“Por razones climáticas que afectan al Litoral y a la provincia de Santa Fe, la disponibilidad de leche en nuestras góndolas puede verse disminuida”. Ése es el cartel que apareció colgado en góndolas de distintos supermercados de la Ciudad de Buenos Aires durante los últimos días.
Para el directivo, “la caída del consumo interno (en los primeros meses disminuyó un 10% en comparación con un año antes), de todas maneras, permitió suavizar el impacto de esa baja en la oferta de productos”. “Algunas industrias recortaron envíos a los comercios frente a la escasa producción”, completó.
Villano aseguró que “la situación se normalizaría en las próximas semanas porque mejoraron las condiciones de producción en los tambos, porque definitivamente es un tema estacional”.
En este contexto, el dirigente industrial acusó a los comercios de “igualar los precios para arriba” ante el faltante de productos, de tal modo que las segundas y terceras marcas terminan costando lo mismo que las líderes.
De acuerdo al informe de la Mesa Agroalimentaria del Sector de Economías Regionales de CAME de febrero último, la leche de marcas como Ilolay o Milkaut subieron más de un 20% con respecto a enero; mientras que la de una compañía líder, sólo un 1,6%.
Villano, por otra parte, indicó que la suba de precios de la leche en polvo a nivel internacional (avanzó un 6% en dólares en la última licitación de Fonterra y hoy cotiza a u$s 3.100 por tonelada) “tendría una incidencia menor” en el problema de desabastecimiento, porque “esa mejora estuvo acompañada por una disminución de los reintegros a la exportación y un nuevo arancel en retenciones”.
Con respecto al cierre de tambos, que en 2018 ascendió a 600 establecimientos, se frenó debido a la recuperación del precio de la leche en polvo en estos últimos meses”.
Fuente: ámbito.com