Las 5 enfermedades atípicas que pueden aparecer por la obesidad

La obesidad es una enfermedad que se ha triplicado en los últimos cuarenta años. Actualmente hay más de 650 millones de personas que padecen esta patología en todo el mundo, según la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A pesar de que se trata de un trastorno que se puede prevenir, la cantidad de personas que lo padecen continúa en crecimiento.

Es por eso que es importante considerar cuáles son los riesgos de tener obesidad. Además de dañar la salud de manera directa, también puede ser el punto de partida para otras enfermedades. Conocer esas patologías puede contribuir a bajar la incidencia de la enfermedad y, por otro lado, a prevenir la aparición de una mayor cantidad de casos.

Esteatosis hepática -hígado graso-
Las personas obesas tienden a padecer esta enfermedad, ya que el exceso de grasa tiende a ocupar y cubrir a las vísceras.
La acumulación de grasa en el hígado es un trastorno que puede ser causado por factores de riesgo como obesidad, diabetes, colesterol alto y consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

Es necesario controlar la enfermedad a tiempo, ya que puede derivar en cirrosis con el tiempo, lo cual sí puede afectar severamente la función hepática y la salud general de la persona.

Es importante considerar que la grasa en el hígado puede ser controlada con alteraciones en la dieta y la práctica regular de actividad física, aunque es importante seguir el tratamiento que haya indicado el especialista.

En general, durante las primeras etapas de la enfermedad el paciente no siente ningún síntoma. Sin embargo, en las etapas más avanzadas puede surgir un dolor en el lado superior derecho del abdomen, pérdida de peso sin explicación, cansancio, malestar general, náuseas y vómitos.

Apnea del sueño
Hay personas que, además de roncar, sufren de manera repetida pausas de respiración cuya duración puede ser variable; tienen mayor importancia médica aquellas cuya duración es superior a 10 segundos.

La aparición de las apneas se debe a la existencia de un colapso total o casi total en el interior de la faringe. Es importante tener en cuenta que las apneas son un cese transitorio de la respiración y no deben confundirse con un paro cardiorespiratorio, ya que durante las apneas el corazón continúa latiendo.

El riesgo de padecer este cuadro aumenta con la edad, por lo que aquellas personas obesas de más de 50 años son el grupo de mayor riesgo.

Incontinencia urinaria
Este trastorno ocasiona la pérdida involuntaria de orina como consecuencia de diferentes causas, entre las que se encuentran el sobrepeso y la obesidad. Según un estudio de revisión, publicado en la revista conocida como ‘Journal of Urology’, existe un claro efecto del peso sobre la incontinencia urinaria, ya que el incremento de 5 unidades de Índice de Masa Corporal (IMC) está asociado con un aumento de aproximadamente un 20% a un 70% en el riesgo de incontinencia urinaria.

Además, la investigación encontró que las probabilidades de incidencia de incontinencia en un periodo de 5 a 10 años se incrementan en aproximadamente de un 30% a un 60% por cada aumento de 5 unidades de IMC.

Sin embargo, se trata de un problema que puede revertirse. La investigación señaló que con una pérdida moderada de peso de 13% del peso basal, se manifestaron cambios significativos en la disminución de la presión sobre la vejiga.

Cáncer colorrectal
Se trata de una enfermedad ocasionada por problemas relacionados con enfermedad por reflujo esofágico y acidez, que a su vez conllevan a mutaciones que favorecen la proliferación de células cancerosas.

Las personas que son obesas tienen casi un 30% más de probabilidades de presentar cáncer colorrectal que las personas de peso regular. Un índice de masa corporal mayor al normal se asocia a mayores riesgos de cánceres de colon y de recto, tanto en hombres como en mujeres.

Al igual que sucede con la mayoría de las patologías, la detección precoz es clave para que el tratamiento sea efectivo. Por eso, conocer los síntomas puede ser un gran diferencial al momento de hacer un diagnóstico temprano del cáncer colorrectal.

La sintomatología de la enfermedad suele incluir un cambio en los hábitos intestinales -como diarrea o estreñimiento- o un cambio en la consistencia de las heces que dura más de cuatro semanas. El sangrado rectal, el malestar abdominal persistente -calambres, gases o dolor-, la sensación de no haber vaciado por completo el intestino, la debilidad o fatiga y el adelgazamiento sin causa aparente también son síntomas frecuentes de esta afección.

Cáncer de mama
El tejido adiposo -es decir, graso- produce cantidades excesivas de estrógeno, una de las hormonas presentes en el organismo de las mujeres. A su vez, las concentraciones altas de esta hormona están asociadas con el riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de mama y de endometrio.

Sobre todo en mujeres posmenopáusicas, un IMC elevado se asocia a un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama. En comparación con quienes tienen un peso dentro de las reglas estándar, las mujeres que ya han pasado por la menopausia y son obesas tienen entre un 20 y un 40% más de probabilidades de desarrollar este tipo de patología oncológica.

Si bien es menos frecuente, es importante tener en cuenta que también se ha observado un aumento de probabilidades de esta enfermedad en población masculina.

En ambos géneros, los síntomas de cáncer de mama suelen incluir la aparición de un bulto nuevo en la mama o la axila, el aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama, la irritación o hundimientos en la piel de la mama y el enrojecimiento o descamación en la zona del pezón o la mama. Además, el hundimiento del pezón o dolor en esa zona, la secreción del pezón -incluso con un poco de sangre- y los cambios en el tamaño o forma de la mama, pueden ser síntomas de esta enfermedad.

Fuente. iProfesional

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