Los cuadros que analizan los funcionarios (actualizados hasta el miércoles, día de la perforación de la barrera psicológica de las Leliq del 50%) indican que esta reducción de más de 16 puntos porcentuales desde el techo de octubre y 10 en lo que va de 2019 no se trasladó a las ofertas de créditos al público. Y que los intereses continúan espantando a los demandantes de préstamos en todas sus líneas. Esto se refleja en el Informe Monetario Mensual publicado ayer por el BCRA donde se menciona que “en enero, los préstamos en pesos al sector privado presentaron una caída de 3,7% en términos reales y ajustados por estacionalidad. En términos nominales, el saldo sin estacionalidad tuvo una variación de -1,4% en enero. Así, el crecimiento nominal interanual continuó desacelerándose y se ubicó en 14%”.
Caída
Los primeros datos de febrero acompañan esta tendencia, mostrando un nivel de caída similar al del primer mes de 2019. Según el informe oficial, la mayor caída de los créditos se dio en las líneas destinadas a financiar a las empresas privadas, que mostraron caídas mensuales nominales desestacionalizadas cercanas al 5% tanto para adelantos como para documentos. Si bien en este capítulo la reducción contra el tope de octubre pasado alcanza un 10%, el alza en su momento superó largamente ese porcentaje y trepó de un promedio de 60% a casi 90% anual. Actualmente, el sistema financiero muestra un promedio cercano a 60%. Este capítulo es el que más preocupa al Gobierno, ya que la casi total ausencia del concepto de crédito productivo -situación que ya se prolonga por cuatro meses completos- no permite vislumbrar mejoras en la muy mala situación de la economía real. Según la interpretación oficial, las tasas de interés para los préstamos a las empresas privadas con buenos pergaminos financieros en los bancos ya deberían estar cerca de los niveles de septiembre, y comenzar a recuperarse. Este es precisamente el capítulo que desde el oficialismo quieren conversar con las entidades financieras, probablemente a fines de la próxima semana si no comienza a haber novedades en las reducciones de las tasas al público.
Donde no hay sorpresas es en la caída casi abrupta en los intereses de los plazos fijos a los clientes bancarios. Los porcentajes de ayer llegaban ya al 40%, luego de haber tocado récords cercanos al 56% en los días en que las entidades financieras necesitaban pesos para colocar ese dinero en las extravagantes tasas de las Leliq. Para el Gobierno, este último dato es uno de los más positivos de las últimas jornadas financieras. Se lo interpreta como una señal de comienzo de desmantelamiento de la espiral de crecimiento en el volumen de las Letras de Liquidez del Banco Central.
El hecho que las entidades financieras comiencen a desinflar el mecanismo de ingreso de dinero vía plazos fijos a plazos no mayores de 30 días a tasas de interés superiores en más de 10 puntos porcentuales a la inflación -dinero que luego se redirigía hacia las compras de Leliq- sería una muestra de que lentamente comienzan a percibir cierto nivel de estabilidad. Y que a futuro el negocio de volcarse a las Leliq casi como única actividad de destino de los activos financieros de los bancos tendría que comenzar a disminuir. La gran esperanza en la Casa Rosada es que a mediano plazo las tasas de estos instrumentos operen por debajo del 40%, se ubiquen cerca de un empate técnico con la inflación proyectada para todo 2019 (hoy cerca de 30% para los privados), y que para las elecciones no sea tema de debate. Será difícil.
Fuente: ámbito.com