El Ejecutivo ya opera para desinflar marcha del 4-A y evitar otro paro
Aunque el Gobierno tiene la pretensión de debilitar la convocatoria al 4-A, que reunirá a gremios de la CGT con los opositores que orbitan en torno de Hugo Moyano, las dos CTA, organizaciones sociales y entidades empresariales pyme, entre otros participantes, la intención de fondo es garantizarse que los transportistas no serán de la partida en una eventual quinta huelga nacional contra la administración de Mauricio Macri.
De hecho, algunos sindicalistas de la “mesa chica” de la CGT reconocen por lo bajo que la posibilidad de una marcha unitaria con sectores de la oposición más rancia al Ejecutivo y también los de diálogo con el oficialismo es un mal menor. En la conversación fina con los funcionarios, algunos gremialistas transmitieron que una movilización como la prevista a la Plaza de Mayo les servirá a los dirigentes para reconectar con las bases que más presionan por una medida de fuerza de orden nacional, al tiempo que pondrá más distancia con la posibilidad de un nuevo paro nacional.
Ese tópico fue analizado la semana pasada durante una reunión nocturna en el gremio de estatales UPCN por la dirigencia que sustenta al binomio Héctor Daer-Carlos Acuña. Son los “gordos” de los grandes gremios de servicios y los “independientes” de buen diálogo con el Gobierno los que dieron su aval a la negociación de Daer con los Moyano, que dio frutos este lunes con el acuerdo inicial respecto de la movilización. La duda, como es habitual, es si Luis Barrionuevo cumplirá con ese entendimiento de grandes sectores o desertará, a último momento, tal su costumbre en varias acciones coordinadas en el pasado.
Fuente. ambito financiero