuerza política», ironizó y adjudicó esa diferencia a «que teníamos tipo de cambio fijo», o sea, a la capacidad que hay hoy de devaluar.
«Esta crisis nos pegó mucho más que a otros países porque los demás resolvieron sus cuestiones macroeconómicas. Nosotros ahora estamos resolviendo los problemas estructurales», explicó el jefe de Gabinete.
Enumeró los ciclos negativos de la historia argentina para justificar el actual, que esta tarde llevó el dólar al récord histórico, pero se desentendió de cualquier mala praxis por la volatilidad de los mercados.
«La deuda neta es del 50% del PBI. Hoy el mercado no duda sobre nuestra capacidad de pago: duda sobre nuestra voluntad de pago, porque hay muchos sectores económicos que agitan estas soluciones mágicas que fracasaron durante muchos años de la historia».
«Y esto nos aumenta el riesgo en un año electoral hasta que la gente nos muestre con su voto que no quiere volver al pasado», vaticinó, pero sea animó a decir que Argentina está mejor que en 2015. «Estamos sobre tierra más firme que cuando llegamos», señaló y destacó que «el déficit primario era de más del 15% del PBI y este año será del 0%».
Peña se ganó los aplausos de sus colaboradores, como Hernán Lombardi, motivo de un llamado de atención de Federico Pinedo, a cargo de la sesión. «En el Senado no se aplaude», los retó.
Las palmas del titular del sistema de Medios retumbaron porque un amplio sector de las bancas estaban vacías: los 9 kirchneristas y la mayoría de los peronistas no fueron.
Les molesta que al no poder repreguntar, el jefe de Gabinete tenga la última palabra y sepa sacarle jugo en los medios y las redes sociales. Pero desde la Jefatura de Gabinete se encargaron de subrayar esa falta de vocación de la oposición a cumplir con la manda constitucional. Incluso elaboraron un «ranking» de informes de Jefes de Gabinete al Congreso. Marcos Peña lo lidera con 19 intervenciones, seguido por Jorge Capitanich con 8, Aníbal Fernández con 5 y Sergio Massa con una. Y subrayaron: «Cristina nunca fue a una sesión informativa de Marcos Peña y en una ocasión estuvo durante la sesión y cuando llegó el jefe de Gabinete se retiró».
Como sea, los pocos opositores que se quedaron este miércoles lo acusaron de ignorar la crisis económica. «Hay un deterioro profundo de la calidad de vida de millones de argentinos; el relato lo comparto sólo si usted recién asumiera», le dedicó Juan País, compañero de Pichetto pero cercano a Cristina.
Catalán Magni se preguntó «cómo hacemos para que la Argentina se ponga de pie, pero con los argentinos adentro, no tirándolos por la ventana». «Elija el dato que quiera de la economía argentina, y está en la antítesis de lo que usted relata, desde la pérdida del empleo, hasta el valor de las tarifas, y hasta la situación del mercado financiero», siguió el fueguino José Ojeda
Alfredo Luenzo habló de «cuadro psicótico» del Gobierno, pero no fue tan duro como el formoseño José Mayans: «no hace un autocrítica: viene acá con un relato que nos deja más preocupado que el presidente».
«Esta es la campaña presidencial más cara que tenemos. El FMI puso 95.000 millones (de dólares) para que (Mauricio) Macri sea reelecto», se quejó y pidió que algún fiscal actúe de oficio ante la confesión de Macri sobre las coimas pagadas por su fallecido padre a los gobiernos anteriores. «Seguramente lo van a llamar cuando deje de ser presidente», bromeó.
«Me resulta entendible que no quieran discutir la corrupción ni fortalecer la independencia de la Justicia», ironizó el jefe de Gabinete y pidió discutir «temas de fondo» en los que podamos ponernos de acuerdo.
«Si hoy tenemos las cifras de desempleo, de pobreza e inflación que ustedes mencionan, es porque tomamos la decisión política de reconstruir el INDEC, que el gobierno anterior había destruido. Eso no es relato, es concreto», respondió.
Le respondió Pichetto: «La gente perdió la mitad del salario. Las paritarias tienen que ser sin techo. Van a tener que generar un modelo de paritarias en línea con la inflación. Si no ponen plata en la calle, están perdidos», les advirtió y volvió a criticar la ley de reparación histórica, votada por su bloque en 2016. «Fue una gran estupidez: aumentó el déficit y los abogados están de fiesta».
«Nos hubiera encantado como gobierno asumir en otras condiciones», le respondió Luis Naidenoff, de la UCR, mientras Peña miraba. Había terminado de hablar.
Fuente. lapoliticaonline